País de ignorantes

España tiene los ciudadanos adultos más ignorantes de 23 de los 34 miembros de la OCDE, pero en dos Comunidades, la Rioja y Castilla-León, pueden presumir de una formación similar a la de los mejores, japoneses y finlandeses.

Aunque la LOGSE, la ley educativa socialista de 1990, parece tener una gran influencia en la notable ignorancia nacional, porque los sometidos a ella casi no mejoraron tras grandes avances anteriores, el fenómeno riojano y castellano-leonés debería estudiarse para saber por qué no sufrieron iguales efectos negativos.

Quizás los malos datos de la encuesta de la evaluación de adultos de entre 16 y 65 años (PIAAC) de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), se deban a la estructura educativa de las CC.AA., a la no existencia de exámenes de Estado, como en los países punteros.

Los últimos datos hechos públicos sobre las oposiciones en la Comunidad de Madrid, a las que se presentaron 14.110 maestros de toda España, indican que el 86 por ciento suspendió un examen de conocimientos de sexto de primaria.

Maestros que contestaban, cuando les pedían la clasificación de los animales: el gato es…. astuto; el caracol… crustáceo; la gallina… mamífero; la serpiente… peligrosa; el gavilán… viajero.

Añadamos lo que se ha dado en llamar la “cultura popular”, tan televisiva, que sustituye sustantivos, adverbios o conjunciones por cacofonías, juramentos, blasfemias, palabrotas de contenido despectivo y/o sexual.

Observemos a los universitarios españoles. La mayoría exhibe un vocabulario de mil palabras y dos mil palabrotas o términos vacíos y exclamaciones: en la encuesta aparecen con menor comprensión lectora y de matemáticas que los chicos de primaria de otros países.

Esta es la España actual, y que no presuman los independentistas de ser mejores: sus comunidades están entre las de mayor número de ignorantes.