Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Gestión del Centro Galego de Arte Contemporánea

martes, 31 de marzo de 2009
La Asociación Profesional de Galerías de Arte Contemporáneo de Galicia, considera oportuno hacer las aclaraciones que siguen, al respecto de las informaciones que en los últimos días han sido publicadas por el diario ABC y que no sólo ponen en entredicho la honorabilidad del director del CGAC, sino que cuestionan el funcionamiento de dicha institución y la respetabilidad de las relaciones profesionales que ésta establece con los diferentes protagonistas del sector de las artes plásticas.

Creemos que, una vez más, se sistematiza la imagen del CGAC como un lugar de conflicto a favor de los intereses de unos u otros, dando una imagen lamentable de falta de transparencia en las actuaciones, de irregularidades en la gestión y confundiendo el seguimiento profesional con la “amistad” mal entendida en cuanto a sus fines. Estando el ámbito artístico permanentemente necesitado de apoyos institucionales por la fragilidad de sus infraestructuras, nos parece de extrema gravedad la instrumentalización de los comportamientos que su contexto de trabajo precisa.
En primer lugar y, como consideración fundamental, queremos dejar constancia de la absoluta transparencia y honradez de los tratos comerciales y de colaboración propuestos por Manuel Olveira, encaminados a la ampliación de la colección del Centro Galego o a la exhibición de artistas representados por nuestras empresas. Negamos tajantemente que ningún criterio que no fuese la calidad de nuestras propuestas o la adecuación a los propósitos del proyecto artístico del director, animasen a ninguna decisión que pueda ser discutida más allá de cuestiones de gusto personal.

Nos indigna que se supongan tratos de favor, manejando cifras y datos fuera de contexto. Es de extrema frivolidad, de profunda ignorancia y de reiterada intención difamatoria, el analizar las prácticas profesionales de un técnico, en función de intereses políticos evidentes.

En segundo lugar nos parece clave recordar que el nombre CGAC hace alusión directa a su naturaleza: centro de producción y difusión, de debate y confrontación de las nuevas tendencias del arte contemporáneo. Además de contenedor para la “acumulación” y preservación de productos artísticos, derivados de las actividades mencionadas en primer lugar. Es cometido primordial de un organismo de estas características, el favorecer y apoyar la creación del trabajo de investigación artística más al margen de las tendencias comerciales y establecidas. Es la institución que cuenta con los medios de todo tipo para soportar las necesidades que la iniciativa privada y los medios del artista, de otro modo, no podrían abordar. Nos parece redundante e innecesario, recordar que valor y coste no son términos sinónimos. Pero parece imprescindible puntualizar que producir una obra no significa, en ningún caso, adquirirla. Ni da más derechos que los derivados de restar el capital invertido del precio final, producto del caché del artista.
Esta es, además, una práctica habitual en todos los museos del mundo, aplicada tanto para artistas de renombre como para jóvenes creadores más necesitados de ayuda promocional. Así lo hacemos las galerías con nuestros artistas representados y ello, en ningún caso, nos da más derechos sobre la obra producida, que la posibilidad de recuperar la inversión en el momento de la venta. Y jamás sentimos que estamos pagando dos veces. Nos produce vergüenza ajena, también, que se pueda cuestionar el derecho ineludible de los artistas a cobrar honorarios por prestar sus servicios a una institución. Queda deslegitimado el que esgrime tal argumento si ve remunerada su actividad profesional, sea esta la que fuere.

Y en tercer y último lugar consideramos que ha habido tiempo más que suficiente, para “denunciar” las supuestas prácticas irregulares de la actual dirección del principal museo de nuestra comunidad, si ellas se consideraban probadas. Los artistas a los que se alude, las obras de las que se sospecha, las actitudes que se comentan como reprobables existen y tienen relación con la actual dirección desde hace tiempo. Nos parece malintencionado, cuando menos, que sea un momento de cambio político el que propicie una campaña de desprestigio hacia un profesional vinculado a una administración saliente. Hasta la fecha ha habido tres direcciones diferentes al frente del CGAC, con las tres hemos trabajado las galerías y los artistas gallegos. Al igual que lo tendremos que hacer con las que nos queden por delante. ¿No será posible que ello se pueda llevar a cabo dentro de los términos de la normalidad de un país responsable y respetuoso con sus creadores y profesionales? Tal vez no esté de más comenzar por desear que el derecho a la información pase por manos que crean previamente en la importancia de la formación.

Marisa Marimón, Presidenta de la Asociación de Galerías de Arte.
Asociación Galega de Galerías de Arte
Asociación Galega de Galerías de Arte


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES