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Centro Gallego de Buenos Aires (ayer, hoy y mañana)

miércoles, 23 de enero de 2013
Aires de la Península

Por informaciones de colegas residentes en Galicia, sabemos que este cronista y su columna sobre el acontecer del CGdeBA, no ha de circular por la Comunidad con la soltura de otros tiempos.

Al parecer sus opiniones no cuentan con la aceptación de algunos funcionarios de la Xunta de Galicia. Y como por lo general y salvo honrosísimas excepciones quienes asumen la responsabilidad de opinar “a sueldo” no suelen hacerlo en discrepancia con sus empleadores, silenciar a quienes lo intenten suele ser una forma de acumular méritos.

Sin embargo, cuando un acto de censura vergonzante, y a todas luces desmedido, es impulsado por los que cuentan con medios de difusión de alcance infinitamente superior a los de este escriba, no es aventurado suponer que algo anda mal en aquellas tierras, más allá de los buenos resultados electorales.

Claro que nada de lo dicho ha de impedirnos continuar por el camino que nos trazáramos al comenzar nuestra tarea. Sobre todo cuando los “populares” –fieles a sus concepciones- deciden el reparto del Sistema Público de Salud entre los grandes grupos de la sanidad privada.

Con la “generosidad” que caracteriza a estas empresas, siempre dispuestas a “mitigar” los dolores del cuerpo a “precios razonables”, vemos ingresar al “negocio” (perdón por el término), a Ribera Salud, Hospitales de Madrid, Sanitas, o el grupo que el pasado 2011 alcanzó una facturación que orilló los 680 millones de euros. Nos referimos a Capio Sanidad.

Este gigante que es hoy propiedad del Fondo de Inversión CVC (fondo de capital riesgo inmobiliario) tuvo unos comienzos más modestos en Castilla-La Mancha durante los años noventa del pasado siglo. En una clínica dirigida por un matrimonio de médicos bajo la denominación “Centro de Diagnóstico Recoletas” (¿lo recuerdan?) que ya a fines de la precitada década gerenciaba cuatro Hospitales, con cientos de empleados.

Lo reseñado sobre la gravedad del momento por el que atraviesa la Salud Pública en el Estado español, nos obliga a detenernos en la actitud poco entendible de ciertos personajes de la colectividad gallega en la República Argentina, entre los que destaca la señora que ejerciera transitoriamente la presidencia del CGdeBA, dispuesta siempre con su título de “ex” a cuestas, a frecuentar coloquios de Embajada o Consejería, en la búsqueda de presuntas ayudas o “consejos”, entre aquellos que precipitaron su crisis.

Realidades de la “Galicia Ideal”

En tanto nuestros compatriotas en la península asisten al desguace del que fuera uno de los mejores sistemas sanitarios de Europa, el CGdeBA atraviesa las primeras etapas de una “Intervención con desplazamiento de Autoridades”, que meses atrás no estaba en los cálculos de ningún sector de la entidad.

Como en toda medida de este tipo, la adaptación al nuevo escenario por parte de aquellos asociados que hasta conocerse dicha medida mantuvieran con la mejor predisposición las riendas del Hospital, generó sensaciones negativas en un cuerpo dirigente, que pese a tropiezos propios y en casos provocados, de no mediar la actitud de la Xunta de Galicia, se consideraba capacitado para cambiar el curso de la historia.

De todos modos hemos de coincidir para poner a resguardo a la institución de cualquier brote “talibán”, que no será acumulando y difundiendo entendibles resentimientos, como habrá de recuperarse para el CGdeBA la plena vigencia de los cauces estatutarios. Pero vayamos por partes.

Los acontecimientos posteriores al mes de agosto de 2010 parecen evidenciar que luego de intentar en su momento cerrar filas en favor del proyecto “Recoletas”, y ser derrotadas en los comicios posteriores, las Agrupaciones “A Terra”, “Breogán”, y “Celta, mantuvieron su fidelidad a los designios políticos del Gobierno gallego.

Aunque tal determinación, al conocerse en detalle la presentación que la Fundación Galicia-Saúde efectuara en Tribunales argentinos, demostrara que lo ofrecido reiteradamente por el Sr. Santiago Camba, perjudicaba –de ser aceptado- los intereses del CGdeBA.

Hubo en este proceso otras actitudes cuestionables. Las tres Agrupaciones decidieron abandonar la Junta Directiva en momentos de extrema gravedad. Renunciaron a participar de las elecciones para la renovación parcial de autoridades del año anterior, optando al mismo tiempo por el rechazo a todo acuerdo con el INAES.

Puede afirmarse que de no modificar sus actitudes, pasando de la crítica destructiva a la propuesta, no les resultara sencillo reintegrarse a la actividad política de la entidad, que por singular paradoja, en los dichos, quieren ver funcionar en la plenitud de sus posibilidades.

El Cronista cede su espacio al asociado

Arriesgándonos a repetir obviedades, nos permitimos recordar –por si fuera necesario- que en el CGdeBA no hay “veda política”. Recurso utilizado en diferentes alteraciones del Orden Constitucional, cuando los poderes emanados de la voluntad popular son remplazados por los de facto.
Y si algo puede determinar la suerte que aguarda a los agrupamientos que hasta el presente gravitaron en la marcha del CGdeBA, ha de ser consecuencia de la evaluación que hagan sus socios sobre el comportamiento en la crisis en curso.

