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Leónidas

miércoles, 24 de octubre de 2012
Las elecciones gallegas del pasado domingo han traído, entre otras novedades, el retorno del hijo pródigo del nacionalismo, don Xosé Manuel Beiras, al Parlamento, lo que es de agradecer dado que su presencia, sin duda, contribuirá a aliviar el tedio que domina la política gallega desde hace unos años.

Parlamentario anárquico, al tiempo que brillante e imprevisible, con una oratoria arrolladora, Beiras no ha perdido con los años nada de la energía y el empuje que había mostrado en su anterior etapa al frente del nacionalismo gallego y así lo ha demostrado en la noche electoral, en la que, sin solución de continuidad, llegó a comparar a los gallegos con las vacas y a su formación con los espartanos que, durante la Segunda Guerra Médica, plantaron cara a la barbarie de los persas en el estrecho de las Termópilas, dirigidos en tal hazaña por el rey Leónidas, sin duda reencarnado en este siglo XXI en el propio Beiras.

Consideraciones históricas al margen, felicitamos al señor Beiras por los resultados electorales obtenidos por su formación, a sabiendas de que su presencia en el Parlamento gallego enriquecerá, sin duda, el nivel general de la cámara y es algo que deberían agradecer en primer lugar los propios parlamentarios y por extensión resto de los gallegos pero, sobre todo, debería hacer reflexionar a la dirección del BNG acerca del sectarismo excluyente con el que han dirigido dicha formación en el pasado y que la ha llevado a esta humillante derrota electoral.

Sin embargo, conviene no olvidar que ni el Parlamento gallego son las Termópilas, ni los votantes del PP hordas de persas salvajes dispuestos a arrasarlo todo, ni Núñez Feijoo parece ser Jerjes I, ni tan siquiera Beiras y sus parlamentarios son fieros y sacrificados espartanos capaces de renunciar a la propia vida por defender a su patria de la invasión enemiga, sino más bien mansos parlamentarios que, durante los próximos cuatro años, ejercerán de borregos a la voz de su mediático pastor, a cambio de lo cual percibirán un suculento sueldo de casi 6.000 euros mensuales, más de la mitad del cual, para vergüenza propia y humillación del resto de los gallegos, estará libre de tributación, además de otros privilegios que conlleva el cargo. Y es que el ejercicio altruista de la política ya no está de moda entre la fauna ibérica.

Por cierto, Leónidas y sus 300 espartanos resistieron la embestida de los persas durante 3 días; sólo espero que el señor Beiras consiga agotar la legislatura.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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