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Bembibre

jueves, 20 de febrero de 2014
Bembibre Hasta el sillón de orejas donde mis ojos escudriñan ora la prosa amiga de Gil y Carrasco, ora el iPad mágico que condensa el universo en una pantalla táctil, como tu espalda, ha llegado el primer aroma de las calderas donde han empezado a hervir los dos mil quinientos botillos que nos vamos a zampar de hoy en dos días, si una ciclogénesis no lo impide, en la muy señorial y hospitalaria Villa de Bembibre.
Sé que ya están las potas a la lumbre por tres avecillas, Loli, Laura y Araceli, que me cantan al albor; sé que ya han empezado a sacar del arcón perfumado de reinetas los manteles de lino que tejieron a mano las comadres del Museo de Angelines, nuestras tías y abuelas cuando eran mozas garridas, que lo fueron, y parieron hijos valientes para las minas y para las guerras.
Ya orean las Teresas y Honorinas sus mantones bordados, con abalorios de azabache, y piden vez en las peluquerías las esposas presumidas, todas para el sábado a la misma hora. Ya se atusa el bigote y empuña el bastón de mando el Alcalde don Juan Manuel, pulcro como un pincel, para anunciar urbi et orbe el XLII Festival Nacional de Exaltación del Botillo.
La fiesta se celebra el próximo sábado en Bembibre y este año bendice la pitanza un cura que es socialista como yo torero, o sea, sin arrimarse. Paco Vázquez, cardenal con vara alta en el Palace y en el Vaticano. En España ha habido tres cardenales importantes: el cardenal Cisneros, que se la lió parda a los Reyes Catalíticos, el cardenal Mendoza, que inventó el coñac, y Paco Vázquez. Como Defensor del Pueblo no le veo, pero como pregonero del botillo un lujo.
Ya me llega el delicado aroma de estas bodas de Camacho, con cierto olorcillo a matanza; ya mis chicas visten sus mejores galas y yo he metido en los bolsillos del chaleco un par de fiambreras; ya veo a Olano trenzando en paneles nuestra historia, oigo a Federico socorriendo urgencias afanoso; ya ensaya la orquesta el primer pasodoble y de camino al baile, por la orilla del Boeza, tras un zarzal, Diana Navarro me susurra al oído: “No te olvides de mí”.
Carrera, Valentín
Carrera, Valentín


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