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Peligros sobre ruedas

miércoles, 08 de mayo de 2024
Llevo unos años viajando bastante por carretera y creo llegado el momento de publicar unas líneas sobre la manera de conducir de una parte de la ciudadanía. Tal vez así consiga salvar algunas vidas humanas que a menudo se pierden, como consecuencia de accidentes de tráfico.

En primavera y verano suelo hacer más kilómetros que durante el resto del año. Por ello, soy testigo de múltiples barbaridades que la gente comete cuando se pone al volante de un vehículo. La que más me llama la atención, aparte de las ansias de velocidad del personal, es el adelantamiento o cambio de carril sin poner antes el intermitente. Este comportamiento cada vez se da con mayor frecuencia. Lo atestiguo y lo afirmo, sin lugar a dudas.

Al principio, pensé que se trataba de una simple chulería de algunos desaprensivos a los que les traemos absolutamente al pairo los demás. No obstante, ahora me temo que puede tratarse en realidad de una callada epidemia que afecta a muchos conductores españoles. Como no encuentro una justificación más plausible, pienso que la causa podría ser la artrosis o la artritis, que les impide mover el dedo correspondiente de la mano izquierda para darle al mecanismo de las luces intermitentes. De otra forma, no me explico el motivo de no respetar esa norma básica del código de circulación.

En ese sentido, he consultado algunos datos oficiales que revelan que cada año se diagnostican en España 20.000 nuevos casos de artritis reumatoide, afectando a un 1% de la población mundial, en nuestro país a unas 300.000 personas, y a unos 2 millones en Europa, siendo la incidencia en los países del Norte el doble que en España.

Por lo que se refiere a la artrosis, en un Symposium de especialistas celebrado en A Coruña en junio de 2023, se informó que en el territorio nacional hay unos 7 millones de afectados, de los que en Galicia serían 900.000. Asimismo, del conjunto de la población española, el 30% de las personas mayores de 40 años padecen esa enfermedad en alguna de sus articulaciones; es decir, un buen número de potenciales conductores y conductoras. Esto se parece bastante a la realidad que me encuentro en la carretera.

Tengo la impresión de que, aunque se conoce mal la tendencia, en los últimos años este problema va en aumento. Lo que no tengo claro es si la degeneración de comportamiento al volante que vengo observando se debe a la articulación ósea o es más bien un problema mental; o sea, de ciertos descerebrados que no comprenden que los demás no somos adivinos y no conocemos de antemano su estrategia de conducción.

En definitiva, son un peligro, y debería multarse sin piedad a todo aquel que no respeta la norma de circulación que exige "intermitar" cuando procede, incluyendo, por supuesto, a los que conducen habiendo ingerido alcohol en exceso o consumido drogas, sobre cuyo comportamiento irracional e incívico prefiero no pronunciarme para evitar una subida exagerada de mi tensión arterial.

El Conde-Duque de Olivares, primer ministro de Felipe IV, solía repetir la frase: "No hay cabezas, no hay cabezas", para reflejar la impotencia que le producía la falta de éxitos del imperio español. Yo siento muchas veces la tentación de aplicar esa misma frase, además de a un buen número de representantes políticos, también a una parte de nuestra ciudadanía, compuesta por todos aquellos conductores y conductoras que se niegan a poner el intermitente cuando van conduciendo coches, furgonetas y motocicletas. Según mi experiencia personal, los camioneros me parecen, en general, mucho más cumplidores con la reglamentación a la hora de circular por autovías, autopistas o carreteras.
El chico del niki rojo
El chico del niki rojo


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