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El Cebreiro (IV)

jueves, 06 de febrero de 2014
O Cebreiro en la segunda mitad del siglo XX
El Cebreiro (IV)La antigua villa de O Cebreiro sufrió una gran expansión y evolución a partir de 1960, fecha en la que se comienza a restaurar el templo parroquial, se adecenta para hostal lo que fue el antiguo monasterio hospital mesón de peregrinos, pero también ha sido la fecha donde aquel poblado prehistórico y muy poco evolucionado perdió su tipismo; la mayor parte de las pallozas fueron sustituidas por modernas viviendas. La iglesia conventual sufrió una gran reforma que mejoró loablemente su interior y exterior, hay que admitir que dichas obras de restauración han sido todo un acierto. No pasó lo mismo con los retablos. El mayor era neoclásico de dos cuerpos, el principal formado por seis columnas lisas con escocia circular y rematadas por capiteles de estilo corintio, tres hornacinas, en la derecha visto de frente talla de un santo con libro y palma, imagen que denota ser barroca, en el otro extremo otra talla del mismo estilo, también con libro en la mano derecha y al centro amplia hornacina a modo de camerino que ocupaba el cuerpo bajo del retablo y parte del cuerpo superior, en ella un sagrario carente de puertecilla y sobre él mismo la maravillosa imagen de Santa María la Real del Cebreiro, una preciosa talla de rasgos propios de la escultura gótica, con el Niño Jesús sentado en su regazo pero en la parte izquierda, sujetado por el brazo izquierdo de la madre, lleva en su mano izquierda la bola del mundo y con la derecha bendice al pueblo; Santa María en su mano derecha sujeta un rosario. Eran tallas de vestir, con pelo natural y coronas de plata. Enmarcaban las imágenes una maravillosa orla de molduras y angelotes. El cuerpo superior del retablo estaba dividido en tres partes; en la parte central relieve de Dios Padre con bola del mundo y vendeciendo al pueblo y a los laterales sendas tallas o altos relieves de mártires dado que se aprecian en la mano derecha una palma. Rematado todo el conjunto por un florón.
En la capilla de San Benito se conservaba otro retablo, posiblemente más antiguo que el mayor, tenía dos columnas estriadas, muy bien talladas, con basas bien realizadas y capitel corintio. En el centro la hornacina del santo, de arco de medio punto, decorada por florones y molduras. Hoy solamente se conserva la talla.
En la capilla del Santo Milagro había un retablo muy sencillo, apenas era un par de columnas neoclásicas y una hornacina para guardar las reliquias, además de unos paños con bordados de puntilla y representación del Cáliz y la Hostia. Ambos retablos fueron desmontados durante las obras llevadas a cabo a partir de 1960, dado que el día 19 de octubre de 1962 visitan el poblado don Francisco Pons Sorolla y don Manuel Chamoso Lamas, quienes ha comprobado la existencia de una primitiva fábrica prerrománica por debajo de las cales y escombros del templo actual. Es decir la iglesia parroquial es mucho más antigua de lo que se creía. Decía que los retablos fueron desmontados, y tanto de los mismos como de las tallas que figuran en las fotografías fueron llevados a otros sitios. Elías Valiña Sampedro, en el Inventario Artístico de Lugo y su Provincia, tomo II, página 131 dice: “Hay otras interesantes tallas propiedad de ésta iglesia: un Cristo, 1,05, en la capilla de Fonteferreira, siglo XVIII; en la capilla de Barxamayor, un Evangelista, 1,05, y dos altorrelieves, Padre Eterno y Evangelista, 090. Retirados de culto Un copón liso, 025; cáliz barroco, 025, siglo XIX; custodia, 0,60; Lámpara de metal”.
La imagen de Santa María la Real del Cebreiro, en el Boletín Oficial del Obispado de Lugo de 31 de agosto de 1922, referente a dicha talla dice: “La imagen de la Santísima Virgen que, desde hace siglos se venera en este celebérrimo Santuario es, por su antigüedad, de las que la opinión corriente atribuye origen bizantino.
Desnaturalizada en su tipo primitivo por la funestísima costumbre, en los últimos siglos, de vestir las imágenes con trajes naturales para hacerla movible y fácil su conducción en las precesiones, fue recortada en su base y aligerada de madera en su interior con otras modificaciones esenciales en rostro y brazos que hicieron imposible restauración a la forma antigua.
