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Mestres de Capela en Compostela

viernes, 15 de marzo de 2024
Bajo este título podremos escuchar en Santiago de Compostela este sábado, 16 de marzo, un repertorio configurado por piezas sacras, cuya autoría se debe a tres de los principales maestros de capilla de la catedral. Debido a su relevancia y, para situarnos, dedico unas primeras notas a la trayectoria de cada uno de ellos, para centrarme después en las obras que se interpretan en él.

Los autores

José de Vaquedano (o 'Baquedano') nace en Puente la Reina en 1742, formándose probablemente con un maestro apenas conocido, Huarte y Arrizabalaga. Despuntó ya desde joven como "grandísimo tiple de gala". Después de un periplo por Madrid, donde Mestres de Capela en Compostelano está claro si ejerció como maestro de capilla en el convento de la Encarnación o en las Descalzas Reales, se trasladó a Santiago, tomando posesión de la plaza en 1681, más tarde de lo esperado debido posiblemente a las diligencias que tuvo que realizar para obtener las correspondientes licencias eclesiásticas.
Su producción musical conservada en el archivo de Santiago asciende a un centenar de composiciones, en las que destaca por el dominio del contrapunto -tan propio de la época, como tendremos ocasión de observar en este concierto. No menos reseñable es su maestría en el campo melódico, algo que quizás se deba a esa bella voz que se le atribuye. Falleció en 1711 y, posiblemente debido a su condición de religioso (monje Trinitario Calzado o Mercedario), está enterrado en el Convento de las MM. Mercedarias de Santiago.

Diego de las Muelas necesitaría ser objeto de un estudio monográfico pues poco se sabe de él. En 1719, año previo a su oposición a igual plaza en Santiago, ostentaba el magisterio de capilla en la catedral de Astorga. En Compostela estuvo tan solo hasta 1723. Su último destino fue el convento de la Encarnación de Madrid, en donde recaló como otros maestros y músicos de Compostela. Ese trasvase era frecuente entonces, habida cuenta de los lazos de unión entre este templo con el de la capital, al ser el arzobispo compostelano 'abad perpetuo' del templo madrileño.
En la catedral de Santiago nos queda una decena de composiciones suyas, resultando llamativo que haya un numeroso grupo de ellas en la Abadía de Montserrat. No es un músico de poca monta, pues fue recomendado ya en su época y algunas de sus obras, como los seis motetes que se conservan en la catedral de Santiago, se cantaron hasta fecha reciente. De él escribió Barbieri: "La música de este maestro es preciosa, y todas sus obras modelo de composición- basta recordar los motetes que se cantan los domingos de cuaresma y de adviento al Alzar". Murió en Madrid hacia 1742/43.

Buono Chiodi, nacido en 1728 en la villa italiana de Saló (Brescia) es, en cuanto a su trayectoria, uno de los compositores menos documentados pese a los esfuerzos realizados a la búsqueda de datos sobre él durante años. Lo cierto es que, en 1753, consta que había sido ordenado sacerdote y que, en 1770, tenía interés en Mestres de Capela en Compostelatrasladarse a Santiago o, al menos, así lo manifestó al Cabildo compostelano uno de sus alumnos que aquí residía. Su llegada supuso un antes y un después en la capilla de música, entonces bastante maltrecha por diversas circunstancias. Él la levantó situándola entre las mejores del país, aumentando el número de integrantes (una treintena, de los cuales una tercera parte eran músicos italianos) e introduciendo instrumentos nuevos, como fue el caso de la viola.
Su producción musical fue ingente (unas 600 obras) y, que se sepa, se conserva casi por entero en el archivo de la catedral de Santiago. Escribía con agilidad, sin detenerse en exceso, descuidando la claridad y pulcritud en las partituras, lo que dificulta la transcripción e interpretación de sus piezas. Fue un músico muy apreciado por el Cabildo. Falleció en 1783, siendo enterrado en el convento de MM. Carmelitas de esta ciudad.

Melchor López Ximénez nació en Hueva (Guadalajara) en 1759. Fue niño de coro en el Colegio de la Real Capilla, donde estudió con los más reconocidos maestros del panorama musical de entonces. Entre ellos se hallaba José Lidón, autor de un tratado de órgano de gran valía. Hombre metódico hasta el extremo, debió poseer algún tipo de malformación física, lo que no le impidió acceder al sacerdocio y desarrollar una ingente actividad. Tras opositar desde muy temprana edad al magisterio de capilla de varias catedrales españolas, obtuvo plaza en Santiago al poco tiempo de fallecer Buono Chiodi.
Heredó una nutrida y bien organizada capilla musical que logró mantener en los primeros años, acusando, en cambio, un claro declive a partir de la década de 1790. Esa decadencia estuvo motivada por los avatares políticos -el turbulento cambio de siglo- así como por la irrupción de cambios estilísticos a los que difícilmente pudo hacer frente en una etapa tan poco propicia para ello. El conjunto de sus obras asciende a casi un millar, conservadas prácticamente en su totalidad en Santiago, donde falleció en 1822. Está enterrado en el claustro de la catedral.

Las obras

El acierto del repertorio de este concierto reside en su unidad temática, es decir, en que todo él gira entorno a piezas relacionadas con la cuaresma, aun no habiendo sido compuestas todas ellas para ese tiempo litúrgico. No obstante, gracias a la diversidad estilística a la que pertenece cada una, dentro de su homogeneidad, resulta de lo más variado.

