Política pequeña

Fue el pasado sábado, durante una intervención en la clausura del II Congreso Provincial del PSPV de Alicante, cuando la glamorosa Vicesecretaria General del PSOE, doña Elena Valenciano, se pronunciaba acerca de las medidas adoptadas por el gobierno de Rajoy para combatir la delicada situación económica que atraviesa España, calificándolas como de “política pequeña”, supongo que en contraposición con la “gran política”, con mayúsculas, desarrollada por su predecesor en el cargo y correligionario de doña Elena, el irrepetible don José Luis Rodríguez Zapatero, de la cual dan fiel testimonio los más de cinco millones de ciudadanos que ha dejado en las listas del paro y el práctico desmantelamiento del tejido productivo nacional cosechados tras tan brillante gestión.

La política, con mayúsculas es, sin duda, una de las actividades más nobles que puede desarrollar el ser humano y que, por tanto, debería ser encomendada a personas de verdadera talla, tanto académica como profesional pero, desgraciadamente, cualquier institución no deja de ser, en esencia, un reflejo de la competencia profesional y ética de las personas que la representan y la clase política española que ha encarado el siglo XXI padece un preocupante raquitismo intelectual y ético. En este sentido, doña Elena, de la que todavía desconocemos a que se dedica, al margen de vivir del chollo de la política, haría bien en callarse ya que, en la crítica que hace de sus correligionarios del partido pepero, se retrata a si misma con el más ruin de los perfiles.

Para más detalles, en el citado acto acompañaban a la señora Valenciano, entre otras autoridades socialistas regionales, una significada miembra del socialismo patrio, la Vicesecretaria General de los socialistas valencianos, la exministra doña Leire Pajín, sin duda otra política de talla, a la altura de la propia Valenciano, al menos en lo que se refiere a los múltiples sueldos que percibe de la administración y de la que, una vez constatada su insultante mediocridad, sólo albergo la duda trascendental de si algún día llegó a subirse en algún vehículo que no perteneciera al parque móvil del Estado. Se me antoja difícil poder hilar fino en política, con hilos de tan ruin condición.

No obstante y aún sin saberlo, tiene razón la señora Valenciano cuando habla de “política pequeña” y es que, con políticos como ella y sus contemporáneos de todos los partidos, más ocupados y preocupados en la solución de su propio bienestar y el de sus satélites, que por los votantes a los que deben el cargo, la política se hace “pequeña”, (aunque las consecuencias para los ciudadanos sean trágicas) y la democracia, insustancial.