Por los detalles que en ella conserva esta efigie estaba comprendida en el primer tipo de la iconografía mariana, o sea el hierático, en cuyas características se aprecia que estaba sentada sobre un taburete o silla de pequeñas proporciones, pies calzados y cubierta con manto que cae por igual a ambos lados, plegando los paños al final de modo anguloso y simétrico de poco resalte, pareciendo conservar señales de haber sostenido al Niño entre las rodillas.
Llevada a Lugo en 1922 por Orden del Excelentísimo Sr. Obispo para ser restaurada de los desperfectos que sufrió en un incendio el año anterior fue vestida con túnica de seda ostentando pintado en el pecho el Santo Grial, o sea, el Cáliz en que se realizó el Milagro. Cúbrese la imagen con amplio manto de seda azul celeste y está en actitud propia con el Niño sostenido en el brazo izquierda”.

De las publicaciones y folletos que hablan de este santuario y del poblado al referirse a la imagen de Santa María la Real, en la mayoría se lee: “La talla de la Virgen, buena pieza románica, siglo XII, restaurada en 1971, es Santa María la Real, a Virgen del Santo Milagro, la Virgen del Cebreiro, la Patrona de estas montañas, advocaciones con las es invocada”. En el referido Inventario Artístico de la Provincia de Lugo, al referirse a la imagen de Santa María la Real dice: “Santa María la Real, o del Santo Milagro, 1,05 se halla en el mismo lienzo sur de la capilla de Santo Milagro, sobre sencilla peana. Valiosa talla románica, siglo XII-XIII, que según la tradición se inclinó a adorar el milagro”.
En una obra del periodista y escritor sarriano Víctor López Villarabid, al respecto nos dice: “... Lo primero que destaca en este conjunto lateral del templo es la imagen de Santa María la Real de O Cebreiro, la del Milagro o de los Remedios. Está colocada sobre peana, en el muro lateral, junto a una puerta que es indicio de la unión del templo con lo que fuera priorato monacal. La imagen de la Patrona es una talla románica de gran valor, artístico e histórico, a la cual, después de una serie de malas restauraciones, le llegó la más acertada en 1971. Fue este trabajo del escultor compostelano Alfonso Sanmartín. La imagen representa a la Virgen Madre, que porta al Niño en su seno. También a Ella sele atribuye una leyenda, la de ser testigo del Santo Milagro de O Cebreiro, y que el hecho de querer presenciarlo, dado que éste ocurría a sus pies, es la causa de la inclinación de su cabeza. El valor de esta talla no es posible calcularlo; basta decir que ya buen objeto de algunos intentos de robos; por ello, actualmente la peana que la sostiene está sujeta al muro mediante una fuerte cadena, con el candado correspondiente...”.
Resulta bastante extraño de que se trate de la misma talla, al no ser que la restauración de 1971 fuera tan grande y horrenda que poco o nada se parezca a la talla original, dado que de O Cebreiro, tanto del pueblo, de la iglesia parroquial y de los retablos, se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Lugo. Fondo Vega un par de reportajes fotográficos, el más interesante para el tema de este apartado lleva la signatura 2.911, en dichas fotografías se puede observar como era el poblado en 1955 pero también lo que de interés el señor Vega consideró que guardaba el templo parroquial. Una selección de éstas fotografías sirvieron para ilustrar el libro del Rdo. José Alvilares, que lleva por titulo El Cebrero, editado en 1956. El otro reportaje lleva la signatura 4.756 y se trata de la inauguración del teléfono.
Ángel del Castillo, en su obra Inventario, monumental y artístico de Galicia, al referirse al contenido de la iglesia parroquial cita: “...en la misma iglesia se conserva un ratablito renacimiento, campanilla de bronce, de últimos del siglo XV, y un sepulcro antropoide...”
Por las fotografías de Vega creo que el retablo era él que correspondía a la capilla de San Benito, donde ahora está solamente la imagen.
Según nos relatan A. Losada Díaz y E. Seijas Vázquez la imagen llevaba en la mano derecha el anillo pastoral que le ofrendó el que fue obispo de Lugo fray Plácido Rey Lemos. No recuerdo ver en la talla joyas de importancia, es de suponer, que las tenga, provenientes de ofrendas pero que éstas por razones de seguridad no estén expuestas.
