Cospedal y populismo

Lo que dijo el pasado 12 de febrero la señora Cospedal es sorprendente: "cuando desaparece la política con mayúsculas sólo hay dos posibilidades: o aparece el populismo o aparecen los generales".

Seguro que fue un llamamiento a la necesaria limpieza democrática del juego político, pero citar esas alternativas en pie de igualdad y de maldad me parece una perversión del lenguaje digna de cómodos políticos de salón poco estudiosos de los populismos o de la milicia.

Sobre todo cuando la actual podredumbre y la práctica inexistencia de política con mayúsculas, la que debe buscar el bien común y la satisfacción de las necesidades reales de la gente, es responsabilidad única y exclusiva de algunos politicastros de tres al cuarto, sin catadura ética, envueltos y desbordados por activa y por pasiva en escándalos de corrupción tras haber convertido la política en negocio lucrativo y en delincuencia.

Creo que para decir esto no hace falta esperar a que un juez lo diga. La política hoy apesta. Y lo han logrado algunos políticos colegas o más o menos adversarios de la señora Cospedal. Que los populistas entrasen en escena sería malo; no conozco uno bueno. No justifico la entrada de los generales en política; no es lo suyo.

Estoy seguro de que para limpiar este estercolero aún quedan políticos decentes que no necesiten apelar a demagogias y fantasmas. Entre algún político honesto y valiente que quede y los millones de españoles que estamos hartos, igual podemos deshacernos de la escoria moral y política que nos atufa.