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Singular carta de amor

martes, 11 de febrero de 2014
Amor, hace poco más de un par de semanas que te has encerrado en tu retiro de clausura, que te has ido sin marcharte. Durante dos meses te he tenido ante mi, me he pasado horas y horas diariamente acariciándote con la mirada, llenando mi ser de toda esa sentimental grandeza que trasmites y trasmina mi ser. Eres, amado mío, mi amor platónico. Llevo muchos años enamorada de ti.

Soy mucho mayor que ti, pues tú, estás en lo mejor, solamente tienes cuarenta y tres años, los cumplirás en la próxima Navidad; pero lo nuestro, el cariño que te profeso, no hay que ocultarlo, pues aunque yo estoy casada, mi pareja está encantada de conocerte desde que aquel día de Diciembre a ella te presenté.

Ahora, vida mía estoy triste, afligida, tanto noto tu ausencia que son muchas las veces que voy , me acerco y toco la puerta que da acceso a la dependencia, a ese singular portal, donde habitas hasta primeros de Diciembre que, como si salieras de tu largo y bonito sueño, abres el vano de acceso, sin miedo al frío del invierno, pues a ti , el único frío que te asusta es el de los corazones y esos, gracias a tu noble presencia, lo que sienten es todo lo contrario, calor y dicha sentimental a raudales.

En estos momentos, más que nunca, tengo que vivir de los recuerdos, deseando que pasen los días, que transcurran los meses para volver a verte. Tú eres fiel y, siempre acudes a la cita de los que somos tus enamoradas/os y, te aguardamos con los corazones abiertos para que tú nos los llenes de felicidad.

En mi memoria y en mi corazón están para siempre grabados el día que te conocí. Eran unos días poco antes de Navidad y yo, que llegué de otra comunidad, trabajaba como maestra en un pueblo del sur de Lugo. Mis nuevos compañeros/as me dijeron:
-“ ¿Qué te parece si este año, en Diciembre, hacemos la excursión trimestral a Begonte para que los niños vean el Belén Electrónico que tienen allí en el Centro Cultural “Xesús Domínguez Guizán”?
Yo, como creyente que soy, me alegró la idea y presta respondí:
-“ Sí, por supuesto!”

Desde ese instante estuve muy ilusionada con la visita, pues ni conocía la población de Begonte ni a su Belén. Te aseguro que, en más de una ocasión, estuve a punto de ir yo a conocerte, pero no me pareció de recibo para los que me habían invitado y los que serían mis acompañantes en ese camino, mis respetados y admirados compañeros y, también los niños, nuestros queridos alumnos/as.
Llegó el día, era una jornada lluviosa. Todos subimos y marchamos en el autocar que allí nos llevaría. Llenos de ilusión; los que ya te conocían , por volverte nuevamente a ver y los que nunca te habíamos visto expectantes por la novedad.

Cuando llegamos a la iglesia de Begonte ya nos estaba esperando, el que sería nuestro guía , el sacerdote. Bajamos todos con la prisa propia que lleva el que, expectante piensa encontrar una grandiosa novedad. Por cierto, había más autobuses con numerosos visitantes. Entramos y , cuando mis ojos te vieron, Belén Electrónico de Begonte, quedaron extasiados ante tan maravilloso ejemplo de la vida de la Galicia tradicional.

Mi corazón, al estar ante ti, sintió algo muy especial, tan especial que , desde ese día, comprendí que había quedado de ti perdidamente cautivada, que, sin tu presencia, a la Navidad , en mi opinión, le faltaba algo, pues eres una voz silenciosa, un canto de dulzura, cuna de espiritualidad que invita, en el mayor de los silencios, a entregarse a amar a una tierra, pues, tu llamada llega cuando la tierra duerme para ni siquiera molestarla, pero esa misma tierra, sus gentes, al saber que has llegado , que has nacido, no les importa estar en vigilia, trabajando y preparando todo para recibir al Salvador y no dormir con la dicha que supone el que ha llegado la Navidad y el Belén de Begonte nos viene otra vez , con sus manos abiertas, a entregarnos amor, muchísimo amor.

Por eso, cuando te vas sin irte, quedo muy triste y afligida, como le pasa a todos los que te conocen que ya para siempre de ti enamoradísimos quedan, y en este San Valentín, me siento muy compungida y he decidido ir al PAC ( Punto de Atención Continuada) porque hoy, 14 de Febrero, el médico que está de guardia es uno muy especial, pues se llama Doctor San Valentín.

Cuando allí llegué y le conté mi problema, el estar enamorada del Belén Electrónico de Begonte, y no poderle ver nada más que un par de meses al año. El especialista en cosas de amor me dijo:
-“ Buena amiga, su caso es especial y su amor muy singular, pero no es el único. Yo, poco puedo hacer en este caso, pues, al no ser amor carnal nada le puedo recetar, pero, como no hay medicamento al respecto, mi consejo es que busque un sacerdote y le confiese su situación. De seguro que el cura le ayudará , pues usted no es adúltera ni infiel en su matrimonio, su compañero sentimental también, según me dice, es conocedor del trance afectivo que está pasando, que su amor platónico es el Belén de Begonte. La entiendo, son muchas las mujeres y hombres que se enamoran de un cantante, un artista al que consideran su ídolo, pero usted, su fans especial, es ese que se abre al mundo cada Navidad “.

Sin pensarlo más marché a Begonte y fui a su iglesia y , en confesión con el sacerdote le pedí que ya, que no me tenía que absolver de nada, que me ayudara a poder estar más contigo, Belén de mi alma. El buen cura me oyó y después , con voz muy melodiosa me dijo:

“ Bueno, bueno, en su caso seguro que hay más, pero callan y guardan sus sentimientos porque soy consciente de que son muchos/as los enamorados de nuestro querido Belén Electrónico, pero, dado que usted está en una situación desesperada y ha venido a Terra Chá y a esta iglesia para, llorando, confesarme el inmenso cariño que tiene por él, por verlo , por alabarlo, por pedir ser una vestal en lo que podemos considerar el templo del Belén, este Centro Cultural. Ante eso lo único que está a nuestro alcance es eso, que se convierta en uno más de los que ya formamos la familia del Belén, un miembro , otro corazón ilusionado que se entrega abnegadamente a servir , a ayudar a que ese amor que hay en su interior pueda manifestarlo ayudando a engrandecer el más grande corazón de Terra Chá. Ser otra figura humana más , otras manos que quieren lustrar y ponerse al servicio de todos los que son amigos del Belén”.

Grande fue la ilusión y no sabía como agradecer tan grandioso detalle.

Gracias a los consejos de San Valentín y a la autorización del sacerdote D. Xosé hoy, aunque sea Febrero, estoy aquí mirándote y, cualquier día del año, al ser una singular abnegada defensora de los valores de esta joya espiritual de Galicia del Belén Electrónico de Begonte que es un tesoro que en la mano abierta de Terra Chá cual ofrenda, Galicia ofrece al resto del mundo.
Pol, Pepe
Pol, Pepe


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