En el Museo Diocesano del Obispado de Lugo, con el número de registro 1649, está depositada una interesante tabla perteneciente al posible coro de la iglesia de O Cebreiro, que mide (73´5X42´50 cm.), y se puede datar su realización entre los años (+-1680 a 1720). Representa a Santa Escolástica, se trata de una talla rectangular con relieve y medallón central con reborde tallado que lleva representación en bajorrelieve de figura femenina revestida con hábito, amplias bocamangas y toca con tabera. En mano derecha lleva misal con cerradura.
En el libro El limosnero de Isabel la Católica, folio 26 vuelto, cita que en su peregrinación a Santiago fueron llevadas las andas pequeñas, concretamente el texto dice: “...en Santiago día a Juan de Ardisana quinientos e treinta maravedis que gastó en lienço para cobrir las sillas e en las adobar o en traer las andas pequeñas de Zebreiro a Santiago...”.

La actual iglesia parroquial del Cebreiro
El templo actual conserva en cierta media varias partes de la primitiva iglesia prerrománica; elementos restos de la fábrica que se localizan en la cabecera y naves. Es una obra amplia de planta irregular con tres naves cubiertas a dos vertientes, con losa del país soportada por un recio armazón de madera. Las arcadas que separan la nave son de pieza arcillosa, hoy casi rojiza, que según parece deben su color a los incendios que los peregrinos al hospedarse en el templo. Las arcadas están soportadas por sendos pilares, por un lado, exentos, y dos pilares con apoyo en los muros del frontis y ábside.
El frontis, lo mismo que ocurre en la mayor partes de los templos es obra posterior, con significativos arreglos en la primera mitad del siglo XIX; presenta una robusta torre semejante a las torres que tienen los templos de Liñares y Hospital de la Condesa, antaño ambos bajo la jurisdicción del Priorato de Cebreiro. Se yergue de un cuerpo sobre arco, cuatro vanos y tosca cúpula. Hace de tornalluvias un robusto porche que forma arco en su parte interior y exterior cubierta a dos vertientes.
El baptisterio situado en le lateral norte, tiene su propio recinto, y en él interesante pila bautismal, de 140 centímetros de diámetro, que según los antiguos ritos servia para bautizar por inmersión, ilumina el espacio una sencilla ventana aspillera que da al frontis.
Actualmente todo el pavimento del templo, después de la amplia reforma de 1962, está realizado en buenos bloques de granito y la escalinata a la torre es de mampostería de pizarra.
Las naves terminan en sendas capillas, con bóvedas de cañón, reforzadas por arcos fajones que arrancan de pilastras en el lateral norte, y sobre los muros los del lateral sur. En la capilla de este lateral se conserva un acceso desde el ábside, con arco apuntado y dos sepulcros, muy humildes que la tradición popular sitúa que en los mismos fueron enterrados el monje poco creyente y el paisano. Se trata de la capilla del Santo Milagro, donde ahora cáliz, patena y reliquias constituyen un valioso conjunto religioso e histórico artístico, expuestos en un bloque de granito con cristal brindado, formando todo ello una caja fuerte. En él mismo lateral actual talla de Santa María la Real, o del Santo Milagro.
El altar mayor tiene una talla de Cristo en la Cruz, de cien centímetros, escultura reciente, en alguna publicación he leído que la talla original se halla en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, dato que no he podido confirmar. A su vez Víctor López Villarabid, dice: “...En el altar mayor, que preside todo el conjunto de la iglesia de Santa María la Real, se muestra una réplica del Cristo crucificado, cuyo original se encuentra depositado en el Museo de Escultura de Arte Sacra de Madrid...”.

