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Quijote griego

miércoles, 07 de noviembre de 2012
La pasada semana tuvo lugar la detención y posterior liberación del periodista griego Kostas Vaxevanis, tras haber publicado en su revista Hot Doc la conocida como “lista Lagarde”, un listado de 2.059 personalidades griegas procedentes en su mayoría del mundo de la política y de las finanzas que mantenían cuentas secretas en el banco suizo HSBC. Dicho listado, unido a varios otros de distintos países, entre ellos España, fue facilitado a la señora Lagarde, por aquel entonces ministra del gobierno francés y actualmente presidenta del Fondo Monetario Internacional, por Hervé Falcian, empleado del citado banco y actualmente detenido en España, desde el pasado mes de Julio, en espera de ser extraditado a Suiza.

Christine Lagarde, una vez recibida la información, allá por el año 2010, la remitió a los distintos gobiernos implicados, entre ellos el español, para que pudieran obrar en consecuencia. Por su parte, al menos en lo que atañe a Grecia y España, sus respectivos gobiernos interpretaron que “obrar en consecuencia” era ocultar, a la opinión pública y al fisco, la identidad de las personas implicadas, nada extraño si pensamos que una gran parte de los afectados son políticos en activo, entre ellos el presidente del Parlamento en Grecia y la número dos del Partido Popular, Mª Dolores Cospedal, en España. Mientras tanto y para dar la impresión de que se está haciendo algo para luchar contra el fraude, el gobierno español mantiene a toda la inspección de Hacienda investigando a pequeños empresarios, autónomos y profesionales liberales, responsables en su conjunto de menos del 10% del mismo, mientras que los grandes empresarios, responsables de más del 80% del fraude, gozan, gracias a la simpatía de nuestro gobierno, de su particular patente de corso para defraudar cuanto quieran.

Es de destacar en todo este despropóstito el papel desempeñado por la Fiscalía de Atenas que, ignorando la naturaleza y la gravedad del mensaje, se apresuró a intentar matar al mensajero y arrastró a Vaxevanis hasta la cárcel, sin que haya mediado denuncia alguna por parte de los implicados, con la disculpa de una supuesta violación de las leyes de privacidad, tratando así de silenciarlo; a lo que el periodista respondió a través de las redes sociales con un mensaje desolador: “en lugar de arrestar a los ladrones y a los ministros que violan la ley, quieren encarcelar la verdad y la libertad de prensa”. ¡He ahí un fiscal con grandes visos de llegar a dirigir el Ministerio de Justicia!

Admiro la profesionalidad y la valentía de Kostas Vaxevanis que, con su trabajo, dignifica la profesión, pero su gesto es más que revelador acerca de ¿dónde están los periodistas de investigación españoles? Ah, me olvidaba, están a la cola del ministerio para cobrar las subvenciones con las que se compra su silencio. Y es que, al parecer, en este obsceno siglo XXI los “quijotes vienen de Grecia”, (España es únicamente un país de “Sanchos”), y los molinos semejan despachos ministeriales.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


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