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La llamada de Europa

martes, 09 de julio de 2013
Si no hay nubes, desde la península de Almina del extremo norte de África o desde la Punta Benzú de Marruecos puede verse Europa, la ansiada tierra prometida para miles de emigrantes.

Sólo 14 kilómetros de mar entre dos continentes -que casi se tocan como puede constatarse en Google Mapas- separan la pobreza de la prosperidad. Pocos lo consiguen pero en torno a los 25.000 inmigrantes según las estadísticas intentan cada verano salvar esta distancia con peligro de sus vidas, pasar de un continente a otro por el estrecho de Gibraltar y otros itinerarios en
un viaje arriesgado que se cobra nuchos muertos, ahogados y desaparecidos.

El estrecho de Gibraltar, denominado así por Yebel Tarik, el caudillo que inició la invasión árabe en el lejano año 711, es un brazo de mar muy agitado que une dos ingentes masas de agua, el Mediterráneo y el Atlántico, separa dos continentes y dos placas tectónicas, la euroasiática y la africana. De profundidades que llegan a los 1000 metrros, vientos fuertes de 40 nudos provocados por los macizos costeros, frontera natural si las hay, se trata empero de uno de los estrechos más transitados del planeta, lo cruzan hoy en día más de 80.000 buques al año, muchos suelen tocar en el puerto de Algeciras a la ida o a la vuelta.

Según la mitología, fue Hércules con su legendaria fuerza quien separó las dos columnas - el monte Calpe en España, el monte Muza en Marruecos- y abrió con sus ciclópeas manos el paso entre el Mediterráneo y el Atlántico... En la actualidad, la realidad es más prosaica y cruda, la travesía del estrecho se emprende estos mismos días desde África a la desesperada en pateras atestadas de inmigrantes subsaharianos apiñados en condiciones infrahumanas.

Y hay una novedad dramática este año, los clandestinos usan frágiles balsas hinchables como las dedicadas al juego en las playas, de dos o tres metros de eslora , que pueden transportar cuatro o cinco personas pero con gran riesgo de hundimiento.

Con el buen tiempo, arrecia este paso ilegal, la llamada de
Europa se hace más fuerte.

Se usa cada vez menos el itinerario con escala en las islas Canarias por ser un recorrido largo y azaroso, plagado de sobresaltos y contratiempos. La valla de 18 kilómetros de la ciudad autónoma de Ceuta, barrera física destinada a contener
la inmigración, es casi imposible de superar, sólo queda para los "espaldas mojadas" norteafricanos el paso del Estrecho a tumba abierta, si se me permite la expresión.

La memoria de la Fiscalía de Extranjeros de Algeciras de 2012 constata el incremento de la inmigración clandestina por esta ruta tradicional y directa de 14 Kilómetros, más corta y sobre todo más barata. La peligrosidad es la misma, si no mayor ,destacan las ONG (Organización no gubernamental), que como "Caminando fronteras" denuncian incansablemente este incesante tránsito ilegal.

Datos importantes recogidos en el informe de la Fiscalía del que se hace eco la prensa: se trata de un éxodo constante de inmigrantes jóvenes, entre 25 y 30 años, que huyen de sus países en busca de un icierto eldorado dispuestos a trabajar en lo que sea y a sufrir mil penalidades. Utilizan las citadas
embarcaciones inflables que cuestan unos 100 o 200 euros (las mafias le cobrarían 1000 euros por el pasaje en patera).

Destruyen sus documentos de identidad para no ser devueltos a su país de origen. Su número progresa exponencialmente, se cuentan ya por varios miles entre los que consiguen pasar
y los que son interceptados: estos viajes clandestinos se han multiplicado por cuatro en el primer trismestre de este año pero sólo algunos llegan a su destino, España, que no es sino una etapa para pasar a Francia o a Alemania.

Tal incierto y prolemático trayecto hacia Europa se hace de mil formas para atravesar la frontera: los muy jóvenes y adolescentes se esconden en los bajos de un camión o de un autobús con riesgo evidente de sus vidas o se cuelan por el
laberinto de los alcantarillados de Tánger hasta llegar al puerto y a los barcos, según las agencias de noticias. Algunas inmigrantes son mujeres embarazadas que quieren que su hijo nazca en España y goce de los derechos del "ius sole". ...

Les he enumerado algunos avatares de esta huida de África y de la miseria."Ni leyes, ni murallas defensivas pueden frenar la inmigración, que no se va a parar", advierte el escritor humanista Juan Goytisolo, de 82 años, que vive desde hace décadas en Marraquech, habla la lengua del país, la "dariya", un dialecto
del árabe clásico, y se ha convertido en un oráculo cuando se trata de las relaciones hispano-marroquíes. "Señas de identidad", "La traición del conde Don Julián" o "Juan sin Tierra", atestiguan con creces su espíritu crítico independiente, valor literario y maestría. Es un entusiasta de Marruecos, lo defiende en toda circunstancia.

"Está documentado que desde hace 30.000 años la humanidad viaja, es imposible evitar estos desplazamientos. sería absurdo, injusto e inaplicable", adjetiva este intelectual que ha dedicado su vida a estudiar la cultura marroquí y a analizar sin prejuicios las relaciones entre Marruecos y España. No creen lo mismo los sociólogos Nouredine Affaya y Dris Guerraoui que echan mano en un reciente estudio de clichés y estereotipos para responder a la crucial cuestión de ¿cómo se miran Marruecos y España? Tiemen estos autores al menos la virtud de haber sacado la primera foto fija del viejo diferendo entre las dos naciones vecinas.

En una encuesta que han realizado entre 1030 marroquíes, concluyen entre otras cosas que la imagen de España en Marruecos resulta mala por el peso de la historia y por el Protectorado español que se extendió desde 1912 a 1956. Desde ntonces dura el agravio y por ahora no parece tener solución según los entrevistados. Complejo de inferioridad versus complejo de superioridad, reina la desconfianza mutua, los dos pueblos a los que la geografía ha puesto lado a lado viven de espaldas. Ha pasado mucha agua por el estrecho de Gibraltar, un
abismo sigue distanciando a ambos países vecinos pero alejados en religión, costumbres, nivel de vida: España es la 14 economía mundial, Marruecos, la 126.

Un dato positivo al menos, la colonia extranjera de immigrantes marroquíes en España es la segunda del país en número y asciende a 729.000 personas, de las que han adquirido la nacionalidad española 64.000. Los marroquíes no se meten
en líos, tienen buen comportamiento y conviven sin problemas entre los españoles.

Corolario: España pasó de la larga emigración económica de la última mitad del siglo pasado a la inmigración subsahariana de la actualidad, un movimiento de sístole y diástole demográfico. Es una experta, tiene gran experiencia, a estas alturas debería haber obtenido la excelencia en el tema migratorio para abordar
estos problemas.
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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