Sanxenxo: el urbanismo al juzgado

Hace años, sentados en la terraza del viejo Hostal del Mar de Sanxenxo y con la canícula a flor de piel, mi querido maestro y valedor Abilio Bernaldo de Quirós, miró fijamente la obra de “al lado” y comentó:

—- Cualquier día pasa aquí lo de Marbella, ya sabes.

Era un hombre prudente que estaba tan enamorado de Sanxenxo como de su mujer, Pepi, una señora encantadora que le había seguido a Galicia desde La Moraleja madrileña.

Aún no había muerto Jesús Gil y Pepe Cuiña trataba ya de convencer a Telmo Martínez, por entonces empresario del hierro y el acero, para que encabezase las listas del Partido Popular, cosa que hizo, resultando ser el alcalde de Sanxenxo de la era moderna.

Sí hombre… cuando definitivamente desaparecen los chalets de primera línea de playa –el de don José Hermida fue el último- ; cuando se crean las grandes infraestructuras portuarias y la villa da un salto cualitativo importante, hasta el punto que le dicen “la capital del verano gallego”.

Estos días pienso en aquellos otros porque, según te anticipaba el otro día en la página de “Galicia Única” en Facebook, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cambados “ha llamado a declarar al menos a seis técnicos relacionados con la gestión urbanística en el Ayuntamiento de Sanxenxo”.

Lo ha hecho porque ha abierto una causa en la que se imputan delitos de cohecho, trato de favor y prevaricación a la actual alcaldesa, Catalina González; al ex concejal de Urbanismo Ángel Casal; y al arquitecto y al aparejador municipales, entre otros técnicos de la Gerencia de Urbanismo.

El juez imputa asimismo a la secretaria xeral de Urbanismo de la Xunta de Galicia, Encarnación Rivas y lo hace por un expediente que no ve claro, gestionado entre el 2004 y el 2006, cuando aún era alcalde el hoy líder local de Pontevedra en el PP, Telmo Martín.

La alcaldesa, esta semana, visiblemente emocionada, ofreció una rueda de prensa para defenderse públicamente de la imputación. Cito textualmente sus palabras:

—– Lo primero que quiero deciros bien alto y bien claro que no hay un sólo papel que lleve mi firma en Urbanismo, en el que detrás de esa firma haya un cohecho, o un tráfico de influencias o un trato de favor, ni mucho menos una prevaricación.

Niega los tres delitos que le imputa el juez “en la construcción de unas viviendas en Dorrón, Bascuas, y un bloque de edificios en la calle Progreso”.

Catalina González a mí me parece una mujer encantadora, a la que le duele muy profundamente esta lucha del “y tú más” que se ha desencadenado entre los dos grandes partidos políticos e incluso entre los sindicatos y empresarios o entre los economistas y los bancos.

Me interesa mucho, sin embargo, un aspecto de sus declaraciones de esta semana:

—– Me sorprende que no esté incluido en el proceso el que era concejal de Urbanismo en aquel momento, Francisco Villaverde.

Y también me interesa este aviso a navegantes:

—– Si alguien piensa que va a quitar a esta alcaldesa por la puerta de atrás, que sepa que ha pinchado en hueso.

Me interesa esa frase porque no es la primera vez que se dejan caer acusaciones contra la Corporación de la Modernización, con Telmo Martín al frente.

A Telmo, después de su primera experiencia le encantó la política y adquirió poder en Pontevedra, aunque perdió las elecciones municipales. Desde la capital mueve ahora los hilos de sus influencias.

Sé a ciencia cierta, porque tengo buenas fuentes, que se ha estado investigando a fondo la política de urbanismo del Ayuntamiento de Sanxenxo desde hace al menos dos décadas. Hasta la fecha, ningún juez se atrevió a imputar a ninguna de las autoridades locales, quizá por falta de pruebas.

Pero a mí me resultaría muy extraño que su señoría, esta vez, errase en el auto iniciado con muchos más medios y una mayor información. No lo creo pese a ser de los pocos comentaristas que recalcan siempre que hay que escribir con la presunción de inocencia como bandera.


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