La vuelta ciclista al cole

Arranca en España la primera etapa de la Vuelta con mucha polémica por el dichoso virus de la Gripe A/H1N1.
La segunda etapa dará paso al "Giro" y la tercera etapa y final, al "Tour".
Pero no hablo de bicis ni de ciclistas sino de mochilas y de estudiantes.
No hablo de la Vuelta ciclista sino de la Vuelta al cole.

De pupilos que pululan en carreras por etapas en torno al cole; de mamás a la carrera sujetando babis y mochilas a los más tardones; de papás que dejan o recogen a sus hijos en el cole de paso o de vuelta de la ofi.

Luego están las vueltas de campana que los alumnos hacen en gimnasia, las cien vueltas alrededor de los campos de fútbol para los alumnos más afortunados que cuentan con estos campos, y aquellos que ponen de vuelta y media a todo para no ir a clase.

Por vueltas y revueltas que no quede, y si no, que se lo digan a la Ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jimenez, el alboroto que está causando la gripe A y la dichosa vacuna, que está dando cien mil vueltas para saber cómo, dónde, cuándo y a quién ponérsela.

Parece que ya se va concretando algo más sobre el asunto y parece que esto no va a ser obstáculo ni impedimento, por muchas vueltas que los alumnos quieran dar, para empezar las clases un año más, y parece que el virus ha acallado otras cuestiones que años anteriores ocupaban el hablar cotidiano durante la vuelta al cole.
Todo empieza o todo continúa de nuevo, un curso más.
Para algunos es su primera vez, siempre hay una primera vez para todo.
Para otros es la continuación de su crecimiento cognitivo, emocional y social.
Para muchos es, simplemente, la vuelta a la rutina.

Y para los estudiantes, es la mejor etapa de sus vidas aunque no se den cuenta con tantos deberes y asignaturas pendientes.

La mejor etapa porque conlleva un sacrificio personal en alza que irá tomando forma para el resto de su vida. En esta etapa se forjará el futuro de muchas vidas, su éxito o su fracaso.

La mejor etapa porque el rendimiento producido sólo afectará a uno mismo y nunca más se volverá a dar pues, finalizada la carrera, los más afortunados tendrán que seguir rindiendo cuentas con jefes que ya no querrán enseñar sino ver resultados a muy corto plazo.

Se pasa de una etapa recolectiva a otra productiva donde no todo vale y, además, gana el que primero llegue.

Se pasa de una etapa con menor costo de responsabilidad a una de mayor responsabilidad, tanto así, que nos jugamos el premio de meta al final de etapa y siguientes meses.

Un constante pedaleo, un ir y venir del cole a base de vueltas y más vueltas para concluir en una recta final, la que dará pasó a nuestra madurez, nuestro futuro y nuestro porvenir.

Un premio que tenemos que tener muy claro pues, empezada la vuelta, no vale o no sirve pedalear hacia atrás porque, sencillamente, no hay vuelta atrás por muchas otras vueltas que le demos a las hojas de tantos y tantos libros que nos tocará abrir y cerrar.