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Salir o quedar en Europa, dilema de Cameron

lunes, 04 de febrero de 2013
Puertas afuera

SALIR O QUEDAR EN EUROPA, DILEMA DE CAMERON

Recuerdo un dibujo humorístico de hace algún tiempo cuando yo estaba en Londres de corresponsal que representaba a una joven sentada al borde de la cama diciendo muy irritada a su novio:

-Ya te dije que no, que no y que no, qué quieres, ¿un referéndum?

Los ingleses están precisamente ahora ante un próximo referendum crucial, el de salir o quedar en la Unión Europea, a la que pertemecen desde hace 40 años. Y no les importa ni un penique mantener en vilo en este dilema a toda Europa. Antes al contrario, les complace, su ego es mayor que el extenso Hyde Park de Londres.

El primer ministro británico actual, el conservador David Cameroon, bajo en los sondeos y con el país en una situación económica crítica, "entre el diablo y el proceloso mar" como reza el dicho inglés, decidió inopinadamente - "ou rompe ou racha", diríamos nos- convocar un plebiscito sobre la permanencia o el abandono de Gran Bretaña de la Unión Europea en una huida hacia adelante para ocultar las vicisitudes por las que pasa como primer ministro británico y actual inquilino del número 10 de Downing Street. Y eligió un asunto que apasiona siempre al pueblo más euroescéptico del Viejo Continente, un reto para sus conciudadanos, un órdago a la grande: ¿queréis seguir formando parte de Europa, sí o no? Es la manera que ha elegido Cameron para poder reclamar un mejor trato por parte de Bruselas.

Cononocedor de la falta de entusiasmo de sus compatriotas por la idea de Europa, nostálgico en su subconsciente del añorado imperio perdido, el "premier" toca una vez más la fibra patriótica de los súbditos de Isabel II para capear el temporal provocado por su mala gestión interna y la crisis.

No obstante se da un tiempo prudente. El referéndum está programado para celebrarse a finales de 2017, dentro de cuatro años, y eso si él es reelegido en los conicios de 2015. Largo me lo fiais, queda tiempo para renegociar en los próximos años la relación británica con la Unión antes de someterla al voto del pueblo inglés. Envolviéndose en la bandera de la Union Jack -una cruz apaisada y un aspa, ambas rojas, sobre fondo azul-, Cameron -émulo de la primera ministtra tory Margaret Thatcher que protagonizó una coacción similar en 1988- dijo: tenemos el carácter de una isla, independiente, directo y apasionado a la hora de defender nuestra soberanía. Pero también advirtió, seguro de que Gran Bretaña no desea quedar a la deriva: "si salimos de la UE será un viaje de ida, sin posibilidad de vuelta". Vamos, que puede ser un salto en el vacío.

Los comentaristas sospechan que todo el ruido desencadenado por su anuncio inesperado es una cortina de humo y está sólo destinado a ganar votos y presentarse a las elecciones en una posición mejor.

Desde fuera, se cree que es hora de dejar sentado de una vez por todas que al Reino Unido le interesa formar parte de la Unión, y molesta al resto de los europeos que lo esté dudando siempre.

Como una carambola a varias bandas, la arriesgada jugada de Cameron, digna una vez más de la política compleja y sutil británica, pudiera resultar suicida para el líder "tory" si no sale bien. Una nota al margen interesante: la expresión con que se acostumbra describir Inglaterra, "pérfida Albión" (Albión es el nombre más antiguo de Gran Bretaña), pprocede de un poema del diplomático francés de origen español, Agustín Louis Marie de Ximénez fechado en 1793. Hizo fortuna y aún se emplea continuamente.

El quid de la cuestión reside en dos concepciones dispares de la Unión Europea, la británica, que la considera una zona de libre cambio, frente al resto de las capitales que defienden la idea de una unión política, de la que Londres no quiere ni oir hablar.

Paralelamente se anunció en los últimos días de enero que la economía del Reino Unido había sufrido una conntracción del 0,3% en el último trimestre del 2012, según cifras oficiales. Los expertos señalan que si en el primer trimestre de 2013 se repite la caída del PIB (Producto Interior Bruto, indicador que mide la riqueza nacional), el país entrará en su tercera recesión casi cinco años después de la última borrando los efectos benéficos que produjeron los Juegos Olímpicos y los festejos de los sesenta años de reinado de Isabel II. Situación precaria de una economía en trizas , de la que David Cameron trata de desviar la atención con el anuncio de este referéndum sobre la continuidad de Gran Bretaña en la UniónEuropea, según sus críticos.

Al Reino Unido le encanta ser el florón, el centro e atención, que todos estén pendientes de sus decisiones como recuerdo de glorias pasadas, pero hay muchos que disienten y no aceptan el chantaje que consiste en decir si no varían las condiciones de mi adhesión, me voy; y la Unión quedará debilitada. Francia, por ejemplo. El presidente François Hollande, declaró que "Europa no es negociable", está sometida a ciertas obligaciones y que no se puede tomar de ella lo que beneficia y y rechazar lo que molesta.

En cambio, la canciller Angela Merkel, consciente de la importancia de Londres y de la City para Europa, reaccionó ante el envite de Cameron con la serenidad que le da dirigir el país más potente de laregión. Además, mantiene buenas relaciones con David Cameron, ambos comparten ideas similares sobre la flexibilidad de la economía. Por el contrario, la prensa alemana reaccionó violentamente contra las pretensiones del Reino Unido, el diario "Süudeutsche Zeitung", por ejemplo, tituló sin ambages : "Cameron indigna a Europa".

En política interior, no están de acuerdo tampoco con el desafío del primer ministro los liberales de Nick Clegg a pesar de ser sus socios de gobierno en una coalición cada vez más frágil; ni los laboristas de Ed Miliband, que están en la oposición y que denunciaron agriamente que el primer ministro lleve al país al borde del precipicio económico y prepare su salida de la Unión; ni tampoco los conservadores del ala eurófila del partido, que los hay y son numerosos.

Hoy por hoy, David Cameron, de 47 años, primer ministro desde mayo de 2010, es uno de los políticos más aislados de Europa y ha puesto a los ingleses ante la candente disyuntiva de marcharse o permanecer en la Unión Europea, un dilema shakespeariano. Gran Bretaña está ante dos senderos que se bifurcan y además en medio de una crisis económica generalizada sin precedentes por añadidura.

Así, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
entra en una época de incertidumbre política, la económica le es consustancial desde hace tiempo.
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


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