Ganó la Democracia

Sin duda el juez Castro tiene todas las razones jurídicas del mundo para imputar a la hija del Rey de España y es probable que la Infanta Cristina tenga todo el derecho a decir que no sabe no contesta y que su marido es un chico estupendo, por eso confiaba tanto en él… Tanto, que no se enteraba de lo que pasaba en “Aizon”, esa empresa que pagaba hasta sus clases de salsa, de la que era presidenta y cuyas cuentas firmaba.

El show mediático del fin de semana fue un órdago de la sociedad a la monarquía, no te quepa duda, pero sobre todo dignificó a los profesionales de la justicia quienes salieron de esta confronta mediática altamente valorados, gracias a un humilde juez de provincias, que diría algún cretino de la Audiencia Nacional imbuido de una autoridad que administra siempre La Moncloa a través del Consejo General del Poder Judicial.

Esta semana comenzó para mí con esa revolución judicial y mediática que te invitaba a repasar la prensa extranjera y ver cómo, los grandes expertos de los “expressos” europeos y americanos, atacaban con saña a la línea de flotación de nuestra Casa Real con titulares como: “España. La decadencia de la corona”.

Pues a esos sabios corresponsales les diría yo que se equivocan: que sale reforzada la Monarquía porque demuestra que la “Justicia es para todos” y sobre todo gana la Democracia, capaz de sentar en el banquillo como imputada a una infanta del reino.

No me imagino yo que esto mismo sucediese en el Reino Unido o si me apuras en Mónaco, Principado que consintió a sus nobles princesas… aquellos amoríos con novios que salían con el culo al aire en la piscina… poniéndoles los cuernos a cuenta de la Institución. Así lo reflejaba el papel cuché.

No me vengas ahora con lo de Corina y el Rey, con las relaciones entre la Princesa de Asturias y el Príncipe Felipe; no me hables de elefantes, de la salud de Juan Carlos, de las que le hizo a la Reina, de las cuentas –por otro lado nada exageradas-, ni siquiera de la importancia de la Monarquía en un Estado como el nuestro. No, aunque seas republicano como yo, este no es el momento.

El show judicial del sábado, el huracán mediático internacional, apoyado por más de trescientos enviados especiales a Mallorca, no pudo con nuestra buena o mala Democracia, cuyos cimientos ni rozó. Sí ya sé que tiene muchas imperfecciones por corregir, pero a eso llegaremos. Demos tiempo al tiempo.