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Un mundo dual

viernes, 05 de agosto de 2011
Es una obviedad pero cada vez está más claro que el mundo es dual sobre todo cuando nos fijamos, como para hacer resaltar más la diferencia, en naciones boyantes al lado de países miserables, europeos prósperos cerca geográficamente de africanos indigentes. La Unión Europea acaba de superar una crisis de ricos y en el continente contiguo los pobres se mueren literalmente de hambre en Somalia, con la cohorte de desgracias y desdichas que esta situación comporta, desnutrición, mortalidad infantil, sequía, familias diezmadas.

Son dos posiciones extremas del péndulo a las que vamos a hacer referencia aquí A pesar de sus crisis a repetición y desajustes, Europa nada en la abundancia y contrasta, por ejemplo, con la escasez extrema del Cuerno de África, las últimas noticias que nos llegan de aquella región desgraciada a pocos importan en Europa en vísperas de las vacaciones de verano pero son alarmantes. Salvador Dalí nos contó en una ocasión en el Hotel Meurice de París, donde daba una rueda de prensa anual, que solía tener un sueño recurrente: veía todas las catedrales de Europa llenas de oro y piedras preciosas rodeadas de multitudes de mendigos harapientos que clamaban por un pedazo de pan.

La provocación era propia de uno de los fundadores con André Bretón y Luis Buñuel del surrealismo pero la visión resultaba inquietante.

¡Uf!, la Europa de los Diecisiete suspiró de alivio el jueves de la semana pasada por la noche al resolver en Bruselas la enésima cuadratura del círculo: acordaron conceder un segundo rescate a Grecia por valor de 109.000 millones de euros, (como cifra comparativa los presupuestos españoles para 2011 ascienden a 13.238 millones de euros). Los jefes de Estado y de Gobierno evitaron así el temido contagio de la crisis de la deuda soberana a grandes países como Italia y España y salvaron a la postre el euro, que amenazaba con irse a pique. La canciller Angela Merkel, que lleva la voz cantante, y el tándem que forma con el presidente francés Nicolas Sarkozy, han conseguido llevarse el gato al agua: el Banco Central Europeo (BCE) que dirige el francés Jean Claude Trichet accedió finalmente a que la banca contribuya al rescate con 50.000 millones de euros.

Tales son las cifras resultantes hasta el siguiente embate de los mercados, que siguen al acecho vigilados estrechamente por las agencias de calificación de riesgos “Standard & Poor’s”, “Moody’s” y “Fitch”, que forman parte del sistema capitalista. Es como poner la zorra a vigilar a las gallinas. Resultado provisional: rebrote de la Bolsa y caída de la prima de riesgo de los países periféricos. Se salvó el euro pero hubo que crear una figura nueva: la suspensión de pagos restringida, la quiebra de una parte, no del todo. Y hasta la próxima, la especulación continuará mientras reporte pingües réditos.

Seguramente el arte se anticipa a la realidad o al menos sirve de alegoría. El famosísimo cuadro ampliamente reproducido en ilustraciones y estampas, “La balsa de la Medusa”, que hizoThéodore Géricault a los 27 años y que se conserva en el Museo del Louvre y en el disco duro de nuestra memoria, evoca con sus aspectos dramáticos la situación actual de naufragio y rescate cuando aún no ha acabado del todo la peligrosa travesía.

No exagero con el símil, la posición de la Unión Europea, a pesar de este paréntesis de calma, es todavía incierta, según los observadores financieros.

Europa está sometida a impulsos bipolares que pasan con facilidad de la depresión a la euforia.

Cuando yo estuve de corresponsal en Londres, la espabilada prensa británica dejaba al país al borde del abismo todos los fines de semana para tranquilizarlo y ponerlo en estado de recuperación al lunes siguiente. Y ahora pasa lo mismo con la Unión Europea, única tabla de salvación en el proceloso más del capitalismo sin bridas pero criticada de forma inmisericorde por sus ciudadanos. A tumba abierta si llega el caso,
Dicho esto, Europa va a dotarse de un mecanismo que pueda hacer frente a los vaivenes provocados por los hasta ahora incontrolables mercados, el Fondo de Estabilidad, que debiera tener la fuerza telúrica mitigadora que poseen los lagos en las zonas sísmicas. Todos los líderes están de acuerdo, sólo falta convencer del todo a Angela Merkel que, lo diga o no lo diga, sigue la siguiente norma: “Alemania, primero”.

Merkkel se ha convertido en la mujer más poderosa del Viejo Continente. Su asentimiento es necesario para cualquier asunto económico, su opinión, decisiva para inclinar la balanza, como ahora ha sucedido con el rescate a Grecia. Su personalidad es de puño de hierro en guante de seda, sabe de la superioridad económica alemana pero trata de no mostrarla demasiado. Sabe también que su país representa económicamente el doble de Francia en todos los sentidos pero mantiene unas relaciones exquisitas con el vecino país, imprescindibles para estar a la cabeza de Europa. Esta dirigente política cristiano-demócrata y centrista cabeza del partido CDU gobierna Alemania al frente de una coalición desde noviembre de 2005. Quizá no de forma brillante ni ilusionante dado los tiempos que corren pero, definitivamente, sí eficaz.

Así es la acaudalada Unión Europea hoy en día. Al otro lado del mundo, en el Cuerno de África, se halla la desafortunada Somalia, la otra cara de Jano, el dios romano de los dos perfiles antagónicos.

Somalia, de 8,5 millones de habitantes, es un estado fallido del Cuerno de África, en el que no existe ningún poder constituido que imponga autoridad en su territorio sino pequeños estados y facciones. Empieza por ser un país fragmentado, Somalilad y Puntland al norte y un sur desvalido y sacudido por la hambruna. A ello hay que añadir los piratas somalíes, que viven en la costa del asalto a los barcos extranjeros y del cobro de rescates. Las guerras entre clanes han causado más de 50.000 muertes (se ha perdido la cuenta), éxodos y desplazamientos de la población bíblicos desde hace decenios.

Hoy en día las agencias de información dan cuenta de una nueva sequía allí, la mayor de los últimos 60 años, que ha causado la pérdida de cosechas y de ganado así como la subida brutal del precio de los productos alimenticios, según Olivier Longué (quiero consignar su nombre,), director general de “Acción contra el hambre”, una de las encomiables Organización no Gubernamental (ONG) que se ocupan de esta injusta e hiriente situación. Para mayor escarnio, la milicia islamista “Al Shabab bloquea la ayuda a la población y maltrata a quienes no se visten como los árabes. La hambruna mató a 300.000 somalíes en 1992, se alerta para que no se repita el genocidio. Las cifras asustan: 2,5 millones de somalíes han abandonado sus hogares huyendo del hambre; la sequí afecta a 11 millones de seres humanos, muchos de ellos niños. Una hecatombe humana está a unas horas de avión de Europa.

Esta es la cara y cruz del momento estos días, el haz y el envés.
Como decía con pesadumbre y melancolía sobre la locura del mundo el gran director de cine italiano Federico Fellini al final de una película de 1983 : “…Y la nave va”.
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


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