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Fundación Fernando Blanco de Lema, ayuntamiento de Cee

lunes, 17 de octubre de 2005
Fundacin Fernando Blanco de Lema, ayuntamiento de Cee Fernando Blanco de Lema, nació en el ayuntamiento de Cee, A Coruña el 18 de octubre de 1796 y falleció en la Habana el 8 de abril de 1875; con solo trece años marcha emigrado a la isla caribeña de Cuba, donde se dedicó a la industria, negocios de ferretería y relaciones comerciales; quedando a su fallecimiento un capital inmenso y numerosos edificios. Otorgó testamento en la Habana el día dos de abril de 1875 ante el notario Miguel Nuño, en él mismo en su cláusula 15ª manifiesta lo siguiente: “es mi voluntad instituir fideicomisarios (...) para que con dichos bienes y productos funden en mi pueblo natural y casa donde nací un Colegio de primera y segunda enseñanza que se dará gratuita...” en el mismo instrumento designaba la cantidad de 750.000 pesos de oro con la finalidad de construir y mantener en su villa natal la mencionada fundación. Los testamentarios y su apoderado en España, el científico lucense D. Vicente Vázquez Queipo de Llano, sacaron adelante en medio de una agria disputa periodística y legal el magno proyecto que determinaría el comienzo de la Fundación Fernando Blanco de Lema; pues en vista de que los albaceas testamentarios retrasaban el cumplimiento de la cláusula 15ª, Waldo Álvarez Insua desató una violenta campaña, desde el diario “El Eco de Galicia”, justificada con palabras que fueron publicadas en “La Voz de Cuba”, algunas tan duras como estas: “yo tengo un periódico consagrado a defender los intereses de Galicia, Cee es un pueblo de Galicia, y como se halla perjudicado por la grave conducta de Baldonedo y Zabala, me creo en el imprescindible deber de atacarlos rudamente, ya que de las templadas exhortaciones no han hecho caso”. A este escrito sucedió otro no menos contundente con párrafos como este: “soy el representante del bien y progreso de Galicia, y como tal, tengo derecho a invocar las manes sagrados del Sr. Blanco, que desde su tumba se asombrará de que pasados cuatro años y medio no se ha hecho nada de lo que debió formar su sueño eterno”.
Los restos mortales del filántropo reposan en la capilla del colegio, a donde fueron trasladados desde su custodia provisional en la iglesia parroquial de Cee, el día siete de abril de 1880. En Cee tiene una calle dedicada y en 1973 se le ha dedicado un monumento que se erigió ante la fachada del colegio.
Mediante la intervención del ayuntamiento de Cee, fue comenzada la obra el día dos de agosto de 1880 y terminada el uno de octubre de 1886, siendo el coste de las obras de 18.592´77 pesos. D. Vicente Queipo de Llano tuviera en buen criterio supeditar el diseño del edificio al programa educativo preparado por D. Acisclo Fernández-Vallín, entonces consejero de Instrucción Pública y promotor de varias reformas educativas en la España del siglo XIX. La escuela de niñas fue edificada sobre el solar de la casa natal de D. Fernando Blanco, siendo inaugurada en 1887, en la misma recibían educación los párvulos hasta la edad de siete años y las niñas hasta los catorce.
Actualmente dicho colegio de niñas está dedicado a museo de la fundación Fernando Blanco. El reglamento por el que debía de regirse se encomendó su elaboración y redacción al catedrático de la Universidad de Valladolid, don Dionisio Barreda, quien lo terminó a comienzos del año 1886, en dicho reglamento figuran actitudes pedagógicas modernas que tardarían muchos años en ser aceptadas: “sea cual sea la falta que cometan los alumnos, nunca se les castigará con golpes de ningún genero, los golpes no corrigen y sin embargo embrutecen al que los sufre”.
Durante mucho tiempo, la intervención de gallegos en la institución fue prácticamente insignificante en el orden interventor y director. El colegio estuvo sometido, asimismo, a las vicisitudes del caudal cubano, lo que produjo crisis en la enseñanza con motivo de la guerra de Cuba y guerra europea. Después de años de languidez, se instaló allí un instituto laboral y en la actualidad funciona un instituto de enseñanza media.
