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¿Hablas mucho cuando estás en intimidad?

martes, 04 de febrero de 2014
A algunos les vuelve locos escuchar el ritmo de la respiración, es el que marca el compás de la excitación.

Susurrar, gritar y gemir, cuando estás en tu lecho ejecutando hazañas eróticas es muy habitual, pero ¿qué es lo que realmente te gusta que te digan para excitarte?. ¿Sabes lo que le “pone” a tu pareja?. ¿Habláis sobre ello?. Para averiguarlo deberías meterte entre las sábanas e investigar sin tabúes. Hablar durante las relaciones sexuales adereza la pasión, y también supone un utensilio con el que conocer las necesidades del otro para satisfacerlo. Algunos son callados como tumbas porque si no distraen al instinto pero según sube la temperatura corporal las charlas pueden ir a la par. Si no sabes que decir, ten en cuenta lo que no hacer jamás; insultar, decir groserías si no te lo piden o ser vulgar, ni nombrar a otra persona del pasado.

Diminutivos feos

A algunos les cuesta decir: "pene" o "vagina", “ano”, “trasero” o “sexo” siendo después capaces de jurar por todos los santos y hacerse sus necesidades, en sentido figurativo, en quien sea sin escandalizarse por ello.

No es positivo usar nombres infantiles para denominar zonas tan eróticas; “tu pesetita”, “pilila”, etc, ¡se carga la pasión!, ni decir: “mi "pajarito" ¿cómo está hoy?, ¡me dirá pio pio!” o "mi linda florecita, ¿se va abrir para mí?”. Existen términos que durante el acto pueden ser muy divertidos pero fuera de ahí, deben ser usados con discreción y respeto. ¡Así que busca palabras que pongan cachondo a tu pareja y dile lo que quieres oir!.

Planifica la Ruta

“Por aquí no” o “vas bien así”, acompañando con el “si si si, sigue” además de algún gemido puede guiar. Te pueden gustar escuchar palabras delicadas, dulces y románticas e ir hacia algo más intenso o solo decir “burradas” para transformarte en maquinas sexuales o ser capaz de retrasmitir el acto como si fuera un partido de futbol; de aquí te voy a tocar allí, pudiendo ocasionar que desees amordazar al comentarista. También los hay que no dicen nada pero al terminar “largan” todo lo acontecido con pelos y señales como si de una partida de cartas se tratara, recordándote donde tenias que haber arrastrado y cantado en bastos. Otros dan la predicción de cuando van a llegar al orgasmo, y lo anuncian como si fuera un titular; ¡Viene fuerte!.

Tipología

Los mudos, sabes que estás con alguien porque te pesa encima pero fuera de ahí no dicen ni “mú”. Se han acostumbrado por circunstancias a ser silenciosos, si te toca padecer este calvario hazte experto en verificar los cambios de respiración, eso puede darte una pista para ver por dónde anda la cosa. Los hiperrománticos, solo saben “hacer el amor”, rodeados de velas, música suave, y hablan de sus miembros como dándoles personalidad o con chorradas de nombres cursis, endulzan con palabras empalagosas que les quita las ganas de tener sexo a los mas pasionales.

Los “oscenos”, mandan y ordenan constantemente con groserías desde el primer día sin medir con quién están o si gusta pero también los hay que les excita al máximo las palabras fuertes. Los peliculeros, aquí lo que manda es la mente y su imaginación para estos, el cuerpo esta para acompañar, dios les otorgo de su verborrea que es realmente donde tienen su potencial, te echarán tal “chapa” que creerás que estas en el cine.

Verbaliza el placer

Renunciar al sonido entre las sábanas es como ver una película sin volumen. Verbalizar el placer que se siente es un poderoso potenciador de las pasiones. Pero para muchos hablar en esta circunstancia resulta un desafío similar al de hablar en público, para ir soltándote: habla en positivo de lo que te agrada, te gusta y quieres. Recuerda; tu pene y tu vagina no son marionetas, no hagas un teatro con ellas y dales su valor como parte de ti que facilita el placer pero no es lo único, el tono de voz, susurros y las miradas intensas, las manos y todo tu cuerpo junto a un adecuado sentido del humor puede provocar algo maravilloso.
Castro Liz, Ana
Castro Liz, Ana


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