Día a día (I)

La prensa -legible- de la Capital del Oso y del Madroño, Villa y Corte, amaneció hoy con dos noticias que nos afectan mucho a los gallegos que moramos y estamos empadronados en Madrid. Una de ellas, de primeras páginas, era la de que el PSOE le había puesto una zancadilla al Presidente Rodríguez al votar al rebelde Don Tomás… no recuerdo el apellido, dejando en la estacada a la candidata oficialista Doña Trini, la sobrina de aquel Fiscal comunista de la época franquista al que hicieron Anticorrupción, el Sr. Jiménez Villarejo.

La otra, la espectacular paliza -de ahí lo de zancadilla a que nos referimos anteriormente- que el Madrid de Mouriño le propinó al Depor del Sr. Lendoiro.

A efectos sociales, la primera noticia parece tener mayor relevancia aunque una bajada del Depor a Segunda división llevaría a la ruina a la Sociedad, aunque quizá no al Presidente ni a su familia.

Pero un triunfo del Sr. Tomás en Madrid, es decir en la Comunidad madrileña, sin duda pondría en casa a los paniaguados de turno pero a la Comunidad la sumiría en similar miseria a la que el Presidente Rodríguez ha sumido a la España de la que tilda su Gobierno.

En los mentideros de la Corte, que no en los mentideros cortesanos, hay opiniones para todos los gustos, desde los que creen que estas primarias fueron una maniobra encaminada a dar a conocer al tal D. Tomás, que era un perfecto desconocido en la Comunidad matritense, hasta los que quieren ver un desaire a Don José Luis y su apenada patrocinada avalada por Don José Blanco y Don Rubalcaba.

Desairar a Don José Luis Rodríguez es conducta no usual dentro del Partido al menos en las calendas que corren por lo que, como algunos dicen, o la Sra. Trini quiere emular a Juana de Arco o aquí, de momento, quien manda, manda. Y menos, mal que Don José Luis es, dice, demócrata y responsable. Porque si no, podría ocurrir como aquel Ministro del dictador dominicano, General Trujillo quien, una noche de juerga, en un garito, ante una observación que le hizo un Ministro a eso de las dos o tres de la madrugada porque al parecer le estaba tomando la talla a su señora, le ordenó: ”Tú a tocar las maracas hasta que nos vayamos”. Y aquí me tienes al ministro, dándole al merecumbé hasta que a eso de las siete u ocho de la mañana el Generalísimo dominicano ordenó marcharse. Nada dijeron los anales de si lo hizo sólo o con la señora del Ministro que hubo de seguir dándole a las maracas hasta que desapareció la comitiva del Dictador.

Tampoco consta que se desmayase el eficiente ministro como le pasó un día en mi pueblo a un saxofonista de una de las orquestas que allí había que decidieron interpretar el Sitio de Zaragoza y cuando la orquesta dio por concluida la partitura el saxo seguía y seguía hasta que se desfondó exhausto. Cuando recuperó el aliento explicó que no había parado porque se había olvidado de cómo acababa la obertura.

Ahora Don Tomás no sé si tomó las maracas o agarró el saxofón pero la partitura es idéntica a la escrita o inventada por el Maestro Rodríguez Zapatero con lo que, en los meses que le quedan, hasta enfrentarse con “La Rubia”, no sabemos si se desfondará, si se acordará de cómo termina la partitura o si se lleva el gato al agua o sale como el gato escaldado.

El mayor enemigo de D. Tomás no es ni Dª. Trini ni D. José Luis. Es “La Rubia”. Y esta Señora, aunque desubicada en su partido -no olvidemos que el Sr. Rajoy dijo que los liberales se fuesen a otro partido- le ha dado guerra a gentes que asemejaban más preparados que D. Tomás.

¡Chi sera, sera!
¡Atilanooo!, ¿ande vas hombreeee? ¡Cuida las cabras que sus vais a perniquebrar!
E ti, ¿qué opinas Antón? - Eu pino co señor Alcalde.

¡Qué Dios reparta suerte!