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La solidaridad también se gana

viernes, 14 de septiembre de 2012
La solidaridad tambin se gana

Ser solidario también se premia. Hace un par de días la Federación de Bancos de Alimentos fue reconocida por su magnífica labor obteniendo el Príncipe de Asturias de la Concordia. Sin duda este premio significará un aliciente para que muchas mancomunidades sigan desempeñando sus labores. El jurado tuvo en cuenta la labor realizada y el esfuerzo internacional solidario para disminuir algunas de las necesidades más apremiantes de la población que en los últimos años se han visto acrecentadas por la fuerte crisis económica. Algunos datos de interés nacional sobre ésta: dan de comer a dos millones de personas en nuestro país. El doble que en 2007 y su futuro no está asegurado.
¿Por qué no están asegurados los bancos de alimentos? Están financiados por la UE desde 1987 y se benefician 20 países miembro. Sin embargo, a partir de 2014 su sostenimiento dependerá del nuevo marco presupuestario europeo. Y las cifras son terriblemente preocupantes: unos 116 millones de ciudadanos comunitarios se encontraban en riesgo de pobreza en 2010, es decir dos millones más que el año anterior. Los bancos de alimentos se han convertido durante la crisis en una salida para que muchas personas puedan alimentarse.
Muchas veces no somos conscientes de la grandísima labor que hacen Federaciones como estas. Y más en estos tiempos. Evidentemente no hace falta irse fuera del país para ver penurias porque cada vez vemos más y más cercanas. Cada día aumenta el número de personas y familias enteras que se han visto obligadas a pedir ayuda y acuden a Bancos de Alimentos o comedores sociales para poder comer.
Los voluntarios. Siempre hablamos de lo malo, lo negativo y de lo mala que es la gente, pero también existe gente buena, que colabora o trabaja de manera altruista porque ayudar a los demás les hace felices, como es el caso de los voluntarios. Son personas anónimas, no buscan un reconocimiento y puedes encontrarte a personas con su propio trabajo, pero que dedican su tiempo libre a la beneficencia. También hay prejubilados, jubilados o gente en paro que han optado por dedicar parte de su tiempo a cambio de nada. Trabajan para hacer el bien desempeñando tareas de dirección, contabilidad, almacén, transporte, aprovisionamientos, otras de apoyo jurídico, relaciones públicas, entre otras. Para muchos voluntarios una sonrisa de agradecimiento o un simple gracias les resulta más que suficiente. Sin ningún género de duda, un ejemplo a seguir.


Sicart, Viridiana
Sicart, Viridiana


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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