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O.N.G. política

viernes, 12 de octubre de 2012
Mª Dolores Cospedal, Presidenta de Castilla-La Mancha, acaba de sorprender a propios y extraños con una genuina medida populista al suprimir la partida presupuestaria correspondiente al sueldo de los diputados castellanomanchegos para el próximo año. La medida es ciertamente controvertida principalmente por dos razones: la primera es que, mientras se suprime la partida de unos 2´5 millones de euros destinado a pagar a sus “señorías”, que han sido libremente elegidos en las urnas, se mantienen los 67 millones de euros destinados a sueldos de altos cargos, personal de confianza designada “a dedo” por la propia Cospedal & friends, con criterios puramente partidistas y sin que hayan sido refrendados por la ciudadanía.

La segunda y no menos importante, es que no deja de sorprendernos que la “reina del sueldo oficial”, que facturaba hace pocos años a las arcas del Estado, gracias a sus múltiples cargos oficiales, en torno a los 250.000 euros anuales y que el pasado 2011 cobró de las mismas algo más de 168.000 euros, como presidenta de Castilla- La Mancha, el doble que el propio Presidente del Gobierno; la misma que ha colocado, de una forma más bochornosa que meritoria, a su marido, don Ignacio López del Hierro, economista envidia del propio Paul Krugman, en cuanto consejo de administración se le ha puesto a tiro y que actualmente desempeña su brillante labor en Renta Corporación, Itínere, Amper e Iberdrola, con suculentos sueldos millonarios en cada uno de ellos. Esta misma paladina del enriquecimiento a costa del Presupuesto es la que, en virtud de la autoridad moral que la adorna, está dispuesta a imponer, contra natura, un ejercicio vocacional de la política al resto de los diputados manchegos.

Por otra parte, de esta decisión, con más visos de populismo que de gestión seria y responsable, que todavía está sin concretar, pueden derivarse algunas consecuencias de cara al futuro de la actividad política. La primera es que el ejercicio de la política dejará de ser una profesión para convertirse en una actividad para aficionados, que estará sólo al alcance de aquellos que posean un patrimonio suficiente para dedicarse a ella, o sea, para los ricos o por el contrario, y a esto me apunto, que sus señorías suplirán la merma del sueldo oficial con un incremento de las dietas y, mucho me temo, que también con la consabida mordida y es precisamente en este apartado y no en el del sueldo en el que hay que meter mano.

En cualquiera de los dos supuestos la medida no deja de ser un gesto populista, para consumo de simples, con la que su promotora da claras muestras del nivel de hipocresía y caradura que posee.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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