Froteurismo
martes, 21 de enero de 2014
FROTEURISMO O COMO ARRIMAR LA CEBOLLETA
Si un ajeno te roza descaradamente te provocará repulsión y posiblemente le ofrezcas un guantazo
Se conoce como froteurismo (rozar en francés) a una parafilia o trastorno sexual, que consiste en la excitación erótica a través del rozamiento del falo genital masculino contra el cuerpo de una desconocida, sin que ella quiera o lo sepa. El froteurista manosea disimuladamente a sus víctimas, a las que generalmente aborda en lugares públicos, llenos de gente o aglomeraciones como son: conciertos, en el autobús, metro o discotecas.
Esto no significa que este varón termine ejecutando un encuentro erótico con su victima sino que, en la mayor parte de los casos, al llegar a la intimidad y soledad, se masturba recordando ese encuentro, necesita una musa a la que repasar con sus genitales aunque sea furtivamente para luego darse una homenaje desahogando su tensión sexual con una paja-evocadora. Esta parafilia, afecta a hombres tímidos y muchas veces, con problemas para relacionarse sexualmente, aparece en la adolescencia, en menor número afecta a féminas cuando ven a un cachondo perdido, se pegan como una segunda piel a su cuerpo.
El comienzo
En el instituto ¡es un clásico!, casi todos los chicos habrán pasado por ello; querer tocar lo que se pueda y como sea aunque cueste un broncón, riesgo hasta divertido de correr aunque te ganes un guantazo. Hay una barbaridad de posibilidades para los tímidos, salidos o muy descarados que desean catar algo aunque sea de esta manera. A medida que creces en las fiestas juveniles o universitarias, desde acosar por atrás a las chicas haciendo como que chocan sin querer, o sacar a bailar a alguna para pegarse bien a ella, restregándose lo que se pueda, y todo sin consentimiento. Se puede empezar con esta practica porque existe un exceso de imaginación morbosa en la mente y que solo se busca desahogar mediante la masturbación en soledad, se tiene fobia social y no se potencia las relaciones sentimentales con chicas.
Tipos
Exclusivos: sólo se excitan frotándose, no pueden tener ningún tipo de desahogo sexual sino es de esta forma. No exclusivos: son capaces de tener relaciones normales y suelen tener pareja estable, pero de vez en cuando practican el roce ajeno. Parciales: sólo rozan un poco a su víctima, para excitarse lo justo, y luego rematan en su casa la faena, recordando la situación. Completos: son más insistentes en su roce e incluso llegan al orgasmo con el restriego. Selectivos: eligen féminas con determinadas características, algunos incluso las prefieren acompañadas que solas.
Cachete con cachete
Notar algo duro, restregándose contra tu trasero, sin que te apetezca ¡no gusta!. Ser una víctima de un froteurista sea conocido o no, es como una agresión. Este depravado sexual aprovechará cualquier ocasión para ponerse de pie, apretar sus genitales contra los muslos de una mujer, incluso atreverse a dar cachetes o tocar senos para después en su hogar reproducir esa excitación e imaginar que vive una relación sexual con esa dama. Siempre puede haber excepciones y habrá alguna que le resulte apetecible. Cuando el froteurista sospecha que la víctima va a darse cuenta de su intención, dejará de frotarse y se marchara, existen auténticos profesionales del tema.
Abuelitos cachondos
Una nueva especie callejera son los cebolletas, especialistas en sobar en su mayoría ancianitos que se aprovechan de la muchedumbre y gentío para arrimar su falo, con exclusiva predilección por hembras jóvenes. Están considerados como una peligrosa banda geriátrica que dejan caer su mano despistada para que se pose donde sea o mueven su pelvis cuan Elvis Presley para ver que pillan.
Castro Liz, Ana
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los
autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora