Morriña de Lugo

Hace muchos años que conozco a Manuel Curiel, el alma de Fonmiñá. Compagino el periodismo con la dirección cinematográfica. Mi condición de redactor jefe de la revista Interfilms fomentó una amistad telefónica que hoy perdura, por lo que considero realmente que somos buenos amigos.
Este año, como sabéis, mi último cortometraje, Memorias de un cine de provincias, ha obtenido el Goya al Mejor Cortometraje Documental.
Antes incluso de que saltara la noticia de la nominación, Manuel Curiel me llamó para proyectarlo en esta edición del Festival de Cine de Autor de Lugo.
Acepté encantado su invitación de acudir a vuestro veterano y entrañable festival.
Después llegó el premio. Desde entonces no he parado. Nunca pude imaginar que un galardón como éste iba a ocupar tanto mi tiempo durante el año posiblemente más ajetreado y feliz de mi vida.
He intentado estar siempre a la altura de las circunstancias, asistir a todas las proyecciones del corto, atender a toda la prensa interesada, y viajar a cualquier lugar donde he sido requerido.
Lugo era para mí una parada obligatoria sobre todo por el cariño con el que siempre he sido tratado por Manuel Curiel.
He intentado hasta el último momento estar presente en vuestro querido festival, pero no ha podido ser. Ya sabéis que el mundo del cine es complicado y nunca se sabe lo que puede ocurrir. La semana pasada he comenzado el montaje de mi nuevo proyecto, Salamandras y Salamandros, un largometraje documental que rinde homenaje a las Artes Plásticas, otra de mis grandes pasiones. Soy un director y productor independiente, como vuestro festival, y esta circunstancia hace que en este momento sólo tenga tiempo para trabajar y no para disfrutar del cariño con el que mi cortometraje suele ser recibido. Siento mucho perderme el calor de todos vosotros. Os pido disculpas por ello. Hasta el último momento he intentado con ilusión organizar mi viaje a Lugo pero, lamentablemente, las circunstancias mandan y estoy encerrado en una sala de montaje.
Este trabajo me tendrá atado hasta finales de octubre. Sé que Fonmiñá organiza actividades a lo largo de todo el año, por lo que desde ahora mismo me pongo a disposición de Manuel Curiel para lo que él quiera hacer con mi pequeña pero apasionada obra cinematográfica.
No conozco Lugo a fondo y me gustaría hacerlo, porque mis amigos gallegos, que son muchos, me hablan de la belleza de la ciudad y sobre todo de la fuerza de los lucenses, del misterio, de lo ancestral, de la fortaleza de los hombres y las mujeres, en fin, de la esencia más profunda de Galicia. Aunque soy castellanoleonés ya empiezo a sentir morriña de Lugo.
Muchas gracias a todos por el interés que habéis puesto en Memorias de un cine de provincias. Nos vemos muy pronto, allí, en Galicia, en Lugo, al pie de las murallas.
Con todo mi afecto y agradecimiento.

Ramón Margareto
Premio Goya 2011.