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Brotes Verdes

viernes, 27 de abril de 2012
Después de 4 años de dura crisis económica, perdón por lo impropio del término, quise decir “pequeña desaceleración”, comienzan por fin a verse los primeros brotes verdes, de esperanza ciudadana, y no me refiero a los que parecían fumarse algunos de los miembros del consejo de ministros saliente, y comienzan a brotar en la Comunidad Valenciana. Del Mediterráneo, como siempre, procede la luz que alumbra nuestra civilización.

Cuando hablo de brotes verdes, quiero referirme a las medidas que la Generalitat Valenciana parece decidida, por fin, a tomar para encauzar el desgobierno económico que padece España en aquella y en todas las demás comunidades autónomas. Y es que la Generalitat ha decidido reconducir el grave problema del déficit presupuestario que soporta y lo ha hecho de la forma más ortodoxa, recortando el gasto en lugar de seguir asfixiando a los contribuyentes para seguir manteniendo un sistema que es a todas luces insostenible en el tiempo.

Esta misma semana, desde el gobierno valenciano se ha anunciado que se van a recortar las plantillas de todas las empresas públicas de la comunidad en un 40 o 50%, comenzando por la televisión pública, que da empleo por sí sola a unos 1800 trabajadores y cuya plantilla va a ser reducida a la mitad. No nos queda otra que aplaudir la decisión, acertada sin duda, pero insuficiente y casi testimonial, ya que mejor sería que dicha medida se aplicara por extensión, y por lógica, a todo el funcionariado de la comunidad, que deberá ser recortado de forma sensible si los gestores pretenden hacer viable en el tiempo dicha administración autonómica. En todo caso, sea bienvenida una medida que parece, al fin, identificar la raíz del problema financiero que aqueja a las administraciones y que tiene una clara determinación para ponerle remedio.

De la demagogia de los brotes verdes que se le aparecían a la exministra Salgado, como si de verdaderos efectos alucinógenos se tratara, hemos pasado a la sensatez de optimizar el gasto en unas administraciones que deben estar al servicio de los ciudadanos en lugar de funcionar como una agencia de colocación de parientes y amigos de aquellos que han sido elegidos para gestionarlas. Y es que los españoles no necesitamos “ni parientes ni amigos” en las dependencias públicas, simplemente pedimos funcionarios competentes y, de éstos, con la mitad nos basta.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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