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100 años de la llegada de la mujer a la Universidad

jueves, 25 de marzo de 2010
Durante miles de años, la historia ha sido con una apariencia de universalidad, la historia de los hombres.
Las mujeres fuimos las grandes ausentes, citadas en muy pocos casos y siempre como seres escasamente influyentes en los avatares humanos.
La sociedad patriarcal nos ha considerado como ciudadanas de segunda categoría y esto ya supuso un gran adelanto, porque el derecho romano (en el que se basa nuestro ordenamiento jurídico actual), ni siquiera nos consideraba personas.
A partir de la Revolución francesa, la mujer sale a la calle, sube a las tribunas y comienza un movimiento feminista en el que se reclaman obligaciones y derechos. Pero este es un tema para tratar en otro momento. Hoy nos ocupamos de la poca resonancia que ha tenido en los medios de comunicación, universidades, etc, el día 9 de marzo, fecha en que se cumplieron 100 años del acceso de la mujer a la universidad.
Durante el siglo XIX y hasta finales del siglo XX, se desencadena un largo proceso de luchas, reivindicaciones y triunfos de mujeres que se enfrentaron a razones históricas, científicas, biológicas y morales.
Algunas de las mujeres destacadas durante la historia fueron Doña Emilia Pardo Bazán que en el Congreso Pedagógico Hispano-Luso-Americano alzó su voz y por primera vez habló de la Educación del Hombre y de la Mujer; su relación y diferencias.
Nuestra gran Concepción Arenal fue la primera mujer socióloga y primera tratadista de derecho internacional en España. En sus obras “La mujer del porvenir” o “La mujer en casa” expone que la mujer no es inferior al hombre.
Mujeres del Movimiento Católico, como María de Echarri, Carmen Cuesta Muro; Josefina Olorriz, etc, son otros ejemplos sobresalientes.
Durante más de 90 años, miles de mujeres en Europa y en América, gritaron y se manifestaron para ser escuchadas y obtener el reconocimiento por parte de los poderes públicos, del derecho de las mujeres a elegir y ser elegidas; es decir, a participar y decidir en la vida social, cultural y política.
Rosalía de Castro en el prólogo de su obra “La hija del Mar”, dice a modo de justificación “permítaseme a la mujer disculparse de lo que para muchos será un pecado inmenso e indigno de perdón”; y acaba pidiendo al lector que olvide entre otras cosas, que su autor es una mujer.
Otras mujeres como Gertrudis Gómez de Avellaneda que defendió a las mujeres en sus artículos con nombre “La mujer”, sobre la capacidad de la misma.
Clara Campoamor lucha aún dentro de su mismo partido y fuera de él, port conseguir el sufragio femenino universal; es decir, el derecho a votar.
Muchas de estas mujeres acudían a la universidad vestidas de hombre, pues les era negada la entrada en ella.
Pero quizá el acontecimiento más grande ha sido sin duda alguna el Decreto firmado por el Rey Alfonso XII en 1910con el que la mujer podía acceder a la universidad. Es decir, que en este año se ha cumplido el 9 de marzo los 100 años. Sin ello, no hubiéramos logrado los cambios y evoluciones tan significativas como la educación, el empleo y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Benditas Leyes o Decretos que abrían grandes horizontes. Siento no poder decir lo mismo en estos momentos en que se crean más dudas y dolor a las conciencias.
Iglesias Osorio, Pilar
Iglesias Osorio, Pilar


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