En tales circunstancias, lo perciban o no, la mirada va dirigida a las Agrupaciones “Galicia” y “Unión Gallega”, a las que le ha quedado “el balón en sus tejados.” Deberán bajarlo y ponerlo en movimiento.

Tienen es su haber ser las depositarias de la última voluntad expresada en las urnas, y conformaron el mejor programa de Gobierno. Plataforma que sintetizada y actualizada en sus temas centrales, constituye hoy la alternativa más seria para asegurar el saneamiento del Centro.

Con ese bagaje, producto de una extensa trayectoria, estos dos colectivos, en plan de paz y no de guerra, deben poner el pie –orgánicamente- en la que sigue siendo por Derecho su entidad.

Pero ¿cómo rehacer un diálogo quebrado, con un Interventor que sobre la base de datos que no siempre se compadecen con la realidad, o auspiciando medidas que en el orden financiero nos merecen reparos, afirma públicamente que ha llegado a la conclusión de que el Centro Gallego es una entidad viable?

Esa convicción expuesta por el Dr. La Blunda en la Tribuna emplazada el pasado 7 de enero para recordar la muerte de Castelao en el exilio argentino, y en la que rememorando su propia experiencia como desterrado, casi –acudiendo al bello lenguaje gardeliano- “se le pianta un lagrimón”, lo que habla en favor de su sensibilidad política, implica para ser consistente, pasos posteriores.

Esencialmente, poner a disposición de sus asociados, y al mismo tiempo de sus representantes, los elementos de juicio qua avalan dicha aseveración. La que compartida sin reparos podría conducir al envión anímico que ayude a reducir –institucionalmente hablando- los actuales períodos de convalecencia.

Quién esto escribe, carece de otro título o prerrogativa, que no sean los de querer entrañablemente a nuestro Centro Gallego. Y no se propone dictar normas, o considerarse depositario de “soluciones ideales”. Aunque si algo detesta en situaciones como la que atravesamos, es la actitud de los “presuntamente neutrales”.

Sólo desea a manera de ensayo, esbozar mientras dure el “estado de excepción” un conjunto de ideas que permitan la convivencia entre Interventor e “intervenidos”. Pero no sería honesto de mi parte silenciar que hasta tanto no se conozcan las razones que determinan el optimismo del Dr. La Blunda, seguiré pensando que la “viabilidad” (ojalá equivoque mis juicios) sigue aun siendo un objetivo. Por esa razón, con el mayor de los respetos, me atrevo a sugerirle una reflexión.

Un Interventor sobre el que pesa la responsabilidad de reflotar al CGdeBA, aun contando con un alto nivel de sagacidad, no puede desechar la experiencia de un conjunto de dirigentes honestos, que más allá de previsibles controversias, han dejado parte de su vida al servicio del Hospital.

No insinuamos desde esta columna que estos socios están dispuestos a una colaboración inmediata. No hablamos en su nombre ni tenemos ninguna representación. Señalamos en cambio que si la Intervención no considera menoscabada su autoridad y los ex directivos llegan a la conclusión que el diálogo es y será siempre una alternativa aconsejable para destrabar conflictos, es posible alcanzar coincidencias.

A esos efectos me permito dejar a la consideración de TODOS, algunas ideas:

.) El Dr. Carlos La Blunda, o las Agrupaciones políticas de la entidad deberían plantease la creación de una comisión ad hoc, que cumpla las funciones de consultora y/o consejera sobre todas aquellas cuestiones que se relacionen con la marcha del CGdeBA. La que ha de reunirse con la periodicidad que las partes acuerden y en la cual se puedan recibir sugerencias o iniciativas sobre las que el Interventor tenga en todos los casos la decisión final. Además, sería conveniente –de haber acuerdo- dar a conocer las actas de lo tratado.

.)Esta experiencia tendrá una vigencia de seis meses a partir del día de su constitución, período tras el cual confirmadas las apreciaciones del Dr. La Blunda referidas a la “viabilidad” del Centro Gallego, se convocará a elecciones para la Junta Directiva y la conformación de los diferentes cuerpos estatutarios.

.) Estos comicios no implicarán el cese de la Intervención, simplemente tendrán por objetivo retrotraer la situación al período de Cogestión, anterior a la decisión que estableciera el desplazamiento de las autoridades.

.) La conducción compartida tendrá otros seis meses de vigencia. Tiempo en el que consolidado el rumbo del CGdeBA, ha de convertirse en el espacio de transición para acordar las formas en que el INAES deje la entidad en manos de sus autoridades legítimas.

Como puede constatarse lo expuesto es sólo uno de los tantos caminos que pueden crear el clima propicio, para lograr la participación de sus diferentes corrientes de opinión en el anhelo común de recuperar al Hospital para la emigración gallega y el país que por largos años ha cobijado su presencia.
Hasta la próxima nota.
Montes, Xoaquín
Montes, Xoaquín


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