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Galicia: Se vende

miércoles, 19 de octubre de 2011
Hace unas semanas y a la sombra de la tan socorrida crisis económica, el Banco de España se hizo con el control de Nova Caixa Galicia, a la que, de Galicia, sólo le queda el nombre. Pese a todo, dormiremos tranquilos al saber que toda su cúpula directiva no va a tener que mendigar, gracias a los millonarios retiros que van a disfrutar, como merecido premio a su ruinosa gestión empresarial.

La semana pasada fue otra entidad financiera que también presumía de ser gallega, el Banco Pastor, la que pasó a manos del Banco Popular y lo hizo con los parabienes de todas las autoridades, políticas y económicas, de nuestra comunidad, hasta el punto de que el señor alcalde de La Coruña, don Carlos Negreira, tras entrevistarse con los presidentes de dichas entidades, Angel Ron y José María Arias, se ha mostrado muy satisfecho con la promesa de un “premio de consolación”, la pedrea financiera de la operación, y es que la nueva entidad resultante de la fusión, o sea el Banco Popular, mantendrá en Galicia la denominación de Banco Pastor y en La Coruña su sede central.

Antes de Nova Caixa y el Pastor fueron los astilleros ASTANO, la eléctrica Union-FENOSA, la compañía de telecomunicaciones R y la inmobiliaria FADESA, entre otras, las grandes empresas estratégicas gallegas que pasaron, ante la complaciente mirada de ciudadanos y autoridades regionales, a manos del Estado español o bien de otras empresas privadas de fuera de Galicia y mucho me temo que la cosa no va a acabar aquí.

Mientras tanto, las autoridades de la Xunta de Galicia, con su presidente al frente, ocupados en sesudas cuestiones lingüisticas y semánticas, se dedican a marear la perdiz, negando cualquier responsabilidad en estas operaciones y culpando a la administración central de ser el responsable último de este expolio empresarial gallego, argumentando que carecen de competencias en esta materia. Galicia entre tanto, va convirtiéndose, lenta pero irremediablemente, en una especie de colonia económica, un protectorado español y la ciudadanía, por su parte, se consuela al pensar que, tal vez ya no seamos una potencia energética, financiera o naval, pero seguimos siendo la primera potencia nacional en caciques, narcotráfico e incendios forestales.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


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