El Mesón de San Giraldo de Aurillac
Al realizarse la restauración del templo parroquial, de una forma muy acertada también se llevó a cabo la rehabilitación de Mesón, que es una edificación anexa antaño monasterio hospital. La construcción es de planta rectangular y cubierta a dos vertientes; tiene piso bajo y superior; actualmente con buen servicio de cafetería y restaurante; además de habitaciones y salas de estar. De sus paredes cuelgan interesantes pinturas, tales como sendos óleos de Fermín Prieto Nespereira, pintura al óleo con escena carmelita, que mide 1,50X090 y es de 1711; carboncillos y otros elementos decorativos relacionados con el poblado y con la ruta jacobea. Es de significar un bajorrelieve de la Edad de Bronce, que fue encontrado en 1952, fecha que desgraciadamente grabaron en la misma piedra. Procede del lugar de Salcedo, en Puebla de Brollón. Mide 60X40 centímetros, representando una escena de cacería, o posiblemente una ofrenda o sacrificio pagano; con tres animales por delante, dos con venablo en el vientre, y al tercero que se acerca le espera otro venablo. Un disco solar en el pecho de un guerrero, y a su lado una figura rectangular, con ángulos unidos. Según referencias del treinta y uno de mayo de 1750 y cuatro de junio de 1771, los monjes del Cebreiro no podían salir sin licencia del prior fuera de la clausura señalada por los términos cerrados entre la fachada del convento e iglesia, el camino que va a La Faba y a La Calera, de La Calera a la esquina de la Cerca, y de aquí a la del hospital que mira a Barxamayor.

El Museo Etnográfico de Cebreiro
En 1962 había varios vecinos de esta aldea prerromana que seguían habitando las milenarias pallozas, y era muy común si por desgracia en alguna se producía un incendio, los demás vecinos, tantos del poblado y pueblos cercanos contribuían a su reconstrucción. Recuerdo que en la década de los años 60 (1960), ardió una, salieron ilesos los miembros de la familia y fueron salvados los ganados y poco más; los vecinos a medida de sus posibilidades, se hicieron cargo de los ganados, a una casa una cabeza de ganado vaca, ternero, cerdos, y a las otras las demás reses. La estrecha economía no permitía hacer frente a las obras y pidieron ayuda por los pueblos cercanos, ayuda en dinero y también en frutos, centeno, patas, carnes... Decía al comienzo de este apartado que en 1962 todavía varios vecinos vivían en las pallozas, y es en esta fecha cuando la Dirección General de Arquitectura, construyo nuevas viviendas a los campesinos, adquiriendo en un principios dos pallozas para destinarlas a museo etnográfico, actualmente la Consellería de Cultura adquirió otras dos y son en total cuatro las pallozas que dependen de la Consellería. En la restauración y compra de aperos de labranza, telar, camas, bárrelo, arcas, y otros ínfimos muebles que había en las pallozas o en las casas más antiguas de la zona, además de la Dirección General de Arquitectura, también hubo iniciativa privada, como las aportaciones dados por el mecenas don Alvaro Gil. Posteriormente la Dirección General del Patrimonio Artístico realizó intervenciones en las pallozas convertidas en museo, algunas de estas intervenciones fueron poco acertadas, ejemplo el empleo de cemento, pisar las cuadras con lajas de pizarra y selladas con cemento, empleo de telas asfálticas; desaciertos que se fueron corrigiendo y que en la actualidad la Consellería de Cultura mejora la musealización de otras dos y de las dos que ya había.
“Son las pallozas” –escribe don Angel del Castillo, que las ha estudiado con todo cariño y entusiasmo- el tiempo de cabaña rústica montañesa, cubierta indefectiblemente de paja, y no menos pobres que las barracas valencianas..., Fruto quizá de la tradición, es posible que sean las pallozas el fiel reflejo de lo que eran las primitivas chozas de los antiguos galaicos, conservando a través de los tiempos por unas gentes eternamente apegadas a sus costumbres, y que constituyan una prueba más de las íntimas relaciones etnográficas que existen entre nuestros aborígenes y los galos, a juzgar por el relieve de las columnas de Trajano, donde aparecen esculpidas las chozas que aquellas gentes tenían, iguales en un todo a las que aún hoy sirven de vivienda a nuestros campesinos. Pero lo que no puede ponerse en duda es que obedecen a las especiales condiciones del terreno donde se levantan y a la clase de vida que hacen las gentes que en ellas se albergan.
