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La U.E. va penosamente, paso a paso

jueves, 14 de febrero de 2013
Nacida el 1º de noviembre de 1993, la Unión Europea se ha convertido en irreemplazable para sus más de 500.000 ciudadanos, que no pueden concebir las relaciones internacionales sin ella. La reciente cumbre de los 27 en Bruselas prueba que sigue siendo la mejor alianza contra la crisis a pesar de la complejidad de su toma de decisiones. Acaba de sortear un escollo presupuestario complicado. Fuera, no hay salvación, los estados nación son demasiado débiles frente a un mundo globalizado.

Recapitulemos lo que acaba de suceder. Como la virgen del puño, utilizando la expresión popular, la canciller Angela Merkel, cuya opinión vale tanto o más que la de los otros 26 países miembros, no quería permitirse ninguna veleidad presupuestaria en la Unión Europea, es la guardiana del rigor y de la contención del gasto. En cambio, el presidente francés François Hollande preconizaba abrir la mano para allegar fondos con el fin de estinular la economía. Ambos figuran a la cabeza de dos tendencias enfrentadas que tensaron la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas esta semana: austeridad para no malgastar ni unsolo euro de más versus inversión para salir del estancamiento. La primera de estas estrategias estuvo representada por Alemania, Gran Bretaña y Holanda; y la segunda defendida por Francia, Italia, España y los países mediterráneos.

Una línea imaginaria pero indeleble divide a Europa económicamente ntre norte y sur. Los países del norte, partidarios del estatu quo porque así les va bien y los del sur, favorables a activar la economía con nuevas aportaciones de capital para que les vaya mejor. Ricos frente a menos ricos en este pequeño cabo de Asia que es Europa según la aguda y perspicaz definición del poeta y escritor francés Paul Valéry para bajarle los humos al Viejo Continente y al eurocentrismo.

Una cinta sin fin

Así, el forcejeo entre ambos bandos opuestos fue inevitable, pero como siempre sucede en as cumbres de Bruselas, tras una noche en blanco negociando sininterrupción a cara de perro, las dos partes, exhaustas como pudimos apreciar por televisión. terminaron por dar su brazo a torcer de madrugada y se alcanzó in extremis un acuerdo "modesto pero el único posible" según el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Roompuy.

Fue fruto de un tira y afloja casi interminable hasta llegar al consenso sobre unos gastos para el periodo que va de 2013 a 2020 de 960.000 millones de euros, 33 mil millones menos que en el presupuesto precedente, las cuentas más reducidas de la historia de la Unión Europea. Europa tuvo que hacer un nuevo agujero en su cinturón, no hubo más remedio, viene una época de estrecheces.

Como es habitual en estas ocasiones, todos aseguraron después haber ganado en declaraciones destinadas a sus respectivas opiniones públicas.

El encuentro de Los 27 desembocó así en un compromiso de mínimos. Pero ahora tiene que ser ratificado por el Parlamento Europeo que podría prorrogar el presupuesto anterior, por ser en prrincipio hostil a los recortes.

La Unión Europea es una cinta sin fin, "sólo al cabo de muchas pruebas y repruebas, resplandece la verdad", decía Cervantes.

Merkel calificó el acuerdo de bueno, solidario y justo, cubriéndolo de elogios únicamente por haber sido alcanzado. Hollande, resignado, lo acató en aras de la buena entente comunitaria, , aunque no le entusiasmara lo más mínimo.

Del lobo un pelo, España consiguió varios logros, mil millones de euros para combatir el paro juvenil y sigue siendo receptor neto de la Unión otros siete años. Un respiro de alivio en un momento en que la afligen casos flagrantes de corrupción, como el del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, al que se le descubrieron 22 millones de euros en los bancos suizos cuya procedencia tenndrá que probar. Lo malo es que la corrupción se extiende a otros casos, es como en el viejo chiste escatológico que representaba uno de los tormentos del infierno en una cueva en la que los condenados, con el cieno hasta los labios, rogaban: "no hagan olas, no hagan olas".

Un caso paradigmático.

Alemania, la maestra severa y exigente, Portugal, el mejor alumno que cumple con los deberes que le impone la estricta"troika" comunitaria -formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI-, y el pueblo portugués, enervado por la dieta forzosa, constituyen los elementos de la ecuación que trata de despejarel Gobierno luso. No es fácil, las cifras de partida son abrumadoras, basten tres: 16% de desempleo, 3% de caída del PIB (riqueza nacional) en 2012 ,défict y deuda han puesto en situación de quiebra a la nación vecina, sólo la salva pertenecer a la Unión Europea. Angela Merkel viajó a finales del otoño último a Lisboa en una visita de unas horas a reconfortar al primer ministro portugués Pedro Passos Coello por sus esfuerzos y decisiones impopulares. Desde que fue elegido en junio de 2011, aplicó medidas dolorosas que llenaron las calles y plazas lisboetas de manifestaciones continuas de protesta. Puso en marcha un plan de cirujano de hierro que supone privatizaciones, despidos baratos, supresión de pagas extra y presentación de los presupuestos mas restrictivos de la historia lusitana. Merkel aplaudió y pidió paciencia a los ciudadanos portugueses, que son quienes pagan los platos rotos. Paciencia ante la escasez y la penuria, como si fueran el satnto Job, vaya futuro, En una Europa a dos velocidades, la boyante Alemania y el depauperado Portugal representan las dos caras de la misma moneda.

En resumen, la Unión Europea va penosamente paso a paso.
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


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