Es lo que hay

Ajo y agua y cada vez más o, lo que es lo mismo, crisis, crisis y más crisis.
Lo venimos diciendo hace tiempo, lo estamos oyendo en estos últimos años, y lo estamos padeciendo a base de ajo y agua.
 
En esta VI Cumbre, celebrada en Madrid, de Jefes del Estado y de Gobierno de la Unión
Europea- América Latina y el Caribe, se mencionó una y otra vez esta maldita palabra: "crisis", de sonido ya de por sí crispante donde los haya, que resulta muy muy desagradable de oir pero, sobre todo, de llevar y soportar.   
 
Y es que esta palabreja está afectando a todo el planeta, a todos los países ya sean ricos o pobres, industrializados o no; es un crack que rueda y rueda sin parar.
 
Pero es lo que hay, lo que nos está tocando vivir, y parece que no nos queda más remedio que aguantar. Aguantar a los políticos que van debatiendo de un lado para otro, a pesar de la crisis y la nube volcánica, entre cenas, banquetes y cócteles. Aguantar a la oposición, que también se dispersa entre fiestas y romerías, que sólo da la cara para poner zancadillas e insultar, sin ningún ánimo de colaboración,que indica que ellos tampoco tienen la fórmula mágica. Y aguantar a los críticos, ya sean expertos o no en el tema, decir siempre lo mismo y quedarse todo como está.
 
Parece que aún se acuerdan de Haití, de velar por su reconstrucción tras el terremoto del pasado 12 de enero; y se apela a la "responsabilidad global" del planeta para abordar la crisis financiera y económica internacional.
 
Es curioso pero la crisis que se inició en EE.UU., despúes le siguió Méjico para acabar acto y seguido en Europa, parece que ahora es culpa y responsabilidad de todos, buenos o malos, ricos o pobres, demócratas o republicanos, comunistas o ultraderechistas, pacifistas o guerrilleros.
Y parece que ahora su solución está en manos exclusivamente, ¡ja!, de la UE y América Latina y, por ese motivo, se ha creado una Fundación para fortalecer la asociación y la colaboración entre sus gobiernos y  la Comisión Europea e instituciones regionales e internacionales.
 
Así rueda una y otra vez la crisis, pasándose la bola los unos a los otros y lavándose las manos otros tantos como  Poncio Pilato. 
Seguro que esta costosa Cumbre ya de por sí, sólo producirá más gastos, de momento, los sueldos de los dirigentes de esta nueva Fundación, su infraestructura, desarrollo, y un largo etcétera.