Tierras las del Cebreiro y Ancares extraordinarias montañosas, envueltas por las nieblas aun en los días más hermosos del estío y cubiertas en gran parte del año por las nieves del invierno, tienen que ser viviendas sumamente resguardadas de los fríos y las aguas; y nada más a propósito para defenderse de los unos y las otras que las típicas pallozas, convertidas por su forma más o menos circular y por lo cónico des su cubierta en un perfecto reflector de calor que despide el hogar, levantado casi siempre en el centro, y que hace de ellas un horno donde se mantiene un temperatura consistente y media de 14 grados, cuando fuera sopla el cierzo a 11 bajo cero y la nieve lo cubre todo con su blanco sudario... La forma de las pallozas varía bastante. En los bajos, como Penaseara y Veiga de Brañas, y en las orillas de la carretera, como Pedrafita y Castro, suelen ser de planta rectangular, con la cubierta a dos aguas y su cumbre perfilando un conopio; pero en la sierra, donde las inclemencias del invierno son muy duras, la forma casi única y sin duda la más característica y primitiva, es la de planta circular con cubierta cónica muy elevada... Generalmente tiene tres departamentos: viviendo propiamente dicha, cuadra del ganado vacuno (llamado estreviza al lugar donde está la vaca) y cuadra de ganado lanar, ambas separadas con puertas aparte, pues sabido es que ambos ganados son de distintas temperatura. Centro de la vivienda es el hogar, donde arde continuamente el fuego, cuyas muxenas (chispas) detiene una lousa (losa) que pende del cainzo, estando alrededor de la lareira, en las pallozas circulares y pobres, es una especie de nichos, los lechos, los establos, etc.; pero cuando las viviendas de dos ejes y amplia, el ganado hállase a parte y la gente duerme en la barra o piso tendido sobre las cuadras, y entonces alrededor del hogar están los celeiros, sarillo, paneiras, huchas, cunquiero, barrela (para el combustible, generalmente uces y xestas), candeiro (para el canado recipiente para el agua), barra (para el comestible del ganado), aperos de labranza, el patriarcal escano y, en una palabra, todo lo que constituye la despensa, taller, sala y comedor de los modestos y humildes campesinos”).
Los primeros trabajos acerca de las pallozas del Cebreiro, fueron publicados en el Boletín de la Real Academia Gallega, números 78 y 82, correspondientes a noviembre de 1913 y abril de 1914. Cuyos estudios llevan por titulo Las casas del Cebrero y Origen y antigüedad de las pallozas del Cebreiro. Casas de planta oval o curvilínea y techumbre de tendencia cónica –son un vivo testimonio de lo que era las de los castros prehistóricos de la Edad de Hierro, en el noroeste de la Península; y aunque no son únicas, ya que algunas otras existen en ciertos rincones de la montaña asturgalaica, debemos considerar singularísimo el hecho de que allí se hayan conservado hasta nuestros días.
El 26 de septiembre de 1972 se inició el expediente para declarar el poblado de O Cebreiro Conjunto Histórico Artístico.
Actualmente cuenta con Refugio de Peregrinos, varios mesones restaurantes encuadrados dentro de la categoría de Casas de Turismo Rural. Ejemplos Venta Celta, Casa Carolo, Casa Valiña y Casa Frade.

El Cebreiro (IV)Albergue de Peregrinos
Un lugar tan emblemático para la ruta jacobea como es O Cebreiro, donde desde los primeros tiempos del hallazgo de la tumba de Santiago, hubo algún sitio de acogida para los romeros, que iban de romería a ver al Señor Santiago, según rezan los antiguos documento. No podía estar sin un establecimiento de este tipo. A sí con motivo del año Santo de 1993, la Xunta de Galicia através de la correspondiente Consellería decidió dotar el Camino, hoy Patrimonio de la Humanidad de una red de albergues, el tramo gallego, para los peregrinos. Él que no ocupa fue construido dicho año, con una capacidad inicial de ochenta plazas. El proyecto corrió a cargo del arquitecto José Antonio Franco Taboada.
En el año 2006, ha sido reformado y ampliado, dado su uso intensivo desde su puesta en funcionamiento en 1993, de nuevo ha sido redactando un proyecto de ampliación y reforma, que ha sido realizado por el arquitecto Antonio de Vega Rodríguez, y las obras fueron realizadas por la empresa Construcciones Orega; cuyo importe ha sido de 429.734,34 euros. Para hacernos una idea de la cantidad de peregrinos que pernoctan en el albergue del Cebreiro, citaré que durante el año 2007, prenotaron en él 14.103 personas y durante el año 2008 a 27 de julio habían pernoctando 11.134 peregrinos.

