La crisis ha cambiado nuestros hábitos

Desde hace muchos meses raro es el día que no escuchemos la palabra recesión o crisis, aunque las consecuencias reales se ven cada día. En rutinas cotidianas como hacer la compra y comprobar por nosotros mismos que la crisis afecta a todo el mundo. Menos para los más pudientes económicamente que ven una oportunidad para invertir su dinero y obtener beneficios.
Los últimos datos sobre el consumo de los españoles son reveladores y nos incitan a la reflexión. Para hacernos una idea, uno de cada cuatro españoles reduce sus gastos médicos, evita acudir al dentista y ahorra hasta el 41% en comida. Aunque estas cifras no son tan asombrosas, ya que cada vez resulta más habitual ir al supermercado y ver la zona de marcas blancas prácticamente vacías, ya que ya alcanzan el 35% de las ventas, mientras que el resto de marcas suelen estar llenas.
Y por otro lado, si analizamos los datos, la gente prefiere gastarse el dinero en comer que en ir al dentista, excepto cuando sienten dolor, ya que lo consideran una necesidad secundaria. Por no hablar de las ortodoncias o blanqueamientos con fines únicamente estéticos.
Existen dos causas principales que han incitado a los consumidores al ahorro. La primera es el alto índice de parados que hay en nuestro país, y la otra razón es el miedo a perder el empleo ante la inestabilidad existente. La gente prefiere ser previsora y no gastar ante la incertidumbre del mañana. Pero, cómo ahorrar. La respuesta está en el cambio de hábitos. Tratamos de encontrar buenas ofertas para irnos de vacaciones, evitar la temporada alta para economizar o incluso prescindir de viajar para ahorrar.
Pero en la comida, las vacaciones o el dentista no es en lo único que se ahorra. También compramos lo necesario en ropa. Y cada vez serán más las familias que reutilicen la ropa de sus hijos mayores para que la hereden los pequeños. Intentamos ahorrar en la factura del agua, del gas, del teléfono fijo o del móvil. Ya no nos extrañan frases como: “Hijo apaga la luz si te vas del cuarto” o “Llama desde el teléfono de casa o desde el ordenador que es gratis”.
Solamente tenemos que pensar cuántos mensajes de texto o llamadas hemos recibido estas navidades o el número de postales que nos han mandado si las comparamos con el año pasado. Seguramente se habrán sustituido por mails o mensajes gratuitos.
La crisis también ha llegado a las ventas, como la de los coches que han caído a niveles de hace casi dos décadas y renovar el coche cada vez es menos habitual. Tampoco ha ayudado la subida del combustible. De hecho, antes a la hora de elegir un coche de gasolina o gasoil se solía tener en cuenta el número de kilómetros diarios para decantarse por uno u otro.
Y si los conductores utilizaban mucho el coche, a pesar de ser un poco más caro el de gasoil se decantaban por este, ya que a la larga ahorrarían en combustible, aunque actualmente el litro de diesel y gasolina están equiparados , por lo que no resulta tan rentable invertir en un coche actualmente cuando se tienen que asumir gastos como comer, vestirse, pagar la hipoteca, el gas, el agua o el teléfono, entre otros muchos.