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Testamento vital

viernes, 07 de diciembre de 2012
Existe tanto temor a la muerte que la mayoría de nosotros olvidamos prepararnos para ella, ya sea emocional, económica, familiar o psicológicamente.

Todos vamos a vivir este momento, pensar en él desde una actitud positiva, no significa llamar a la propia muerte, sino estar prepararos lo mejor posible para afrontarla cuando llegue.

Un aspecto que también solemos olvidar y me parece importante recordar, es el hacer el testamento vital.

Es un documento de voluntades anticipadas o lo que es lo mismo, un documento en el que plasmamos la atención médica que deseamos recibir en caso de padecer una enfermedad irreversible, terminal y no estar en condiciones de poder expresarlo.

No es lo mismo que la eutanasia. Simplemente expresamos las atenciones que queremos recibir en caso de que no podamos hacerlo nosotros mismos en ese momento. Así, dejamos constancia por escrito de ello y además nombramos a un albacea o responsable de que se lleve a cabo nuestros deseos. Si deseamos cambiar de opinión sólo tendríamos que volver redactar otro testimonio vital.

El testamento vital se puede firmar ante notario o en las delegaciones de salud de cada comunidad autónoma. Existen para ello unos modelos específicos que habría que rellenar en función de nuestros deseos.

A modo de ejemplo, aquí tenéis un ejemplo de formulario del testamento vital.

Que si llego a encontrarme en una situación en la que no pueda tomar decisiones sobre mi cuidado médico, a consecuencia de mi deterioro físico y/o mental, por encontrarme en uno de los estados clínicos enumerados en el punto 4 de este documento, y si dos médicos independientes coinciden en que mi estado es irreversible, mi voluntad inequívoca es la siguiente:

1. Que no se prolongue mi vida por medios artificiales, tales como técnicas de soporte vital, fluidos intravenosos, fármacos o alimentación artificial.

2. Que se me suministren los fármacos necesarios para paliar al máximo mi malestar, sufrimiento psíquico y dolor físico causados por la enfermedad o por falta de fluidos o alimentación, aún en el caso de que puedan acortar mi vida.

3. Que, si me hallo en un estado particularmente deteriorado, se me administren los fármacos necesarios para acabar definitivamente, y de forma rápida e indolora, con los padecimientos expresados en el punto 2 de este documento.

4. Los estados clínicos a los que hago mención más arriba son:

Daño cerebral severo e irreversible.
Tumor maligno diseminado en fase avanzada.
Enfermedad degenerativa del sistema nervioso y/o del sistema muscular en fase avanzada,con importante limitación de movilidad y falta de respuesta positiva al tratamientoespecífico si lo hubiere. Enfermedades o situaciones de gravedad comparable a las anteriores.
Aurensanz, María Eugenia
Aurensanz, María Eugenia


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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