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Los temores se confirman.

lunes, 07 de mayo de 2012
ATALAYA.

La vigilancia a la que me he propuesto someter todas las decisiones que se tomen en materia terrorista, me lleva a ejercerla de forma muy especial con el Plan Integral de Reinserción elaborado por el Ministerio del Interior, y de cuyas primeras acciones nos vamos enterando ya.

Y son las acciones las que de verdad alimentan los temores, aunque ya muchas partes del texto eran más que suficientes para su rechazo, comenzando por algunas piezas gramaticales (mi alter ego, del que me estoy dando cuenta que lo menciono poco últimamente, pero que le aseguro que no deja de darme la lata, me suelta ¡¡¡pero qué manía te ha dado ahora por la gramática, hombre!!!). Pues claro, fíjese usted en la joya: “… el penado que otorga el perdón tiene que ser el autor …” ¿Desde cuándo es el penado el que otorga el perdón?.

Y se buscan figuras retóricas como “… la reparación victimológica no debe considerarse un cuerpo extraño en el tratamiento penitenciario ...”, en la que se inserta la palabreja que le señalo en rojo. ¡Y yo que creía ser el más imaginativo en ese campo! Pues ya vemos que no. Con lo sencillo que sería resaltar la obligatoriedad de reparación a las víctimas.

También se dice “… suplir las posibles carencias con las que el recluso ingresa en prisión …”. Menos mal que no se indican eventuales, y muy posibles, carencias vitamínicas, y se remite a la procura de actividades de carácter intelectual. Hombre, en eso sí que podría estar de acuerdo, porque ya se ve que un gran nivel no tienen, no, y hasta encuentro loable intentar mejorarlo. Pero ¿no hemos visto que no sólo se les han venido facilitando medios para el estudio, por cierto, al igual que a los demás reclusos, sino que hasta han obtenido titulaciones universitarias? Las malas lenguas, que haber haylas, venían diciendo que hasta regalados.

Si, realmente a eso sí que se le podría llamar “suplir carencias”; a mi “yo” y a mí nos gustaría que algún alma caritativa supliese las nuestras, aunque dudo mucho que esa cuestión se pudiese resolver con la obtención de un título universitario, porque dependerá de algún que otro factor adicional ¿no cree usted?

Se celebrarán talleres, ante cuya sola mención el Lehendakari López y los nacionalistas enloquecen de alegría, en los que someter a debate, dicen, las mejores prácticas penitenciarias y todo lo demás, alentando la participación en ellos de significadas “figuras” terroristas, aunque, eso sí, seleccionadas de entre los arrepentidos o desvinculados de la banda. Y además, a celebrar en su mayoría en el País Vasco. Bueno, uno se pone a temblar sólo por el simple hecho de esta alegría conjunta de socialistas y nacionalistas.

Algo cuecen. ¿Se lo apunto? Nada difícil, amigo mío; acercamiento (ya ha comenzado bajo diversas causas); libertades condicionales (también); reducción de penas; publicidad internacional para que se diga lo bien que se portan los terroristas, y lo terrorista que es el Estado, opresor y vil; justificación de la lucha armada (eufemismo del que ya nos deberíamos de sentir hastiados), en defensa de la libertad del pueblo vasco. Seguro que usted está en condiciones de alargar la lista.

Pero la guinda está en los encuentros, cara a cara asesino y sus víctimas. Claro, siempre que las víctimas lo aceptasen. ¿Habrase visto estulticia mayor? ¿Cómo se puede alentar que las víctimas se reúnan con los asesinos de sus deudos? Amigo mío, uno se atreve a suponer que lo que las víctimas desean es no ver NUNCA MAS la cara de los asesinos, y que cumplan íntegramente las condenas que les hubieren correspondido.

¿Cómo se les puede colocar ante la violencia moral que les supondrá tal careo y hacer depender de ello la libertad de los asesinos? Seguro estoy de que todas sentirán una alegría enorme por los arrepentimientos que se produzcan, y aún más por las peticiones particulares de perdón que se les hagan, y que muchos aceptarán sin dificultad o tapándose la nariz como con el aceite de ricino.

Pero no se debe condicionar el perdón a que vivan la experiencia de contemplar personalmente lo que en la mayoría de los casos no será otra cosa que una muestra del cinismo en el que se escudan los terroristas.

Más cosas iremos descubriendo porque esto no parará aquí, se lo aseguro, y motivos nos darán para reflexionar juntos sobre ello, porque si no hubiese nada más, por favor, respóndame a la pregunta de ¿para qué sería necesario un plan como éste, si todo lo que contempla está ya en las leyes vigentes, y en los procedimientos jurisdiccionales y penitenciarios?

Desde aquí, y por el simple hecho de creerse que somos tontos, pido la dimisión inmediata del Sr. Ministro de Interior, junto con todo el equipo de asesores que han diseñado este bodrio de plan. Y para que no quede ninguna sombra de duda, afirmo lo que afirmo sin ningún espíritu de venganza contra nada ni contra nadie, porque no tengo razones para sentirlo; no soy víctima, no me siento acosado …, sólo por DIGNIDAD. Las víctimas lo merecen, y nosotros también.

Salve.
Balseiro, Manuel
Balseiro, Manuel


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