Las críticas que está recibiendo el Gobierno en los últimos días por los recortes en educación y sanidad- no cesan sino que van en aumento. Algunas de las medidas están justificadas y son razonables como acabar con el turismo sanitario, y otras que -aunque no nos gusten- son necesarias para la recuperación. Ya han pasado muchos años de excesos y derroche por parte de los organismos públicos y ahora es cuando sufrimos las consecuencias.
Sí, una vez más escuchamos esa palabra tan odiada, crisis con la que desayunamos, comemos y cenamos. Últimamente las noticias económicas son tan malas que es mejor pasar a otra sección o cambiar de canal.
Los recortes son necesarios y obligados para que España se recupere. Algunas de las medidas en el sector sanitario y educativo serán positivas. Aunque también hay que pensar que la sanidad y la educación pública son dos factores imprescindibles en nuestro país.
El aumento de los alumnos por clase es un condicionante que empieza a preocupar a muchos padres que quieren la mejor educación para sus hijos. Y también las nuevas medidas afectarán a muchos profesores, unos porque temen ser despedidos al necesitar menos profesorado, y otros porque su nivel de estrés incrementará al tener que mantener el rendimiento y la atención de más alumnos.
Aunque puestos a hacer recortes igual habría que empezar por hacer más esfuerzos y disminuir gastos estatales, como reducir el número de cargos públicos y privilegios de los que disponen algunos políticos y funcionarios, como coches oficiales, parking, móviles, cursos, ordenadores e internet gratis, billetes de avión en preferente, comidas y hoteles de lujo cuando viajan costeados por todos los ciudadanos a los que se les pide tantos esfuerzos, pero que quien los piden no se aplican el cuento.
Al menos el Gobierno ya tiene previsto aprobar en los próximos días una reforma de la Administración Pública que quitaría competencias en la prestación de servicios públicos a miles de pequeños ayuntamientos para controlar mejor el gasto.
¡Ah! Y puestos a pedir también podrían independizarse los sindicatos para que empiecen a ser más objetivos y efectivos sin tener que autofinanciarse con dinero público y lo hagan únicamente con el de sus afiliados.
Vamos, que no se entiende que si todos los españoles somos iguales que existan tantos privilegios cuando deberían empezar dando ejemplo de AUSTERIDAD. Seguro que de este modo ahorraríamos muchos millones.
