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Hospitales destinados a los peregrinos

jueves, 02 de mayo de 2013
Memoria de Lugo

El Camino Primitivo

Las alberguerías y los hospitales destinados a los peregrinos

El concepto moderno de hospital, como lugar de diagnóstico y atención para personas que buscan remedio a una enfermedad, es distinto al del hospital medieval, en que su función primordial era el de alberguería o asilo para romeros o peregrinos y personas pobres o desvalidas. La hospitalidad, en términos generales, incluía dar al acogido cama, fuego, sal y auga para cocinar, ya fuese pobre, romero o clérigo.

El hospital medieval era un lugar en donde se daba cobijo a los desvalidos y a los que peregrinaban, es una institución de caridad que se mantenía gracias a las donaciones de las personas que en sus testamentos reservan una parte de sus bienes para obras de caridad, necesarias para poder alcanzar la salvación, pues para ello no es suficiente sólo con tener fe, sino que debe de acompañarse de buenas obras, de manera que distribuyen limosnas en las que está incluida una institución hospitalaria. En los testamentos se hacen donaciones para la atención del culto, de sus ministros, socorro de los pobres, limosneros y vergonzantes, así como para los hospitales y hospicios.

El gran hospital de la ciudad era el que llamaban el Nuevo, construido hacia 1230, que sustituyó al Hospìtal Viejo y que estaba bajo la advocación de Santa María, llamado también de Nuestra Señora del Campo, por estar situado en las Ferreirías, actual Armañá, pero en el tramo inmediato a la Praza do Campo.

A finales del siglo XVI todos los hospitales quedaron reducidos a dos, el de San Bartolomé, trasladado en 1621 a las Torres del Conde don Fadrique, duque de Arjona, que estaban en la actual Praza de Ferrol, y el de San Lázaro. En 1778 se hizo un hospital de peregrinos en un edificio inmediato a la Porta Falsa.

Con anterioridad al año 1000, hubo un hospital de peregrinos, mencionado en las cartas otorgadas en los años 998 y 1042 por los obispos Pelayo (985 - d.1000) y Pedro (1022 - 1058), que hacen referencia en sus donaciones al socorro a los peregrinos y fieles que viniesen a visitar la imagen de Santa María. Tienen el mismo fin la donación del rey don Bermudo y la de doña Geloria de 1016, madre del conde Rodrigo Oveco.

Cuatro tipos de hospitales

La proliferación de hospitales y alberguerías en la Edad Media, se debe a dos factores, uno religioso relacionado con la peregrinación a Santiago y como acto de piedad ante la muerte, y otro inherente al desarrollo urbano. La palabra albergueria está usada en el testamento que otorgó la reina de Navarra doña Estefanía refiriéndose a la de Nájera, y fue sustituida por la de albergueria de pobres y peregrinos en la donación hecha a los monjes de Cluni por el rey de Castilla Afonso VIII.

Conocemos cuatro tipos. Los de peregrinos eran albergues para darles cobijo. Los de los pobres vergonzosos, son asilos. Los destinados a atender a los enfermos y las leproserías o lazaretos en donde se recluía a los leprosos.

La piedad de los Gaioso en sus donaciones a los hospitales

De los hospitales que hubo en la ciudad en la Edad media, hay referencia en documentos de los siglos XII y XIII. Su número dio lugar a que la piedad de los fieles les hiciesen donaciones equitativas, dando la misma cantidad a todos, pero hacían una excepción con el de los leprosos, al que destinaban algo más. Según consta en la donación que hace en 1251 Teresa Fernández de Mirapeixe, en el siglo XIII había tres alberguerías, que suponemos que eran las de los peregrinos, a las que deja doce tercias de centeno y otras dos para los hospitales y la leprosería.

En 1481 había en Lugo, por lo menos, siete hospitales, con el del puente a las orillas del río Miño, como consta en el testamento de don Gómez García de Gaioso, de la casa de Mirapeixe, fundador de la capilla de San Froilán. El canónigo don Juan Pallares y Gaioso, suponía que sus rentas se subrogaron en el hospital de Santa María, que estaba junto a las carnicerías, en la calle de Armañá, según deducía de una escritura que había en el archivo de la catedral.

Por su ubicación se deduce los hospitales que podían ser de peregrinos

Por su localización creemos que los hospitales de los peregrinos que hacían el Camino de Santiago, eran el de Santa Catalina, en el Burgo Novo, junto a la puerta de San Pedro, en la que desembocaban el Camino Primitivo que venía de Oviedo y la desviación del Camino Francés. Posiblemente también lo fue el hospital de San Bartolomé en las Cortiñas de San Román.

Antes del apogeo de la peregrinación jacobea, hubo otro en las inmediaciones de la catedral, cuando los romeros venían a venerar a Santa María de Lugo, y después el hospital de la plaza del Pozo da Pinguela y el de San Miguel o de los Pobres Vergonzosos, en el interior de la Porta Miñá, que antes estuvo fuera.

San Miguel, Santa Catalina y San Bartolomé, son advocaciones que tienen o tuvieron capillas o retablos dedicados a estos santos en la catedral, porque fueron titulares de cofradías. También están representados en tablas de la sillería alta del coro, esculpidas por Francisco de Moure entre 1621 y 1624, hecho a expensas del obispo don Alonso López Gallo.
De Abel Vilela, Adolfo
De Abel Vilela, Adolfo


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