El colegio contó desde su creación con una generosa dotación material para la enseñanza de ciencias humanísticas y experimentales; además del instrumental científico y didáctico destinado a la enseñanza de diversas materias, dos gabinetes de Física e Historia Natural y un laboratorio de Química; en dicho centro destacó por su grandiosidad el jardín botánico y su cuidada biblioteca que en 1918 contaba con 2.000 volúmenes, además de estar suscrita a varias revistas científicas y de divulgación educativa. A los pocos años de su inauguración la escuela fue abierta a todos los vecinos de Cee con la iniciativa de estimular el desarrollo cultural de la villa.
Era este un centro de enseñanza interdisciplinar, desarrollando una singular experiencia pedagógica, en su programa combinaba una educación humanística y científica con la enseñanzas de materias prácticamente necesarias para el desarrollo económico de la zona, se impartían cursos de contabilidad, comercio, mecánica industrial, idiomas, agricultura, dibujo y música, en la que se impartían clases de solfeo, canto, piano y violín. Esta fundación siempre estuvo muy vinculada con lo que actualmente llamamos nuevas tecnologías, así en 1887 se instaló en el colegio la primera estación telefónica interurbana; en 1906 se firmó un convenio entre la empresa Electro Cereijo y la fundación para la instalación de alumbrado eléctrico en dicho centro. Tampoco faltó el interés sanitario entre las muchas labores de esta fundación, teniendo especial relevancia en la epidemia de viruela de 1880, causante de cincuenta y tres muertes, y en las fiebres tifoideas que años más tarde asolaron la población, dicha fundación puso a disposición dos médicos municipales y los medios necesarios para sofocar la epidemia, mientras varios profesores del colegio recorrían las calles buscando y eliminando focos de infecciones; gracias a las posteriores campañas de vacunación gratuita promovidas por la fundación y la educación higiénica impartida, estas epidemias casa endémicas fueron erradicadas a principios del siglo XX.
Actualmente esta fundación cuenta con importantes colecciones de material didáctico, caso del gabinete de agricultura, con más de treinta maquinas agrícolas y aperos de labranza, doce muestras de tierras, seis de abonos y 116 de semillas de especies cultivadas. El gabinete de física, cuenta con importantes colecciones de libros, de instrumentos y un amplio laboratorio de química. Un amplio gabinete de historia natural, con una colección inicial de 500 fósiles, de la que se conservan 460; otra de unos 500 minerales de los que tienen 340 ejemplares. El gabinete de historia natural, entre sus colecciones estaba un herbario con 800 especies clasificadas en siete carpetas, la colección entomológica, contaba con unos 2000 ejemplares, demás de colecciones de animales-tipo precisa para el estudio de la zoología, en la que se incluían ejemplares de mamíferos, aves, anfibios, reptiles, peces; dicha colección se completaba con el modelo clásico humano del Dr. Auzoux, formada por casi 2000 piezas desmontables.
Por su valor destaca la colección artística, que a juicio de los responsables del mismo contribuía a la eficacia formativa de la instrucción, y así, en 1880 los fideicomisarios de Fernando Blanco decidieron encargar al pintor Federico Madrazo la realización de varios retratos, de los que se conservan ocho cuadros, también e la misma colección destacan seis obras religiosas realizadas por el pintor sevillano Francisco Díaz Carreño, discípulo que fue de Madrazo, además de otras obras ya de menor importancia, entre ellas varios grabados de la Calcografía Nacional.
Actualmente se está trabajando para recuperar en la mayor medida de lo posible las distintas colecciones; faltando por clasificar los numerosos volúmenes que forman la biblioteca y la documentación del archivo. Lamentablemente muchas piezas importantes que dicho centro tuvo han desaparecido o fueron llevadas según parece por algún director del centro poco dado a conservar tan interesante legado, haciendo un repaso a los inventarios material y colecciones existentes a finales del siglo XIX con los fondos actuales uno se da cuenta de que se han perdido demasiadas piezas, entre ellas un valioso piano de cola.
D. Vicente María Julián Vázquez Quiroga Queipo de Llano, estuvo muy vinculado con esta fundación, pues fue apoderado de los primeros testamentarios desde 1880 a 1888, también su hermano D. Antonio Vázquez Queipo de Llano, fue tercer testamentario de D. Fernando Blanco de Lama, entre 1880 a 1900 y D. Vicente Quiroga Vázquez, cuñado de D. Antonio Vázquez Queipo de Llano, fue fideicomisario desde de la fundación desde 1900 a 1913.
López Pombo, Luis
López Pombo, Luis


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