Las dos primeras piezas de VAQUEDANO hacen alusión directa a la Cruz. "Vexila Regis prodeunt" es un himno compuesto en el s. VI por Venancio Fortunato. Se canta para ensalzar la Santa Cruz el día de Viernes Santo. "O Crux, Ave spes única" es la novena estrofa del citado himno, con clara alusión a la esperanza puesta en Cristo como vía de salvación.
Las lamentaciones de Semana Santa, por el contrario, tienen un carácter penitencial. Se cantaban durante el Triduo Sacro. El "Manum suam, misit hostis"de Vaquedano fue compuesto para tres voces solistas, tres instrumentales y acompañamiento continuo. Al igual que otras piezas de este autor, presenta un rico contrapunto, típico a su vez de la mejor polifonía barroca. Al tratarse de un texto sacro y en latín se le prestaba mayor atención, por lo que el resultado es de mayor complejidad que el obtenido con cualquier otro con letra en castellano.

Los dos motetes de cuaresma del maestro MUELAS son como pequeñas joyas en miniatura 'a cappella'. Fue uno de los primeros músicos que compusieron piezas para el primer día de cuaresma y los domingos que preceden a la semana santa.
"Inter vestibulum in altare" está pensado para cantarse durante la imposición de la Ceniza; el texto procede de la profecía de Joel. "Dixerunt autem ei" recoge la respuesta de Jesús ante la curación del ciego de nacimiento tras haber anunciado su pasión, muerte y resurrección, según narra el evangelista Lucas.
Ambos reflejan un alto grado de religiosidad a la vez que son fieles exponentes de lo que señala S. Tafall al abordar el estilo de este maestro: "[...] el contrapunto e imitación de pura cepa española, que con tanta habilidad cultivaron los buenos y numerosos organistas de su época".

Dando un salto en el tiempo, las obras de MELCHOR LÓPEZ están imbuidas por el 'clasicismo', pese a tratarse de piezas que por sus dimensiones y particularidades no permiten observar el despliegue que hizo en otras producciones de este estilo, sin duda peculiar comparado con el vienés.
"Ave Regina Caelorum" es una oración (antífona) que precede a otra igualmente en latín (salmo, himno, etc.); su origen se remonta a la edad media y, como rezo mariano que es, está presente en la hora canónica llamada de "completas", reservada para el final del día.
El villancico al Santísimo "Ay, Dios piadoso" (1788), para contralto, con su recitado y aria, presenta en el original una orquestación típica de la época a base de violines, viola, flautas, trompas y acompañamiento, adaptada en este concierto para una formación instrumental más reducida.
La lamentación "Misericordiae Domini" (1799), a 8 voces, fue interpretada en la catedral compostelana incluso en fechas posteriores a su composición. Pertenece a un período de notorio y progresivo declive de la capilla de música, en el que el propio Melchor López fue componiendo cada vez menos.

Entre el barroco y el clasicismo se sitúa la figura de BUONO CHIODI. Su motete "Contra vos, o monstra horrenda", un tanto oscuro y de difícil traducción, es básicamente una especie de cantata italiana en forma tripartita. Es posible que haya sido compuesto en Italia. Destaca en él la amplitud de intervalos melódicos, lo que le confiere gran expresividad, así como la abundancia de notas descendentes, acordes con el clima de decaimiento o destrucción del texto; se ve especialmente en palabras como 'averni tenebrosi', 'caeci averni' o 'quaero mortem'.
La secuencia del "Stabat Mater" remite a una atmósfera semejante, teniendo como protagonista a la Virgen postrada a los pies de la Cruz. El texto, atribuido a Jacopone da Todi (s. XIII), ha sido puesto en música por numerosos compositores. En este caso se trata de una obra que Chiodi debió componer también en Italia, siendo realizada para un coro principal y otro 'di ripieno' ('a 4 a concerto'), fórmula muy frecuente en la época.

A modo de 'coda'

Así concluirá un concierto cuyo título, aunque sea como nota final, merece una aclaración. Pese a que todas las obras interpretadas se hallan en el archivo de música de la catedral de Santiago, no se puede decir, con propiedad, que hayan sido realizadas por músicos 'compostelanos', ni tan siquiera, "en Compostela". Por contra, como he ido señalando, todos ellos nacieron fuera de Galicia.
Queden las notas que escucharemos como testimonio de que, con todo, la maestría de estos compositores, fuera de toda duda, ha sido siempre notoria y ha contribuido a engrandecer el gran patrimonio musical que atesora el templo del Apóstol Santiago. Es más, si por algo llegaron estos músicos a esta ciudad fue por los desvelos del Cabildo y por la importancia que se le daba a la música en la catedral, costase lo que costase y contra viento y marea de cualquier circunstancia adversa que se presentase "en Compostela"...
Por último, y no poco importante, es plasmar los nombres y formaciones que darán vida a toda esta música interpretada bajo la dirección de Miro Moreira.

CAPELA ANTIGA CORO
Solistas

Aída Cruz - Soprano
Aída López - Soprano
Mariola Gongar - Mezzosoprano
Martín Viaño - Alto
Diego Neira - Tenor
Chema Ares - Tenor
Pablo Nieves - Barítono

CAPELA COMPOSTELANA
Mariña García Bouso - Violín Barroco
Antoni Conde - Violín Barroco
Alfonso Morán - Contrabajo
Francisco Luengo - Violón
Juan Manuel Varela Louro - Órgano y Clave


Pilar Alén, Profesora de la USC
Alén, Pilar
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