El Museo Hórreo Filandón
También el visitante y los peregrinos que se acercan o pasan por el milenario poblado, además de visitar el templo parroquial, orar ante las Sagradas Reliquias o encomendarse a Nuestra Señora del Cebreiro, pueden ver las pallozas convertidas en museo etnográfico que dependen de la Consellería de Cultura pero aun les quedan muchas más cosas por ver; tal es el caso del Mesón de Aurillac, todo el poblado en sí, sin omitir El Museo Hórreo Filandón. Auspiciado por la Asociación Santo Grial de Amigos del Camino de Santiago de Cebreiro. Dicha iniciativa es digna del mayor elogio y exponente claro del buen hacer de un grupo de amigos plenamente comprometidos con nuestra cultura tradicional, quizás mejor llamada “a cultura do campo e dos oficios”, por desgracia, la misma se está perdiendo de una forma, que me atrevo a decir casi irreversible.
Aquellos labradores que bajo las abundantes nevadas eran unos auténticos artesanos, haciendo en sus fraguas muchos de los útiles, después empleados en el trabajo cotidiano, en el pajar con las rústicas herramientas, labraban los troncos de roble, abedul, fresno o las mismas varas de acebo aquí llamado “xardón” y con ellas hacer “os fungueiros o estadullos” de los carros. Para convertir unos trozos de madera combinados con algunas piezas de hierro o acero bien templado, en carros del país, arados romanos, “rastros de dientes” hoces, “machados”, “foucinos” cuchillos, navajas, guadañas...
Se halla el museo en plena formación, comprende: el museo hórreo con todos sus elementos, un buen hórreo, tipo asturiano, propio de estas tierras, con sus patas, que son cada una de las columnas o píes que sostienen la cámara; su patín, que resulta ser un pequeño espacio que hace de descanso de la escalera; el pial o poyo, siendo el asiento de piedra arrimado a la pared, sobre las cepas los tradicionales tornarratos, sobre los que descasan los xojos o trabre, que son las vigas para soportar los lienzos de tablazón del hórreo, constando éste de puerta de acceso y rústico corredor. La cubierta al puro estilo montañés, a base de paja de centeno o beo, también llamado colmo y los entramados correspondientes de cangos que apoyan en el cume.
Dicha construcción, que es moderna, pero obedece totalmente a la topología de hórreo de madera, de planta cuadrada, originario de Asturias, pero que extiende su área de influencia a las comarcas norientales de la provincia de Lugo.
El hórreo asturiano, tan común en la zona del Cebreiro, no es una construcción especializada en la conservación y secado del maíz. En él se conservan numerosos productos agrícolas, carnes, quesos, heno y cereales como el maíz. Pero el secado de las mazorcas, en vez de realizarse en el interior del granero, como es habitual, se realizaba exponiéndolas al sol en ristras colgadas de la cornisa de la construcción. La suspensión del hórreo asturiano, consistente en elementales pilares de madera troncopiramidales de base cuadrada, alcanza alturas superiores a las de los demás hórreos gallegos; el espacio situado debajo de la cámara se utilizaba para guardar la leña, el carro o los aperos de labranza, en el caso que nos ocupa la maquina de limpiar el grano, la maquina de mallar o trilladora, algunas arcas y también la paja resultado de la última malla.
Sobre la suspensión, apoyada en tornarratos circulares construidos con toscas losas de pizarra, se asienta una cámara de hasta veinticinco metros cuadrados de superficie, que se compone de una grade formada por cuatro vigas de considerables dimensiones, un cerramiento de tablas sin rendijas de ventilación y una única puerta situada en uno de los costales, todo ello coronado por un conjunto de vigas superiores apoyadas en el grade a través de cuatro esquinales que soportan el peso de la techumbre. Ésta circular cubierta como dije de colmo, que se asienta sobre una elemental estructura basada en cuatro pontones situados en cada una de las limas.
La galería, es un elemento directamente ligado al hórreo asturiano, no aparece en el área gallega ocupada por este tipo de construcción; sólo en contados casos, localizados siempre en las partes más bajas de los valles, aparece parcialmente, ello, según nos referencia uno de los mayores conocedores de la arquitectura popular de Galicia, que es Pedro de Llano Cabado.
