La educación literaria

La educación literaria consiste en la enseñanza y el aprendizaje de los conocimientos y las habilidades que necesita un lector competente de obras literarias.

Sin embargo, uno de los grandes problemas de la educación ha sido,es y será siempre la deficiente lectura de los estudiantes,no solo en lo relacionado al repaso visual tipico sino a la comprensión de la misma. Este problema es secundado por la falta de creatividad, visión, inventiva y criterio, motores fundamentales del desarrollo del aprendiz.

De este modo, y a pesar de haber transcurrido varias décadas, la cuestión sigue siendo la misma: ¿Por qué el maestro se esmera en impatir solo instrucción y no la educación que muchas veces dice buscar?¿Por qué la calidad de lectura y las competencias literarias de los educando siguen siendo deficientes?¿Por qué se ha perdido el interés por la lectura?

La respuesta es compleja y miscelánea, pero resulta obvio que gran parte de la culpa recae sobre la falta de hábito lector de algunos docentes, que creen, erróneamente, que la lectura es solo para quienes se hayan especializado en letras y para quienes las grandes obras literarias solo han significado una tediosa tarea estudiantil. En definitiva, si los propios profesores no leen, copian y pegan temas de internet para sus asignaciones académicas y no suscitan en los alumnos ciertos hábitos y costumbres,¿como pueden esperar que sus alumnos tengan una percepción aceptable de los conocimientos aprendidos, manifiesten una creatividad amplia o manejen un criterio acorde a su edad?

La respuesta fundamental: La lectura.

Así, el sentido último es explicar de qué manera la enseñanza de la literatura puede rebasar el carácter eminentemente utilitario que se le asigna y es que, como afirmaba Constantino, embajador de Bizancio, en las escuelas se les enseña a los alumnos a odiar la literatura mediante un ritual cruel capaz de acabar con este ardor juvenil e inculcarle al estudiante un odio enfermizo por las letras.