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Gasto político

jueves, 16 de mayo de 2013
Acabamos de conocer, a través de una información publicada por La Voz de Galicia, que Lugo es el ayuntamiento gallego que más dinero público destina a pagar a sus tres grupos municipales. Entre PSOE, PP y BNG se reparten anualmente un total de 380.400 euros, más del doble que el segundo en el ranking de generosidad política: Orense, con 174.202 euros, y casi siete veces más que A Coruña que, con el triple de población que Lugo, destina al mismo fin algo menos de 56.000 euros. Una demostración más de cómo la partitocracia imperante tiende a confundir gasto público con “gasto político”.

Desconocemos cual sea la utilidad “pública” de semejante dispendio de dinero público destinado a un fin exclusivamente político, repartido tan generosamente por los grupos municipales entre sí mismos y, sin duda, en una decisión tomada por unanimidad, (ya se sabe que la generosidad bien entendida empieza por uno mismo y que existen algunos apartados en los que la discrepancia política no tiene cabida), pero es significativa la rápida reacción de los portavoces de dichas formaciones, que, al conocerse las cifras, se apresuraron a manifestar que dichas ayudas, y en esto también existe unanimidad, lo único que hacen es garantizar la independencia y la democracia y que están dispuestos a revisarlas. Sólo les faltó añadir; y en esto se ve que la demagogia de esta partitocracia está empezando a entrar en horas bajas; que todo es en aras de un mejor servicio a los ciudadanos.

Mientras a los lucenses se les exprime desde el Ayuntamiento con continuas e injustas subidas de los distintos impuestos municipales, ya sea el IBI, agua, recogida de basuras, impuestos de circulación, la ORA, etc. y se recorta el gasto en todos y cada uno de los servicio públicos, los responsables de gestionar austera y juiciosamente los impuestos que, a saber con que sacrificios, pagan los ciudadanos para la administración local, en la ingenua confianza de que dichos impuestos irán destinados a optimizar los servicios que el municipio presta a los lucenses, entendidos como tales aquellos que se destinan a mejorar la vida de los propios ciudadanos, sus representantes municipales destinan una buena parte de los mismos a un egoísta y mezquino “gasto político”, que nada tiene que ver con el gasto público y que, simplemente consiste en apropiarse de un dinero que ni les pertenece ni debe tener como objetivo sufragar sus propios gastos internos.

Y es que nuestros representantes, en todas y cada una de las administraciones que tanto proliferan en este país, tienden a confundir lo que es gasto público, destinado a mantener y mejorar los servicios básicos a los ciudadanos, con un gasto exclusivamente político, que nada tiene que ver con el anterior y que va destinado exclusivamente a mantener su propio status de privilegios. Las miles de empresas públicas creadas con el único fin de colocar a parientes y amigos, los miles de enchufados en todas las administraciones del Estado, los incontables asesores, las decenas de televisiones y radios públicas, y hasta los gastos en copas y mariscadas tan de moda últimamente, etc. mantenidas contra viento y marea pese a los recortes generalizados en servicios tan básicos como son la sanidad, la educación, dependencia, etc. son un buen ejemplo de cuales son las verdaderas prioridades de los políticos españoles.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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