Permítanme que desee que sean especialmente buenas estas vacaciones a los socios y amigos del CLUB DE PERIODISTAS GALLEGOS EN MADRID. Un Club que, para los que no tengan el placer de conocerlo, está metido en las entrañas de los gallegos profesionales que viven en la Villa y Corte. Nos vamos de vacaciones con los deberes hechos al haber recuperado el premio-reconocimiento de nuestra institución conocido como GALLEGO DEL AÑO. Después de 10 años , y ya saben que si 20 años no es nada, como titula la novela de nuestra socia lucense Marta Rivera de la Cruz, menos lo son 10.
¨Non hai mal que por ben non veña¨ y a pesar de Eres y coyunturas socioeconómicopolíticas, hemos entregado nuestra máxima distinción a Inditex, empresa gallega que dice ESPAÑA por todo el mundo.
Lo familiar ya se sabe que siempre incluye algo de desconocido, algo de incomprensible. Ser periodista y gallego es binomio de prestigio incluso en épocas bajas. Sentidiño, bón facer e humor intelixente. La Santísima Trinidad periodística, si se me permite.
Este Club, cumple 30 años en 2014. Viruca Yebra, lucense de Sarria, lo fundó, el profesor Blanco Vila ilustró el camino, lo mismo Francisco Díaz Rey; y marcando las curvas Ramón Pernas, Jesús Salgado y mi antecesor el presidente Manolo Méndez, fallecido en febrero de este año.
Además de Manolo Méndez se nos ha ido este año Antonio Domínguez Olano, fundador del Club y Maestro de Periodistas, distinción que no pudo recoger personalmente. Hemos creado esa categoría para tener presente que hubo un periodismo distinto del actual, y que en él han destacado gallegos. Otra ilustre pluma de nuestro Club, con la categoría de MAESTRO DE PERIODISTAS es Manuel Martín Ferrand,
Martín Ferrand , Antonio Domínguez Olano y Celso Collazo, otro trío aquí encabezando una lista que seguirá. Y no nos hace falta rebuscar.
Celso Collazo me confesaba que aunque el periodismo languidece, es tiempo de nuevas tecnologías, hay que adaptarse a ellas, pero el periodismo es imprescindible. Lo dice él que a sus 92 años continúa aferrado a internet, reloj teléfono y tablets varias por toda su casa en Guadalix de la Sierra. Llegábamos a la conclusión que deben tenerlo claro los más jóvenes, que EL PERIODISMO SERA SIEMPRE CONFORTAR A LOS AFLIGIDOS Y AFLIGIR A LOS CONFORTABLES.
Me honro en presidir este Club que no es una cátedra profesional ni un hospital para nostálgicos, ni una franquicia para la promoción de una tierra, sino antes que nada un contenedor de valores, personales y colectivos. Aquí nacen y crecen nuevas amistades, se renuevan recuerdos y se mantiene vivo el cordón de células madre con la esquina verde, nuestra Galicia. El Club de Periodistas Gallegos en Madrid nos regala sobre todo una cosa: la puesta al día sobre los asuntos de nuestra tierra de orígen. Creo que la mayoría coincidimos en que somos portadores de una de las profesiones más bonitas y estimulantes; tenemos que además conseguir que sirva para ayudar en este momento tan difícil para todos. A los recién llegados les aconsejamos que se estimulen, porque no hay tanta gente buena. Y menos que trabajen como un gallego cuando se lo propone. O CASO É QUE SE O PROPOÑA; que podría decir Castelao, siempre contra la resignación. Feliz verano gallego.
- En la foto, Manuel Martín Ferrand firmando en el libro de honor del Club de Periodistas Gallegos en Madrid.
(Pilar Falcón es Presidenta del Club de Periodistas Gallegos en Madrid)
