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De cal y de arena…

viernes, 27 de enero de 2012
ATALAYA.

Nunca supe, y no voy a perder el tiempo en averiguarlo, si la de cal es la buena, y la de arena mala. Pero en este reparto en el que estoy empeñado de aplaudir lo que me parece bien, y de criticar lo contrario, no hace al caso asignar cal a lo uno y arena a lo otro.

Creo además, que usted mismo lector tendrá su propio criterio sobre la aplicación del dicho, en lo que proceda. No obstante, déjeme insistir en que el aplauso que otorgo, o la crítica que pronuncio, no es caprichosa, ni aleatoria; lo es sí racional, racional claro en y hasta lo que mi capacidad de razonar permite. Y en cada caso, usted ya ha podido comprobar hasta donde ésto es así.

Que, por qué ahora vengo a referirme a “dar una de cal y otra de arena”, se pensará usted. Pues porque toca aplaudir una medida puesta en práctica por el gobierno: la renovación de la práctica totalidad de la cúpula de los mandos policiales. No entro a valorar la valía de personas que desconozco, pero esta renovación me trae el recuerdo de otra que no habiendo sido hecha a tiempo produjo las consecuencias que todos vamos conociendo, por lo que respecta a las informaciones suministradas al gobierno de entonces, y en relación con los atentados del 11M de 2004.

Este servidor no olvida, y hasta donde la razón y la vida me lo permitan, trataré de que usted tampoco. El gobierno del Sr. Aznar no tomó una medida como ésta, y así pasó lo que pasó. Y todo se habrá de saber, y las consecuencias recaerán sobre quienes hubiesen delinquido. En el caso “Faisán”, también. Y en los que hubiese lugar. Lo exigen el respeto por las víctimas y la dignidad que como ciudadanos libres nos corresponde. Jamás mantendré silencio sobre este asunto.

Siempre he pensado, y defendido, que los cargos de responsabilidad habrán de estar ocupados por las personas más capacitadas; y en apoyo de este principio, un líder debe tener la capacidad de elegir de entre los mejores a aquellos de los que tenga seguridad en su lealtad. Así se conforman equipos con garantía de defender y trabajar por un proyecto común. Así se evitan situaciones como las referidas a aquella infausta fecha. Y si la de cal estuviese representada por esta medida, la de arena vendría dada por algún otro nombramiento en el que el titular tiene acreditado un notorio entusiasmo por … ¡el antecesor! Casi nada; y que se sepa no ha apostatado de ello ¿a qué proyecto le demostrará lealtad? Ojalá que se acierte.

Otro aplauso merece para mi la operación conjunta de nuestra Guardia Civil y la Gendarmerie francesa, al detener a tres presuntos terroristas miembros de ETA, cargados de armamento que seguramente irían a utilizar en algún programa de vacaciones en el que complacer a quienes les prepararon el terreno para disfrutarlas. Y que después lloraron de emoción al conseguirlo, claro, como las plañideras de otros tiempos ¡menuda panda de flojos! Menos mal que la Guardia Civil no ha bajado la guardia –nunca mejor dicho- y en colaboración con la policía del país vecino ha continuado haciendo lo que tiene que hacer: perseguir a los asesinos hasta el último rincón en el que se encuentren y ponerlos a disposición de los jueces. Eso es cumplimiento del deber. Y qué pensarán ahora los de los lloriqueos, o qué disculpas nos ofrecerán cuando se comprueba que lo único que ha hecho ETA es ponernos a todos bajo vigilancia condicionada; si sois buenos, no mataremos, pero sabed que si no lo sois, todavía estamos aquí, vivitos y coleando, y bien aprovisionados para lo que haga falta.

No sé que es lo que hablaron en su entrevista secreta (si fue secreta ¿cómo es que se sabe de ella?), el señor Rodríguez Zapatero y el Ministro de Interior Don Jorge Fernández ¿Le habrá dado el Sr. Zapatero las pistas necesarias para localizar a estos tres facinerosos? No creo; más bien mi imaginación me lleva a pensar que le haya pedido mucha prudencia en la acción, tanto en lo policial como en lo de los presos, no fuera a ser que esos chicos se enojen y se pongan en peligro dos proyectos tan importantes como, uno, la eventual candidatura del señor Otegui a presidir el Gobierno Vasco, y dos, la suya (la de Zapatero, naturalmente), al Premio Nobel de la Paz. ¡Ah! lector ¿no sabía usted esto? Hombre, si era su principal ambición ¿lo recuerda?

Total, qué más da, si se le ha concedido ese premio a cada individuo … por qué no a él que ha sido uno cualquiera de los tropecientos mil españoles que hubieran podido ser presidentes de gobierno (Zapatero dixit). En fin, cosas veremos.

Salve, querido lector amigo.
Balseiro, Manuel
Balseiro, Manuel


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