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La Tierra es el planeta donde habitamos, no es de nadie, es de todos; pero el viento es un hálito vital.

lunes, 12 de abril de 2010
Un huracán o una gran borrasca son por lo general furias desencadenadas, portadoras de muerte y destrucción; pero el viento en sí es el hálito vital de este planeta llamado Tierra, es un fenómeno maravilloso que día tras día colma de bendiciones nuestra vida.

Los vientos traen las lluvias que determinan las regiones de la Tierra que podemos habitar y qué frutos tenemos que cultivar; evitan que regiones del Norte se conviertan en desiertos polares y moderan los calores en otras regiones.

Todo un país como Holanda debe su existencia a miles de molinos de viento que extraen el agua del mar y que también sirven para otros usos de la industria como la energía eólica que no contamina y que ya están dando resultados muy dignos de tenerse en cuenta también en otros países, tal como España.

Fueron también desde los tiempos más remotos factor decisivo en los grandes descubrimientos, pues determinaron a dónde podía ir el hombre y gracias a ellos llegamos a todos los confines del mundo.

Marcaron el rumbo de la Historia con victorias y derrotas como aquella que sufrió el monarca Jerjes en el siglo V antes de Jesucristo al querer invadir Grecia. Su flota fue destruida y dispersada por el Rey Eolo siglos después, La Armada Invencible volvió a tropezar con un obstáculo semejante derrotando al Duque de Medina Sidonia y haciendo exclamar a Felipe II “Yo no mandé mis barcos a luchar contra los elementos” refiriéndose a los fuertes vientos que reinaron en la batalla.

El hombre ha dado siempre nombres llamativos y poéticos a los vientos, la Galerna, el Mistral, la Tramontana, el Siroco que nace en el Sahara y que en su camino hacia el Norte cruza el Mediterráneo y cae sobre España como un viento húmedo y enervante.

Los vientos del Hemisferio Norte que descienden desde Siberia tropiezan contra las cadenas montañosas que nos sirven de vallas protectoras; no es así en América del Norte con los que descienden de Alaska produciendo devastadoras olas de frío.

Huracanes, tifones y tornados, casi siempre con nombres femeninos, figuran en las noticias sensacionalistas de los periódicos y otros medios; pues siempre dejan territorios devastados y tras ellos “muerte”.

Pero lo verdaderamente importante son los grandes sistemas de viento como los Monzones, los vientos que impulsan la corriente del Golfo que viene a calentar la zona Norte de Europa y otras como Humbodt, la cual con su enorme carga de alimentos marinos forma los bancos de peces mayores del mundo.

El movimiento de rotación de la Tierra y el intercambio de aire caliente entre el Trópico y las regiones polares, son las causas principales o fuerzas impulsadoras de los vientos de este vasto Océano de aire dentro del que vivimos y que unas veces está en calma como un lago y otras se mueve a una gran velocidad, pero sea como quiera, Eolo ha sido en parte forjador del destino del hombre, pero no es el dueño de la Tierra.
Iglesias Osorio, Pilar
Iglesias Osorio, Pilar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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