Nuestra desconocida prima, Vera De Riesgo

Ahora resulta que todos los españoles estamos emparentados con un familiar, común a todos, y que nos supera con creces en altura. No es que los españoles seamos de los más altos de Europa pero las últimas generaciones empezaban a estar a la altura de la media europea.

Nuestra prima, Vera De Riesgo, así se llama, nos hace ser primos hermanos o carnales entre todos y, mucho me temo que, nos lleva a hacer el primo, con su llegada por primavera que parece no querer marchar aunque cambiemos de estación pronto.

Porque con esta prima, de deduda pública para ayudar a los bancos del país, acabamos pagando todos.

Una deuda pública de cien mil millones de euros que pagaremos con deuda
exterior en el extranjero.

Porque esta prima, que está por encima de los 550 puntos básicos, peca de gula y nos está devorando.

Su apetito es tan voráz que nos lleva a comer de los bonos basura, títulos de alto riesgo y baja calificación.

Nuestras condiciones económicas tan pésimas nos hace ser poco rentables hasta el punto en el que una de las agencias de calificación de riesgos más importantes del mundo, Moody´s Investor Service, nos pone en duda sobre nuestra capacidad como Estado Soberano para cumplir con nuestras deudas financieras.

El alto nivel de riesgo de impago de deudas repercute en los inversionistas que salen huyendo al ver el peligro que corren al emplear sus bienes capitales en nuestro país.

Con la deuda pública, solicitada para obtener recursos fiancieros, los mercados extranjeros ven nuestra economía fluctuante, poco segura y sin garantías, y esto paraliza al potencial inversor.

Ahora tenemos una España al descubierto. España en rojo o al rojo vivo.
Endeudada y vencida, morosa y vendida; hipotecada de por vida.
Y nos enteramos justo el día que nuestra Roja, la Selección, jugaba en Europa contra Italia.

Así pasó, caras tristes e incluso acomplejadas hasta en la realeza.
La Furia Roja no se dejó notar mucho, ni dentro ni fuera del campo y, creo que, mucho tuvo que ver el notición con el que nos levantábamos, aquella mañana de domingo, a pesar de las palabras de orgullo de Rajoy.

Menos mal que el posterior 4-0 frente a Irlanda nos pegó un subidón que tanta falta nos hace y lástima que el fútbol sea el único recurso.

La España azul del PP en números rojos, gracias a la banca.
¿Qué vendrá después, la salida del euro?

La crisis soberana europea está pendiente de las elecciones griegas y cómo no estarlo con nuestra propia crisis soberana española que parecemos un calco de lo que le viene sucediendo a Grecia pero, aún así, nos seguimos quedando perplejos, aunque todo lo que acontece en la eurozona se vea venir de lejos.

Con todo, no es de extrañar que los bancos centrales de las principales economías del mundo estén al acecho para tomar medidas que deberían estabilizar los mercados pero, mucho me temo que, serán para sacar partido con un alto grado de interés a los países hipotecados.