Mentira más I.V.A.

El pasado sábado, el Presidente del Gobierno don Mariano Rajoy, inició el curso político en Sotomayor afirmando que no subirá el IVA el próximo año y lo hizo justamente el día en el que entraba en vigor la recientemente aprobada subida del citado impuesto y en compañía del candidato popular a la Xunta de Galicia, don Alberto Núñez Feijoo, en un gesto claramente electoralista de cara a los próximos comicios gallegos y en un nuevo ejercicio de desfachatez y desprecio hacia los ciudadanos.

Si por algo se ha caracterizado el gobierno de Rajoy desde su llegada al poder en las pasadas Navidades hasta la fecha, como único signo de identidad, es por el incumplimiento sistemático de sus promesas electorales, plasmadas en el programa con el que concurrió a las mismas y por un ejercicio de gobierno en el que se carga todo el peso de la crisis y el coste de la misma sobre la clase media y sobre los estratos sociales más desfavorecidos, salvaguardando en todo momento los privilegios de la casta política de la que forma parte. En este escenario de mentira sistemática, la afirmación sobre el IVA es simplemente una ocurrencia más del Presidente, propia del periodo electoral en que vivimos y carente de toda credibilidad.

Rajoy no ha dudado en afirmar que “la realidad ha destruido mi programa”, de lo cual podemos deducir que su partido y él mismo habían elaborado un programa electoral no sólo desconociendo la realidad del país, lo cual es bastante grave, sino, y esto es lo peor, de espaldas a la misma, a sabiendas que, una vez pasado el trámite electoral, y gracias a la desesperante permisividad de los españoles, dicho programa sería puro papel mojado.

También ha afirmado el voluble Presidente que se ha visto obligado a tomar dichas medidas económicas, aún conociendo su carácter impopular, porque “no existe otra alternativa”; pero la realidad es que, pese a lo que dice usted, señor Presidente, si existe otra alternativa al fraude electoral que nos ha vendido. Tiene usted básicamente dos alternativas: recortar drásticamente el gasto en todas las administraciones públicas en las que, por cierto, gobierna mayoritariamente su partido o, simplemente, ser honrado y tener la gallardía suficiente para reconocer su incapacidad manifiesta para resolver los problemas de España y dimitir, aunque sólo sea por pura decencia democrática. Aunque, todo hay que decirlo, amputarse un brazo a si mismo es un gesto de héroes, no de villanos y en la política española, héroes, lo que se dice héroes, quedan pocos y ya es sabido que en este país, por no dimitir, no dimite ni el apuntador.

En este contexto de falta de crédito y de fiabilidad de su palabra, señor Presidente, en el que tras haberlo negado por activa y por pasiva, ha recortado todos los servicios sociales y subido el IVA, el IRPF, el IBI, la luz, el agua, el medicamentazo y un largo etcétera, mientras tanto usted como toda la casta política a la que tan entusiastamente representa siguen viviendo en el país de Yupi, la promesa de que no habrá una nueva subida del IVA, viniendo de usted, no deja de ser pura literatura.