Día de la mujer maltratada

DÍA DE LA MUJER MALTRATADA

MUJER:
Flor del jardín perfumada, rayo de sol que entra por la ventana para dar calor, cariño y amor a toda su familia.
(Lo que escribo a continuación son hechos reales vividos por conocidos y familiares)

Un año más tenemos que recordar el día de la mujer maltratada.
Quiera Dios que pronto llegue ese día tan esperado en el que no haya que lamentar que ninguna mujer vuelva a ser maltratada; y que todos los seres humanos podamos disfrutar de esa libertad tan deseada.

Mientras tanto, tenemos que recordar a tantas y tantas mujeres que perdieron la vida a manos de sus compañeros, y, a otras muchas, que han tenido el coraje de luchar por sus familiares sin miedo a las represalias.

Hace poco que en Cuba, se ha muerto Laura Polla, gran defensora de los derechos humanos. Luchó toda su vida para que todos fuéramos iguales. Se enfrentó al gobierno y le costó la prisión; pero no desistió de su decisión.

Otro ejemplo reciente: lo de las madres de la Plaza da Mayo en Argentina. ¡Cuántas mujeres valientes han dado la cara por sus gentes! Con sus pañuelos blancos y sus corazones rotos, a la Plaza se echaban sin pensar en lo que a ellas les pasara.

Y nuestra querida Ana Kiro que tuvo que enfrentarse a su padre porque no quería que se separara. Le decía que tenía que aguantar; y yo me pregunto:
¿Por qué hay que aguantar cuando tu pareja no te sabe respetar?

Una mujer que sepa gobernar la vida tiene muchas osas en las que pensar a lo largo del día:

-Que si los niños rompieron el pantalón.
-Que si los tenis les quedan pequeños.
-Que si un libro para la escuela...

Y si por encima, ella se encuentra sola…

Y a veces que vemos una madre con tres hijos:
-Dos los lleva a la escuela.
-El pequeño a la guardería.
-Se marcha para su trabajo… y ya va pensando en la comida.
-Al salir del trabajo, recoge a sus hijos.
-Se pone a hacer la comida.
-Y tiene mucho cuidado que no se le vaya a pegar; para que luego no vayan a protestar, porque no se sabe apreciar lo que ella tuvo que trabajar.
-Y siempre con buena cara aunque por dentro esté a rabiar.

Y si los niños se ponen malos por la noche:
-Es la madre la que se tiene que levantar.
-Y nos levantamos despacito para no molestar…

Y a veces aún se escucha:
-¡A ver si se calla ese niño que no me deja descansar!

Y tú, que estás más cansada que él, acaricias a tu hijito y lloras igual que él.

Y si estamos cerca de la familia; aún recurrimos a alguien para que nos eche una mano. Si tenemos madre o hermanos, nos sentimos más arropados; pero si estamos lejos de nuestros familiares, -como pasa en la emigración- que sólo dependemos de la pareja y… si no hay buena relación, nos sentimos tan solas que se nos parte el corazón.

Atendiendo a nuestros hijos, planchándoles la ropa por la noche, porque al día siguiente tenemos que madrugar, coger la bicicleta para llevarlos al colegio y luego ir a trabajar.

Y pensando en ahorrar para volver a nuestra tierra, al lado de nuestra familia…porque, al estar lejos de ella, apreciamos mucho más las cosas buenas de nuestra tierra natal.

Luchemos por la igualdad, ya que –aunque se consiguieron muchas cosas- queda mucho camino por recorrer.
¡Que las nuevas generaciones no vean a los humanos tantos errores cometer!

¡Y que haya más igualdad entre todas las personas!

JOSEFINA CALVO SÁNCHEZ es alumna de la Uned Senior de Xestoso Aula de Paderne (A Coruña).