Lejos de ser un presidente americano, parece un actor que se encarga de leer ante la ONU el discurso que ni siquiera Netanyahu se atrevería a pronunciar.
Obama alababa y apoyaba las ansias de libertad y democracia de los pueblos árabes, también mostraba su apoyo incondicional a la primavera árabe para lograr esta democracia y libertad tan ansiada por ellos. Pero ahora se niega a reconocer y apoyar la aspiración del pueblo palestino que lleva 63 años soportando una ocupación militar israelí y todo lo que representa esta ocupación sobre la vida de más de 18 millones de palestinos, que viven tanto dentro como fuera de Palestina.
Y a pesar del reconocimiento internacional a sus derechos, no deja de ser contradictorio, preocupante y frustrante el hecho de que la política americana y casi la europea estén sometidas al dictado de los intereses de Israel y sus temidos lobbys que gobiernan económica, financiera y políticamente a sus anchas América y muchas zonas de Europa.
¿Son los palestinos las únicas víctimas de ese dominio? Pronto lo sabremos.