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Una tragedia griega

miércoles, 27 de febrero de 2013
Puertas afuera

Haría falta un nuevo Sófocles para describir la tragedia de lo
que sucede en Grecia en estos últimos años: dos rescates al
quebrar dos veces la economía de la nación helena, el último de
80.000 millones de euros, una cantidad sideral que la endeuda
para siempre. Los datos son desmoralizadores, basten sólo dos, significativos e insólitos, para resumir la situación. Uno: hay muchos
ciudadanos griegos que, con el fin de poder ser contratados y
asegurar su empleo, deben trabajar un año entero sin cobrar.
Punto de admiración. Dos: el estado heleno, que ha puesto en
venta varias islas para conseguir dinero, prueba patente de su
indigencia, se mantiene a duras penas en pie. Punto de
interrogación. ¿Qué va a pasar?

En diciembre Grecia estuvo al borde de la bancarrota por
enésima vez. Se impone, pues, una cura de caballo: recortes de
sueldos y aumento de impuestos que tienen a los 11,2 millones
de griegos sin aliento, en las últimas, según las informaciones
procedentes de Atenas.

El gabinete del joven primer ministro conservador Antonis
Samarás , que dirige la nación desde junio de 2012 con muchas
dificultades, gobierna al son que tocan los bancos acreedores,
alemanes y franceses, que tienen representantes y hombres de
confianza vigilantes en todos los ministerios como airea la
prensa. Ha habido escaso eco para las confortadoras palabras
del presidente francés François Hollande pronunciadas en el
transcurso de una visita oficial estos días, no sólo porque les
sonaban al pueblo griego a música celestial sino a causa de un
elocuente paro de los medios decomunicación que las puso en
sordina. "Sólo nos queda el recurso a la huelga", dicen los
griegos sin asidero a ninguna tabla de salvación.

Paros, huelgas, manifestaciones son el pan nuestro de cada día en una nación que está deprimida, no contenta con su suerte, melancólica. La
melancolía, etimológicamente "bilis negra", es un estado de
ánimo tan antiguo como Grecia representado por el arte desde
tiempo inmemorrial como - sólo es un ejemplo píctórico- en el
cuadro del pintor impresionista Edgar Degas que muestra a
una mujer pensativa con la mirada perdida y doliente que bien
pudiera ser la estampa simbólica de la Grecia actual.

UN PAIS INTERVENIDO

La troika supervisora formada por expertos asesores de la
Unión Europea (UE), el Banco Mundial (BM) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI), que vela por que la madeja
europea no comience a devanarse por Grecia, se reunirá
dentro de unas semanas en Atenas para controlar los resultados
de sus férreas directrices y recomendará medidas de austeridad
a la sufrida población si son necesarias. La Aministración de
Atenas no es autónoma, gobierna al alimón con la fiscalizadora
troika, temerosa esta última del efecto contagio a otras
naciones. El país está intervenido.

Para más inri, agobiados por la inverosímil y crítica situación,
los dos principales sindicatos griegos, el del sector público,
ADEDY, y el del sector privado, GSEE, que representan a 2,5
millones de trabajadores, han decretado de consuno una huelga
general de 24 horas, la tercera desde el comienzo de la larga
crisis de la deuda, un aldabonazo de aviso. Desconfían de las
medidas de ajuste tomadas, consideran que siempre pagan los
mismos, los sujetos a una nómina. La sociedad griega está
harta: el desempleo alcanza e 27%, porcentaje del que 60%
son jóvenes, cuya única salida es la emigración. Por ello los
sindicatos paralizaron la nación el miércoles de la semana
pasada -ferries anclados en puerto, escuelas cerradas,
hospitales sólo con personal de emergencia-. Y lo hicieron no
solamente contra los recortes sino también para pedir que se
vuelva a los convenios colectivos porque la contratación se está
haciendo en la actualidad de forma directa empresario-
empleado sin norma alguna, sin garantías laborales...

Grecia es el futuro imperfecto que quieren evitar a toda costa España e
Italia.

CONDICIONES DE ESCLAVITUD

En una entrevista de radio captada por internet en mi
ordenador, que me sorprendió por describir muy cabalmente la
situación griega, el profesor universitario Pedro Olalla, helenista
residente en el país desde hace 26 años, traza un panorama
desolador de Grecia y define sin ambages como "condiciones de
esclavitud" las que se dan en la vida laboral del país, porque -
razona- si para obtener un contrato de trabajo hay que bregar
previamente un año de balde, ¿de qué otro modo podría
calificársela?

Olalla se extiende luego sobre la cuestión con
otros datos abrumadores: un 21% de la población vive por
debajo del nivel de la pobreza, el salario mínimo es de 510 euros,
se ha fijado en 13 horas la jornada laboral, hay más de treinta
mil personas durmiendo en las calles de Atenas por segundo año
consecutivo: todo ello constituye una larga lista de agravios
contra el pueblo griego... Las cosas van cada vez peor.

Tanto es así que muchos como este profesor universitario
preconizan a la desesperada una refundación del Estado griego
con fines y obligaciones de nuevo cuño, un brindis al sol sin
duda porque Grecia stá encuadrada en la Unión Europea y
fuera de ésta aún sería peor. Propuestas como a la que aludo
muestran la desesperación de la población y anuncian un negro
futuro para ella.

Ya está aquí este futuro: Grecia ha sido puesta en almoneda -on
line para mayor escarnio- con el objeto de cumplir los ajustes
que le exige la troika: islas del mar Egeo, hoteles de lujo, 38
aeropuertos, 12 puertos de comercio, 57 turístiicos y 5 autopistas
han salido a la venta, es un plan de privatización total del
estado para hacer dinero y enjugar de momento 70.000
millones de euros antes de 2015, una parte de la deuda mamut
acunulada.

Rusia, EEUU e Israel estarían interesados. La efigie pétrea que ilustra en la Wikipedia la máscara del dios Dionisio, de boca entreabierta y ojos asombrados, cuyo original se conserva en el museo del Louvre de París, es una buena imagen de lo que está pasando en el desdichado país
mediterráneoo, un estado fallido con su cohorte de penuria,
escasez, carestía y corrupción y podría presidir muy bien este
artículo.
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


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