El Museo Hórreo Filandón, por el momento, comprende cuatro secciones, bien diferenciadas entre ellas. La primera agrupa todo lo relacionado con el centeno, es decir los aperos propios de la zona; se trata en realidad en lo que a esta parte se refiere de una musealización viva, es decir: cultivos, siegas, “carretos”, “mallas” y “fornadas” con resultado de pan para comer, base principal de la alimentación en la zona.
En el mismo se exponen aperos de labranza tan propios de éstas feligresías como son, las cambelas, los arados romanos, el arado de hierro, yugos, timucelas o timón, loros o temoeiros, buzos o buceiras, grades, canizo o rastro de dientes de hierro y también rastro de madera, que era usado para terrenos de cultivos de patatas, sembrados de lino y huertos; fouciños, mallos completos con sus mangueiras, casulos, antecarte y pértego; elementos de medidas de capacidad para granos, legumbres y semientes, que son los ferrados, los tegos y los cuartillos, además de otros muchos aperos que poco a poco se irán incorporando a las distintas secciones del mismo.
Sección o sala del textil: comprende elementos tan significados de la zona, como han sido los telares, rara era la casa algo pudiente o incluso muy humilde que no hubiera un telar; objetos para cardar la lana, llamadas cardas; rastrillos de lino, también llamados ripeiras, ripios o ripanzos; mazas, restrelos, rocas de hilar, sarillo, debanadoira, fusos...
Sección o sala dedicada a los trabajos realizados por los herreros: comprende todo lo relacionado con el oficio “dos ferreiros”, fragua también llamada en algunas zonas zafra; fuelle, ventilador, yunque llamado por la zona “xunca”; diversos tipos de atizadores, tenazes, mazas y martillos, compases, piedra de afilar, esmeril manual, tarraxas, torno, además de moldes para clavos clavijas y "chatolas".
Sección o sala de carpintero, comprende elementos tales como: “banco de carpinteiro”, cepillos, que por la zona se llaman “garlopas”; azuelas, también llamadas “aixolas”, “aixolas de volta” berbequís, falsas reglas, escofinas, escuadras, “xuntoiras” que es un cepillo empleado para abrir rebajes en la madera de un lado de la tabla; “garlopín”, que es lo mismo que la “garlopa”, pero con menos longitud. Siendo empleado para trabajar en piezas de madera más bien cortas. Diversos “alunados” que son cepillos del mismo estilo que la “garlopa”, teniendo algunos un orificio que atraviesa la parte delantera en donde se introducía un hierro o trozo de madera llamado “tarugo” que permitía tirar de él y poder ayudarle al carpintero que estaba trabajando, siendo empleado para desbastar la madera. No faltando elementos tales como cepillos de molduras, encaladores móviles, cantís, gramiles, serrón de punta, mazos, martillos de uñas, barreno, llamado en la zona “trade”, compás, calibre, gubias de acanalador, trenchas, serrones de cota, xebradeiras, o elementos tan corrientes como eran los cajones de las herramientas y maletas de carpintero.
En torno al Museo, encontramos una era, por la zona llamada “aira” donde se recrean las antiguas mallas, realizada con una malladora mecánica o (trilladora) que antaño tanto centeno y un poco de trigo han mallado, maquina de limpiar el grano, carro para llevar los mañizos de paja, la tradicional meda o medeiro y las arcas para guardar el grano. La tradicional malla, no más que la labor agrícola que tenía por finalidad separar el grano de la paja y que normalmente se hacía durante los meses de julio y agosto. Constituía la malla en cada casa un día grande, de mucho trabajo, pero también de alegría, bullicio y buen yantar que junto a la matanza, eran labores colectivas donde los vecinos se ayudaban unos a otros o incluso acudían de otros pueblos cercanos.
El Museo Hórreo O Filandón, lleva camino de ser un referente donde se recojan los instrumentos que los habitantes de ésta zona utilizaban en su quehacer diario, donde también tiene cabida la parte folclórica y festiva, que sería muy interesante recoger antes de que ya sea demasiado tarde, dado que O Cebreiro, se encuentra en plena evolución, donde en el pueblo de Zanfoga quedan mujeres que aun hilan y tejen y es frecuente oír el primitivo alalaa do Cebreiro: “Eu caseime cunha nena porque ela cantaba ben agora morro de fame y o cantar no me manten Ay la la, ay la la, ay la la....”
López Pombo, Luis
López Pombo, Luis


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