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Beiras y la asamblea del Bng

lunes, 06 de febrero de 2012
A principios de los setenta, Xosé Luís Méndez Ferrín, arropado por un nutrido grupo de militantes y algunos que no lo éramos, ya quiso reconstituir la UPG; ese partido tan “radical” hoy como entonces, cuando se trataba de luchar contra una derecha fascista, pretenciosa de que el franquismo siguiera siendo el credo de los españoles y por lo tanto de los gallegos.

Fue la época, aquella, en la que los llamados “coroneles” ya dividieron por la mitad al único partido nacionalista, con posible capacidad de penetración política en la democracia que se avecinaba.

Y lo hicieron expulsando a las mentes más lúcidas, entre las que se encontraban, algún histórico fundador, como Ferrín, pero también un grupo jóvenes que despuntaban en la cuestión política.

Los métodos empleados por la UPG, para hacerse con el control del BNG en la asamblea del pasado domingo, tuvieron un talante peor que entonces, cuando se despreció a Méndez Ferrín.

Aunque en este primer caso, el refrán se hizo bueno y el mejor escritor gallego de todos los tiempos ocupa ahora, con gran honor, el alto cargo al que ningún “coronel” accederá jamás. Es decir, el de presidente de la Real Academia Galega.

AYMERICH Y BEIRAS

La crónica de lo que pasó en el recinto ferial de Amio, en Compostela, me la hizo un viejo amigo nacionalista y militante de un BNG “sin corrientes”. A él, como a mí, nos parece que lo que ocurre actualmente en la fuerza política frentista es algo similar a lo que pasaba entonces, cuando éramos una especie de “todos contra Franco”.

Porque la ejecutiva de la UPG detenta aún un poder piramidal, a la vieja usanza de los partidos en la clandestinidad, donde todas las cosas las hacías “en el nombre del líder” y sin que se enterara muy bien tu vecino de “célula”.

Algunos abucheos sufridos por Xosé Manuel Beiras en la asamblea de Santiago, fueron asunto premeditado que el “líder”, el que maneja realmente los hilos de la UPG, preparó “clandestinamente” con esas pocas “células” de militantes afines, muchas horas antes de que Beiras intentara “recuperar la convivencia interna”.

Y ese no es juego limpio.

Xosé Manuel Beiras obtuvo el respaldo de la mitad del BNG en esa asamblea, que es mucho conseguir cuando te enfrentas al “líder”.

Personalmente me parece que su trayectoria parlamentaria y política, en la que le tocó lidiar a un toro como Fraga, faena de la que salió airoso muchas veces, no merece que ningún “líder” en la sombra haga saltar las lágrimas del alma de muchos de sus seguidores, cuando pone en duda su continuidad en la política y casi anuncia su regreso a la Universidad, como viejo profesor.

La crónica convencional, la de los periódicos asépticos, la de los periodistas que toman nota y “ya está”, cuenta que el líder de “Mais Galiza”, Aymerich, socio de Beiras en este envite, dijo algo así:

—- Jorquera é o meu candidato e o do conxunto do BNG…

Esto dijo a los periodistas, sin pudor político, el que aspiraba una hora antes a ser el próximo candidato a la presidencia de la Xunta de la mano de Beiras.

No leí nada que dijera Aymerich alusivo a la falta de respeto con la que se trató en la asamblea al veterano nacionalista.

Pese a todo yo creo que Aymerich sería el aire fresco, como el de ese viento del norte de Galicia, el de los cielos limpios, el de la claridad diáfana. En un momento en el que las nubes negras se posan de nuevo sobre el Pazo do Hórreo, podría haber sido un candidato nacionalista ideal a la presidencia del gobierno gallego.

Creo que Beiras, al final, solo dijo:

—- Está claro que hai un empate técnico de dúas alternativas contrapostas…

Antes, un nutrido grupo de militantes le brindaron una gran ovación y jóvenes y veteranos “Irmandiños” soltaron alguna lágrima.

Quizá esa emotividad de su gente es la que hará reflexionar a Xosé Manuel Beiras y a pesar de los pesares, seguirá en la brecha.

Claro que mi viejo amigo y yo sabemos que este señor diputado, Francisco Jorquera, el nuevo candidato del BNG a la presidencia del gobierno gallego, nunca despertará las mismas pasiones de aquel portavoz parlamentario capaz de dar en la mesa un zapatazo a lo Kruschev, para llamar la atención de los medios internacionales.

Lo que Galicia tiene cada día es mayor dependencia política de los dos grandes partidos, porque los “empates técnicos” solo sirven para dividir…

Como el BNG no recupere el talento –que lo tiene- ni volverá a ser la “bisagra” parlamentaria que fue y su presencia en el país como fuerza política se limitará a la de algunos alcaldes, carismáticos por su gestión y a los que incluso votan los ciudadanos que no son nacionalistas.

Permíteme que hoy le pida a Xosé Manuel Beiras que continúe en la política activa, que en estos tiempos Galicia no se puede permitir el lujo de desperdiciar talentos, sean de izquierdas, nacionalistas o no, liberales o de derechas.


www.galiciaunica.com
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


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