Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

De Madrid al cielo

viernes, 04 de diciembre de 2009
Curiosa expresión dicha y escrita desde tiempos lejanos que en estos días, ya de Adviento, se hace realidad cuando te adentras en las calles principales de Madrid debido a la iluminación navideña.

El pasado día 27 de Noviembre dio comienzo, en la capital, el alumbrado de las calles, típico en estas Fiestas, que cada año nos adelantan más.

Y es que, no hay nada mejor que cualquier cosa bella a la vista, y que nos entre por los ojos, para llamar la atención de cualquiera y, me temo mucho que en estos tiempos de crisis, para llamar la atención a los compradores.

No obstante, intenciones e intereses aparte, lo bonito, alegre y festivo nunca está de más para potenciarlo o exponerlo a la vista y al alcance de los ciudadanos que son, al fin y al cabo, los que lo acabamos pagando.

Es el caso de Madrid, que se engalana luminosa para anunciar la Navidad, tanto a creyentes como a paganos, por sus calles principales, centros comerciales, mercadillos y belenes de iglesias. Un derroche de luz, brillo y color que cada año se mira y critica más por su costo, contaminación y, también, por su espectacular belleza aunque no sea del agrado de todos.

Recesión o expansión económica, devotos o ateos, ancianos o jóvenes, pobres o ricos, a todos nosotros nos gusta de vez en cuando ver las ciudades y pueblos adornados hasta la saciedad, máxime cuando hablamos de las Fiestas de Navidad.
Ya sea para celebrar el nacimiento del Niño Jesús o festejar el Fin de Año y recibir al Nuevo, o la llegada de los Reyes Magos de Oriente, todos, voluntaria o involuntariamente, terminamos sumergidos en ello, derrochando como mejor se pueda.

Pues bien, Madrid, un año más, se ha vestido para la ocasión con luces diseñadas por modistos, arquitectos y artistas gráficos, como en años anteriores.
Unos ciento setenta espacios públicos están iluminados con siete millones y medio de lámparas, de las cuales el noventainueve y medio por ciento son de bajo consumo. También, se ajustan los horarios de encendido de tal manera que tenemos más iluminación que el año pasado pero bajaremos el consumo, coste y contaminación.

En estos momentos, Madrid huele a Navidad y su espacio no sólo abarca el terreno que pisamos sino el espacio celestial que los ojos de los transeúntes miran por su brillo astral.

Antolín, Celia
Antolín, Celia


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES