Momentos de cambio

La escuela de la vida: Momentos de cambio

Empezamos el nuevo año con propósitos y deseos que cambien nuestra vida, pero la rutina embarga esas intenciones. Alguien definió el hombre como un animal de hábitos. Inventarse a uno le lleva toda la vida y muchas veces el resultado no siempre es el esperado. La personalidad y el carácter están detrás de todas nuestras acciones. El ambiente genera las circunstancias, pero cada uno las resuelve a su manera.

Hace ya algún tiempo leí un libro titulado ¿Quien llevó mi queso? En él se proponían tres tipos de conductas. La primera era la de las personas que ante una situación que preveía un cambio a peor optaban por buscar nuevas perspectivas en otro lugar. La segunda era la de las que sólo cuando la situación se volvía crítica iniciaban un nuevo camino. Y la tercera era la de aquellas que esperaban y esperaban por alguien que les remediara el problema sin tener que dar un solo paso.

En el momento presente, se están viendo estos mismos tipos de comportamientos con relación a la crisis. Entre los primeros se encuentran los que, viéndola venir, hicieron sus previsiones y actuaron desde las instituciones y las personas para que esta no les frenara su progresión hacia sus objetivos. Parece que los alemanes tienen esa capacidad de prever y renegociar lo que vienen haciendo para salir de los malos momentos, incluso mejorando sus propias expectativas. Aquí tenemos el ejemplo de Inditex, que hace como decía aquel adagio de que la infantería nunca retrocede, da media vuelta y sigue avanzando. El caso es que en cada momento este tipo de personas e instituciones buscan sus propias componendas para no tener que estancarse. Entre los segundos están los que saben de su potencial pero prefieren esperar a que la cosa amaine, no vaya a ser que los coja con el paso cambiado y pierdan lo que ya habían conseguido. Podemos poner de ejemplo a los que viendo los problemas que se les iban a presentar con la nueva ley sobre el tabaco buscaron opciones nuevas para sus locales y negocios que les permitiesen mantener su clientela e incluso ganar alguna más. Mientras, los terceros, los más tercos con las circunstancias, quieren que estas no cambien y se desgañítan contra todo y contra todos.

La dificultad para cambiar es algo inherente a todos los seres, pero algunos asumen que la conservación de la vida está en superar esos obstáculos, pues, ¿qué es la vida más que toda una serie de obstáculos salvables mientras no llega la insalvable muerte?