La tregua entre Don Carnal y Doña Cuaresma

Con lo de la crisis económica y la liberación de la mujer en todos sus aspectos, el Arcipreste de Hita se ha quedado sin la mitad de las hojas de su “Libro de Buen Amor” y ya no puede apoyarse ni en Aristóteles ni en nada para llevar el agua a su molino renacentista de una ética nueva y de afirmación humanista frente a la actitud sumisa y cristiana del cateto “medieval” que fundamenta siempre la razón de actuar y vivir en el criterio negativo del chapapote espiritual que siempre somete el gozo y el placer de la carne al imperio del ánima, principal porción de la tradicional y antigua dicotomía de alma y el cuerpo.

Ya está superada, pues, toda aquella gloriosa y esperanzada fundamentación de lo imprescindible de la médula del ser y de la ser/a humano/a trabajador/a:

Como dice Aristóteles, cosa es verdadera:
El mundo por dos cosas trabaja: la primera,
Por aver mantençia; la otra cosa era
Por aver juntamiento con fembra placentera.

Como se sabe, la clase trabajadora ya no es lo que era y se ha ido casi toda ella al paro y al carajo; a los comedores de cáritas y al clientelismo de los bancos de alimentos civiles o religiosos. Así pues,“Por aver mantenençia”, ya no es necesario trabajar y además es imposible. Y así, también, sobrando el segundo verso de la estrofa del sabio aviso de don Juan Ruiz , el cuarto no ha sentido ni lugar, digo yo.

¿Cómo y qué entonces? Pues ya nos lo dijeron Trinidad Jiménez Y Bibiana Aído cuando eran ministras de las carteras del ramo pertinente, con la inestimable ayuda de doña Elena Salgado y la bendición de este Gobierno en “plano”: cultiven ustedes “brotes vedes” para ir tirando, ya llegará el tiempo del espárrago, y mientras tanto “practiquen sexo cibernético”, unos/as y otros/as.

Y es así como Don Carnal y Doña Cuaresma decidieron romper sus hostilidades y hacer las paces y pasárselo lo mejor posible, porque… ¿a ustedes qué les parece? Xa hai carnaval abondo, ¿non si?