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30 de Febrero

viernes, 26 de febrero de 2010
Pepe y Menganita es una pareja sin par.
Cuando unieron sus vidas formaron la Familia Pérez - de Tal.
Ambos eran muy singulares por los acontecimientos extraordinarios que les unían.
Nacieron en Rusia, en el seno de familias emigrantes españolas, un 30 de Febrero de 1930, en plena vigencia del calendario revolucionario de la Unión Soviética.  

Este año cumplen ochenta años aunque pueden presumir de tener sólo uno pues en la Rusia de 1932, los meses volvieron a tener los días de antes de 1929.
 
Tuvieron descendencia, un varón que, por seguir la tradición, vino al mundo un 29 de Febrero.
 
Ahora presume de haber podido celebrar más cumpleaños que sus padres, eso sí, siempre y cuando sea año bisiesto.

De chaval, era todo un fenómeno jugando al fútbol y, como ya existían unos cuantos Pérez en su equipo, se le conocía por su segundo apellido.
Aunque no todo eran victorias. Siempre que en el cole se hacía alguna gamberrada, él se la cargaba fijo porque todo el profesorado comentaba: "habrá sido cualquier fulano" y, ¡claro está!, él era obediente y se presentaba siempre ante el director.
Hoy día sigue siendo un personaje renombradísimo en cualquier rincón del planeta pues en todas partes hablan de él, de Fulano de Tal.
Este es su nombre más conocido aunque, en realidad, se llama Fulano Pérez de Tal.
Está harto de tanta mofa porque casi siempre le hacen de su vida un chiste.
Tampoco quiere oir hablar de pareja, pues dice que seguro se enamora de una tal Fulana y, para eso, él es muy receloso, pulcro, y nada desprendido.

A sus padres parece ser que no les importó tanto, al contrario, su madre anda bordando su ajuar con su nombre y no ve el momento de sacarlo a lucir.
Les gustaría tener nietos, menganitos y fulanitas retozando por sus pies, pero su único vástago tiene pesadillas desde que conoció a una compañera de trabajo que se llamaba Juana Nadie de Cual. 
Huye de la superstición no sea que esta le persiga de por vida y evita tentar a la suerte no sea que el destino le tenga preparado algún suceso paranormal.

Por lo demás, es un ser corriente y vulgar aunque en su lápida sólo espera que inscriban que falleció el mismo mes y día en que nació, pero de un año que nunca se haga realidad.
 
Y esta es la historia que bien podría ser verdad pues 28 días tiene Febrerillo el loco pero, como dice el refrán, "... quien bien los ha de contar, treinta le ha de echar".
Antolín, Celia
Antolín, Celia


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